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La suerte de la fiesta de la Transverberacion de Santa Teresa en Ávila y Alba de Tormes
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DATOS HISTÓRICOS

La suerte de la fiesta de la Transverberacion de Santa Teresa en Ávila y Alba de Tormes

Actualizado 25/08/2017
Manuel Diego Sánchez, carmelita

Cuando estuvo a punto de desaparecer y se pudo recuperar

La celebración pacífica que se hace anualmente en Ávila y Alba de Tormes de la fiesta de la Transverberación, aunque no en el mismo día, esconde, sin embargo, toda una problemática que surgió en el año 1971, cuando se revisa el calendario litúrgico de los Carmelitas Descalzos de acuerdo a los principios y deseos del Concilio Vaticano II. Merece la pena dar a conocer algo de la intrahistoria que tiene esta segunda celebración teresiana, que se hace con más solemnidad sólo en estos dos sitios por las razones evidentes de ser los lugares del suceso de esta gracia mística (Ávila) y de la conservación de la reliquia del corazón de santa Teresa (Alba de Tormes).

La fiesta de la transverberación fue concedida muy tarde, en el siglo XVIII, por el Papa Benedicto XIII (25.7.1726). En Alba en el siglo XX tuvo una especial configuración, de más solemnidad incluso que en Ávila, por decisión personal del Papa Benedicto XV a ruegos de las Carmelitas Descalzas del convento albense que mantenían con él una especial amistad desde sus años juveniles de sacerdote, como secretario del Nuncio Rampolla en Madrid, llegando incluso a visitar expresamente la villa con motivo de la declaración de santa Teresa como Patrona de la provincia eclesiástica de Valladolid (21/23.10.1886) y de la que forman parte las diócesis hermanas de Salamanca y Ávila. Benedicto XV ha sido el primer Papa que ha visitado el sepulcro de santa Teresa, pero antes de ser tal.

De todos modos y, aun estando aquí la reliquia del Corazón de santa Teresa, esta fiesta del 27 de agosto nunca tuvo tanta importancia en Ávila y en Alba como la originaria del 15 de octubre. En el mismo Alba se hacía un triduo para el cual no se traía predicador especial, como en octubre; ni siquiera salía de clausura la imagen procesional de santa Teresa, por lo que tampoco había procesión el día final. El triduo y la fiesta de la Transverberación comenzaron a tomar auge desde el 1970 en adelante, después del doctorado eclesial de santa Teresa y cuando el turismo va haciendo sentir su peso en importancia, precisamente más fuerte durante el mes de agosto. Pero esto ocurre sólo en Alba de Tormes, porque actualmente todavía en Ávila, la fecha pasa inadvertida a no ser por el decenario de preparación que se celebra en el monasterio de la Encarnación; por eso, en la ciudad amurallada sólo tiene un estricto carácter religioso, y además circunscrito a dicho monasterio.

Cuando se emprende la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II esta segunda celebración teresiana estuvo a punto de desaparecer porque, de acuerdo a los principios establecidos por la Iglesia para el nuevo calendario litúrgico un mismo santo no podía tener dos celebraciones en el año. Y esta medida tocaba de lleno a nuestra Santa y así, puestos a elegir entre una u otra, era normal que quedase a salvo sólo la fiesta del 15 de octubre como la más antigua, universal y tradicional.

De hecho la Comisión Carmelita encargada de la reforma litúrgica de la Orden, ateniéndose a los principios emanados por la Iglesia, elimina la celebración litúrgica de la Transverberación ligada tradicionalmente al 27 de agosto, y así lo presenta primero dentro del nuevo proyecto de calendario litúrgico carmelitano, el cual había sido ya aprobado en su estructura fundamental por la máxima autoridad de la Orden, es decir, por el Definitorio General especial de 1969 (Acta OCD 12/15 [1969-1970] p. 294), y luego también por el mismo Vaticano, es decir, por la Sagrada Congregación para el culto divino, en fecha 20 de octubre de 1971 (Prot. nº 1653/71), no sin acompañar tal aprobación de una carta adjunta con algunas aclaraciones y concesiones especiales . La Orden lo había presentado oficialmente al dicasterio vaticano para su aprobación el 16 de julio del mismo año (Acta OCD 16-18 [1971-1973] pp.96-99). Todavía un año más tarde (20.7.1972) se hicieron algunas correcciones y añadidos (Prot. nº 969/72), pero nada que ver aún con el asunto de la Transverberación que ?parece- se había aceptado pacíficamente su desaparición del calendario litúrgico de la Orden.

