Cataluña en el corazón

Siempre fuimos excesivos. Recuerdo con nostalgia de niñez el snack París- Madrid de camino a La Junquera, propiedad de mis tíos que tuvieron que emigrar con una mano delante y otra detrás, abandonando el molino de su San Muñoz natal que no daba para mas y así abrirse camino.

Recuerdo a mi abuela haciendo croquetas a la castellana con sus piernas infectadas de varices y a mi tía Manuela llenando la nevera portátil de viandas castellanas para que "no gastásemos".

Recuerdo funerales, bodas, bautizos, cargolls a la llauna aderezamos con cavas y vinos de la Ribera del Duero?recuerdo a mi tío Tello subiendo cajas de Mahou en un piso sin ascensor con un enfisema pulmonar y los caracoles que recogía con mi tío Cipriano con apenas cuatro años en Castellfullit de la Roca, ladera arriba. Hoy están todos muertos en este si sentido que atenaza identidades.

Recuerdo a Adela Fonts y sus enseñanzas fotográficas, a mi amiga Juana con su mirar tímido que siempre esta ahí, recuerdo a mi primo Manel llorando sus ausencias que son también las mías, a mi primo Cipri ya sus hijos mozos de Escuadra, a mi locutor de radio Pere?a tantos.

Y es que a veces me cuesta entender esta lucha fratricida absurda, y fue el día de hoy donde entiendo y manifiesto la voluntad humana exenta de resquemores sin ánimo de ser un panfleto libertario ni político?porque yo creo en ellos y seguiré creyendo, libres como son, libres de fronteras.

Y como les recuerdo, y una pena profunda me oprime el pecho, porque yo también me siento catalana en mis afectos?seguiré rebuscando en las entrañas de lo que siento, libre, siempre libre de políticos afectados?de un lado y de otro. Y seguiré con pie firme queriendo a los míos libres de fronteras.