Viernes, 26 de abril de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Turismofobia
X

Turismofobia

Actualizado 14/08/2017
Lorenzo M. Bujosa Vadell

Era verano, ya hace lustros. De cuando uno se permitía unas vacaciones de más de tres meses frente al mar, con playa mañana y tarde. Quien me conozca podrá suponer que alguna vez tuve pelo, y que ese pelo era tirando a claro. Pues ya se pueden imaginar el efecto de tanto sol en mi pelo y en mi piel: el pelo se acababa decolorando tipo rubio escandinavo y la piel empezaba a enrojecer como un crustáceo bien cocido para terminar como mucho, ya a finales de las vacaciones, con un leve tono dorado.

En definitiva, que en mi propia tierra he pasado más de una vez como extranjero, no por voluntad propia, sino más bien por error manifiesto de las dependientas de las tiendas de recuerdos turísticos y de artilugios playeros, que no tenían duda alguna en abordarme en alemán en cuanto me querían vender algo. A veces les seguía la corriente como buenamente podía, y muchas otras les decía lo que no se esperaban: que era del pueblo de al lado y que hicieran el favor de hablarme en mallorquín con el sensato propósito de entendernos.

La cosa se ve que no era nueva, porque cuentan que nada más nacer, largo y escuálido como era, con una leve pelusa en mi cabecita, la voz autorizada de una prima de mi madre ya me calificó de centroeuropeo. El testimonio de oídas siempre acaba aquí, por eso nunca he sabido si esa afirmación tuvo consecuencias o no en la intimidad de la alcoba de mis padres, pero que yo sepa nunca hubo ni exigencia ni asunción de responsabilidades por fraudes, simulaciones u otro tipo de conductas discutibles.

La historia viene a cuento porque en algunos de esos últimos veranos, antes de complicarme la vida con otras actividades placenteras como la de esquivar olas de calor con viajes transcontinentales, en alguna de esas vacaciones decía aproveché como tantas veces para ejercer de hospitalario insular y llevé a no recuerdo qué buen amigo ni más ni menos que al Puerto de Sóller. Es probable que eso fuera antes de la construcción del túnel, por tanto podría jurar sobre el Corán que llegamos allí por alguna carretera con curvas, de esas de unos doscientos grados, que a mí ?que soy de llano- me han atraído siempre tanto.

Pues bien, tras el arduo viaje, debimos sentarnos en algún restaurante normalito, donde nos dieron por un alto precio una comida más bien del montón, y sin derecho a réplica, pues el local funcionaba a destajo y no querían entretenerse con el foráneo más de lo imprescindible para aumentar la caja del día.

Mientras entreteníamos la digestión dimos una vuelta por el puerto y por la playa, que allí casi viene a ser lo mismo. Y, ay de mí, nos encontramos con un surtido quiosco en el que había un montón de revistas de viajes, de las de primera generación, antes de la profusión que después nos ha abrumado. Fue ver ese montón y empezar a rebuscar alguno de los números que me faltaban, lo cual no debió gustar a la señora quiosquera, porque no tardó en murmurar para sus afueras: "Aquests putes alemanys !!", lo cual me temo que no precisa de traducción. A lo cual yo retruqué, con algo de cuidado: "Jo som de Campos", que era una proclamación de mi origen y tenía la intención de dejarla cortada y sin más palabras. Lo cual así ocurrió.

Dicho todo de otra manera: esto a que algunos quieren llamar "turismofobia" hace tiempo que existía en forma de calor difícil de soportar, curvas inefables, comida muy discutible y señoras mal? atendidas? ustedes ya me entienden? A pesar de todo eso ha seguido viniendo turismo en los lustros siguientes. La cuestión no es de fobia al turismo, que no es ninguna novedad y, como se acaba de demostrar, hasta en la isla de la calma ha tenido de antiguo sus indefectibles manifestaciones; el problema es más bien de correcta gestión del turismo y de determinación de capacidad y fijación de límites, porque es verdad que empezamos a no dar abasto.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...