2. Seguramente cuando se dio a conocer a toda la familia carmelitana a través de los boletines informativos tanto la aprobación oficial como el contenido total de todo el calendario carmelitano, mes por mes, fue cuando se suscitó un cierto disgusto por la desaparición de esta segunda fiesta teresiana, aunque tal medida no era para nada arbitraria, sino siguiendo escrupulosamente los criterios establecidos por el Vaticano (Servitium Informativum Carmelitanum 4 [1971] pp. 119-124). Y la reacción debió comenzar por Ávila y Alba de Tormes como lugares más afectados por tal medida, puesto que es desde allí, desde Ávila, de donde salió afuera una carta-petición expresa al Papa Pablo VI para que no desapareciera tal fiesta; son las carmelitas descalzas de la Encarnación las que encabezan la misiva, quienes la difundieron entre los monasterios carmelitas y otros lugares y personalidades, y también las que solicitan la adhesión a la misma, de forma que la petición surta más efecto. Y así la petición oficial es de todas las carmelitas descalzas que suscriben dicha carta. Se trata ya de un texto histórico, por lo que juzgamos muy importante el darle a conocer en su contenido. Creemos es la primera vez que se hace público en su integridad. El texto en cuestión, en papel timbrado del convento de la Encarnación de Ávila, decía así:

J. M. + J. T.

Ávila 28 de septiembre de 1972

BEATÍSIMO PADRE,

Los monasterios de la Orden de Carmelitas Descalzas que abajo suscriben a Vuestra Santidad filialmente exponen:

Que en el nuevo Calendario litúrgico de la Orden ya no figura la fiesta de la Transverberación del Corazón de Santa Teresa de Jesús, nuestra Madre, que desde el 1726 se celebraba en toda la Orden con rito doble de IIª clase.

Que el objeto de dicha fiesta era conmemorar y celebrar la extraordinaria merced con la cual la favoreció el Señor mediante la visión de un querubín "que con un dardo de oro largo y al fin un poco de fuego" le traspasaba "el corazón algunas veces" y le "dejaba toda abrasada en amor grande de Dios" (Vida cap. 29 n. 13); en verdad fue este amor de Dios la virtud que en ella resplandeció sobre todas las demás y la transverberación es como el símbolo de una vida consumada en la divina caridad, tanto que sus confesores consideraban su vivir más propio de un serafín que de una mujer (Bulla Canonizationis 6 et 12).

Que la celebración litúrgica de esa eminente y extraordinaria vida de amor divino de Santa Teresa de Jesús, proclamada por Vuestra Santidad Doctora de la Iglesia, contribuiría, según sinceramente creemos, a estimar e imitar, en la más excelente de sus virtudes, a la que merecidamente se la aclama en la misma sagrada liturgia "caritatis víctima" (Off. Himno Primeras Vísperas).

Por estos motivos a Vuestra Santidad humildemente piden se digne conceder a toda la Orden del Carmen Descalzo el Oficio y Misa de la festividad de la Transverberación del Corazón de Santa Teresa de Jesús, virgen, que se celebre el día 27 de agosto como se celebraba hasta el presente.

Gracia que esperan alcanzar del bondadoso corazón de Vuestra Santidad de quien con grande amor, veneración y gratitud se profesan fieles súbditas como lo haría su Santa Madre Teresa de Jesús.

Magdalena de Jesús, Priora, i.c.d. Concepción de Jesús, i.c.d., Subpriora

Pilar del Espíritu Santo, i.c.d., clavaria Teresa Piedad de Jesús, i.c.d., clavaria

Este texto proveniente de la Encarnación de Ávila, abre todo el dossier (bastante grueso), mientras que inmediatamente después siguen las adhesiones de los monasterios carmelitas con esta fórmula común:

J. M. + J. T.

Nos unimos a la petición adjunta sobre el rezo y fiesta de la Transverberación del Corazón de Nuestra Madre Santa Teresa de Jesús.

