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Impresiones y precisiones
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Impresiones y precisiones

Actualizado 26/08/2017
Fructuoso Mangas

Probablemente no tengo razón y esto son ridículas sensaciones de un españolito de a pie que apenas conoce el percal del país. Sin embargo, aun con esa apariencia en contra, me encuentro con algunas razones para la pequeña y personal reflexión que voy a hacer.

El punto de partida de la sospecha, porque eso es en principio, es ese espectáculo que cada día abren las primeras páginas de diarios y boletines de noticias: los políticos y sus partidos y sus similares y sus compañeros de viaje acaparan buena parte de la información, en la mayoría de los casos son noticias que les afectan a ellos y a sus formaciones, van y vienen, ganan y pierden, suben y bajan, se votan y se desconvocan, se quitan y se ponen, se ensalzan y se defenestran? y los medios de creación de opinión son los maestros de tal ceremonia.

Y cada día en medio de ese vaivén de intereses cruzados aparece un problema nuevo, la reforma de la constitución, la Ley de financiación de los partidos, el asentamiento y reasentamiento de los partidos, bipartidismo o multipartidismo, izquierdas y derechas, nacionalismos y patrioterismos, asimetrías o disimetrías, la Ley anticorrupción, reformas de la Ley electoral o del sistema fiscal, la Ley de Educación siempre en el aire y en disputa, Autonomías y Diputaciones, acuerdos y gobierno estable, Gestora va y Gestora viene, primarias o no primarias, la banca que aparece y desaparece.

Y a mucha distancia, prácticamente insalvable, pasa el ciudadano con su propia carga, desde los aprietos de fin de mes hasta la hipoteca interminable o la operación de vesícula esperando medio año sin olvidar la incertidumbre laboral que le espera en la última curva.

Sería una lástima, y me lo temo, que se nos vinieran encima meses y años de ávidos reajustes y de interesados asentamientos entre partidos y mientras tanto la ciudadanía, especialmente los más vulnerables, sigan soportando pérdidas de casi todo en los principales campos de la vida colectiva, en educación y enseñanza, en atención sanitaria y salud, en ayuda social y oportunidades de igualdad? Podemos caer más bajo todavía.

Es, ya lo confesaba al comienzo, mi impresión; una impresión sin argumentos especialmente razonados, pero llena de nitidez y de un desasosiego casi diario: las clases dirigentes, en cualquier campo de dominio que se precie, van a lo suyo y hacen y deshacen lo que sea con tal de defender sus intereses, altos, nobles y generosos pero los suyos.

Y mientras tanto la gente soporta en soledad, en soledad política, la carga de cada día. Es mi impresión.

Y el peso de esta carga y los ciudadanos que la llevan son más importantes que todos los partidos políticos juntos, que todos los sistemas y consorcios reunidos, que todas las ideologías asociadas o no. Ésta es la precisión.

A la vista de esto parece que lo justo y necesario es que el Gobierno, sea central o autonómico o municipal o de la Sociedad de autores o de la Comunidad de vecinos, o de lo que sea, ande por la calle y conozca y sufra la acera de la vida, que la Oposición se deje de mirar a su ombligo correspondiente y según su programa recomponga deslices, desmanes y carencias del gobierno vayan por donde vayan luego los votos, ay, tan buscados. Que la Banca se abaje y sirva, no explote ni reviente (ambos verbos en su doble dirección), que los Sindicatos y Asociaciones no sean sólo defensores de los intereses de sus asociados sino también de la calidad y del buen servicio; que la Iglesia, diría yo también, se eche a la calle, al ágora de cada ciudad y de cada pueblo, y ponga allí, en las salidas, hospital de campaña y tienda abierta para el que pasa. Y cada Centro de educación y de enseñanza sea centro de humanidad y de saber; y cada Familia, en cualquiera de sus formatos, acabe siendo siempre espacio de encuentro amoroso, de recurso seguro, de fuente diaria de los valores de cada día. Sin olvidar en ninguno de los casos la decisiva intervención de cada Ciudadano.

Ante aquella impresión primera y a la vista de esa precisión que desde ella hacía, éstas serían las direcciones que tendrían que tomar los posibles remedios. Y vale por hoy.

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