Y para que conste lo firmamos en nombre de la Comunidad de este Monasterio

(Firman siempre: Priora, Supriora y las 2 Clavarias o consejeras)

Por simple curiosidad hacemos notar que entre el abundante número de Carmelitas Descalzas que se adhieren a la petición, además de la Encarnación de Ávila, están los monasterios de San José de Ávila y el de la Anunciación del Carmen de Alba de Tormes.

Todo esta reacción tuvo su efecto positivo, y de forma muy rápida, puesto que se estaba a tiempo todavía antes de que se aprobaran oficialmente en su forma definitiva y salieran editados los nuevos libros litúrgicos, es decir el Misal y el Oficio divino, adonde se debían inserir los textos litúrgicos propios, en el caso de que prosperara la propuesta.

Y así, el entonces General de la Orden Carmelitana, el español Miguel Ángel de san José, lo solicita al Vaticano con estas palabras que nosotros traducimos del italiano (24.9.1972): "después de la aprobación del nuevo calendario de la Orden, de parte de muchos conventos y monasterios de la misma Orden, nos han expresado reiteradamente el deseo de que viniese introducida de nuevo la celebración de la Transverberación del Corazón de Santa Teresa de Ávila, que hasta la reforma del Calendario era solemnizada entre nosotros con el grado de rito de IIª clase. Este mismo deseo, por cuanto sabemos, lo comparten y solicitan Eminentísimos y Excelentísimos Prelados, especialmente de España y de América Latina, que no quisieran desapareciese una celebración que ?parece- resulta válida para llamar la atención de los fieles hacia la importancia del amor por el servicio santificador de Dios y por la disponibilidad hacia la Iglesia".

Ahora éste era el deseo de la Orden y su motivación, pero además expresando, al mismo tiempo, en la dicha carta la necesidad de llevar a cabo una hermenéutica correcta de la fiesta mediante unos textos litúrgicos más cuidados; como también ya se propone cuál ha de ser el título litúrgico oficial (Santa Teresa de Ávila, en la transverberación de su corazón); e igualmente se pide que la fecha no sea el 27 (ya imposible de mantener, porque en el calendario oficial de toda la Iglesia coincide con la memoria obligatoria de Santa Mónica, madre de san Agustín), sino el 26 de agosto. Y todo esto con una doble modalidad de celebración: memoria obligatoria para los monasterios femeninos carmelitas, y memoria libre para el resto de la Orden Carmelita.

El resultado fue que ya en los nuevos libros oficiales de la liturgia carmelitana, en su edición típica latina, es decir, en el Misal (1972) y en el Oficio divino (1973) aparece esta segunda celebración teresiana, pero en una forma mucho más moderada y de menor grado que en la liturgia anterior. Pero, sobre todo, habiendo sufrido los textos litúrgicos una profunda revisión de lenguaje y contenidos, unificados todos ellos desde la versión que nos ofrece Juan de la Cruz del fenómeno místico (Oficio de lecturas) como algo propio que sucede a personas carismáticas y llamadas a grandes obras en la Iglesia (Llama de Amor viva 2,2-12) e insistiendo en una especial efusión del Espíritu Santo, el Amor de Dios, que impulsa a santa Teresa para las grandes obras que había de realizar en la Iglesia. Ya lo decía el mismo General carmelita en la carta suplicatoria al Papa antes citada: "nos reservamos el presentar cuanto antes los textos litúrgicos que, dejando de lado el hecho de la transverberación en sí mismo, señalen más bien la importancia y la fuerza de la divina caridad en la vida de santa Teresa". No me cabe la menor duda de que el artífice de todo este cambio, incluso de que el Vaticano accediera fácilmente a esta concesión litúrgica de excepción, se le debe al liturgista carmelita, Valentino Macca (1924-1988), entonces miembro eminente y muy considerado en la Congregación para el Culto divino, el dicasterio vaticano que lo debía aprobar.

Así fueron los hechos que facilitaron el resultado que hoy tenemos. Pero históricamente está claro que fue el interés y el movimiento de las monjas Carmelitas Descalzas, lo que propició que esta fiesta teresiana no desapareciera y que todavía hoy podamos seguir celebrándola con más relieve en Ávila y Alba de Tormes, y de forma más discreta en todo el Carmelo Teresiano. Es justo reconocerles este mérito.

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