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Jonathan Cenzual Burey, paisaje y conciencia social, ‘El Pastor’
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entrevista al director salmantino

Jonathan Cenzual Burey, paisaje y conciencia social, ‘El Pastor’

Actualizado 09/08/2017
Charo Alonso

"Yo soy mi mayor crítico y sé que lo importante es la historia y que esa historia requiere un espacio, marca un escenario"

Jonathan Cenzual llega vestido de azul, ese azul profundo de unos ojos vivos y del cartel de su película cuidadosamente medido, Queríamos que fuera como un interior de Caravagio, con sus luces y sus sombras. La importancia de la pintura en esta película es enorme. Vestido de azul y precedido alegremente por sus dos perros. La mastina, hermosísima, tiene la mirada sabia y estoica que muestra en la película, es Pillo, el perro de Anselmo, el pastor.

Charo Alonso: ¿Cuál es el proyecto nuevo de Jonathan Cenzual tras "El Pastor"?

Jonathan Cenzual: Me siento a concretar ideas, pero siempre surge algo relacionado con la película y tengo que dejarlo. La proyección de "El Pastor" el jueves día 10 en Salamanca es ahora mi ocupación.

-Recuerdo que le dijiste Javier Tolentino que tu pastor era una metáfora, un "compás moral".

-El pastor es una metáfora, sí. Anselmo es un pastor de oficio, lo que antes en los pueblos era como el cura o el médico. Al pastor lo definía su oficio. Eran hombres solitarios, quizás sabios. Los diez minutos primeros de la película sirven para contar cómo es mi pastor, un hombre meticuloso, austero. Su forma de ser es lo que define la película, su austeridad, el ser tan eficiente con su tiempo, propia de la gente que vive en espacios pequeños ¡Yo recuerdo en la sierra a mi familia, tres adultos, cuatro niños y la vaca debajo en una casa pequeña! Esa forma de ser que hace que se niegue a cambiar su vida.

-Los primeros minutos de tu película son de una belleza sobrecogedora, cielos, nubes, campos ondulados? luego llega la angustia poco a poco ¡El suspense y la tensión final son casi insoportables!

-Yo tenía muy medido el tempo, ese inicio lento? la presión a la que es sometido el pastor, cada vez más, cada vez más? el final tiene que ser abrupto y dejar que sea el espectador el que saque conclusiones.

-En esos primeros momentos lentos has definido muy bien como era antes la vida en los pueblos, la gente cuidadosa, con pocos objetos, metódica, trabajadora, pendiente de la luz?

-Era una forma de vida no de usar y tirar. Ahora estamos ahogados en la prisa y en el plástico. Nuestra vida se ha convertido en un estatus social. Nos dejamos llevar por esa ola de consumismo y de estupidez que nos exige tener cosas que no nos hacen falta para nada. Al pastor no le ofrecen dinero, sino cambiar su estilo de vida, y eso es lo que él no quiere. Ya nadie vive como vive mi pastor, aislado, con lo mínimo, muy poca gente lo hace, por eso es una metáfora, no un documental de una forma de vida ya ajena.

-Muestras muy bien en tus localizaciones ese pueblo que se convierte en un espacio urbano?

-Se da la circunstancia de que tienes pueblos que se están despoblando, abandonando y al mismo tiempo, hay pueblos construidos en medio de la nada que no tienen raíces ni esas casas que tienen la memoria en las paredes, paredes que han absorbido la historia de quienes vivieron dentro de ellas.

-Conoces muy bien la idiosincrasia de los pueblos, las escenas del bar son auténticas.

-Es que los bares son el termómetro de los pueblos. En ese bar de "El Pastor" que está en La Mata rodé escenas de mi película "El alma de las cosas". La Mata sigue guardando esa esencia de pueblo.

-Anselmo, el pastor, no se vende ¿Se vendería Jonathan Cenzual?

-Yo creo que no, si me vendiese sería rico. Eso es lo más fácil de creer, que no nos vendemos, todos pensamos que haríamos lo adecuado, pero si fueran así las cosas no tendríamos ladrones, especuladores, corruptos?

-Nadie ha mostrado los cielos de la Armuña con tanta belleza como tú. ¿Dónde has aprendido cine?

-Yo vengo del mundo de la pintura, del dibujo, del encuadre, de educar el ojo. Me marché a Inglaterra después de haber estudiado aquí dibujo, teatro? mi madre, que es inglesa, me llevaba mucho a los museos, me educó, me entrenó estéticamente el ojo. En Inglaterra trabajé en la BBC y luego me marché a Hispanoamérica donde pasé tres meses en La Patagonia ayudando en un proyecto cinematográfico. Allí descubrí que lo importante a la hora de hacer cine, es la historia. Ya en España hice dos películas, "El alma de las moscas" y "El año de la viña", todo con recursos modestos, pero tuve la experiencia de que funcionaron bien en varios festivales.

-Rodaste ambas películas en Salamanca, en la sierra una de ellas ¿Crees que vas a seguir haciendo cine en Salamanca?

-No lo sé, lo que sí sé es que siempre hay que superarse a sí mismo. Yo soy mi mayor crítico y sé que lo importante es la historia y que esa historia requiere un espacio, marca un escenario. Yo he rodado aquí porque este paisaje tiene un potencial increíble. Mi familia es de Miranda y vivimos en la Armuña, cuando uno regresa a Salamanca no me canso de ver ese cielo que aparece a medida que dejamos la sierra. Yo siempre ruedo en septiembre y octubre porque las formaciones de las nubes, los cielos están llenos de una luz amarilla que se convierte en oro. El paisaje me marca, pero lo que no haría es adaptar la historia al paisaje, cada historia necesita un escenario.

-Veo que piensas en términos de luz y de imágenes, Jonathan.

-Cierto, yo necesito visualizar la idea en la cabeza, me gusta menos el acto físico de escribir el guión.

-Sin embargo, los diálogos de tu película son auténticos, están perfectamente medidos.

-No me cuestan los diálogos, yo veo a los dos personajes y me los imagino hablando.

-Eres el director de la película, el encargado de la fotografía, el que ha escrito la historia ¿Con qué labor disfrutas más?

-Con visualizar la historia, rodar con la gente también es impresionante, ver como se da forma a tu historia. Me gusta montar la película aunque lo ideal sería contar con una persona que editara todo ese material. En cuanto a la fotografía es difícil encontrar a quien sepa muy bien qué tono, qué luz quiero yo para la película. Hay directores que son más de actores, o más de imágenes. Yo soy un director muy exigente con los actores y aquí muy cuidadoso con la fotografía.

-Es una de las grandezas de la película, esos cielos, esa luz, esos planos de los animales, de los cielos? La película ha tenido excelentes críticas y ha funcionado muy bien en Inglaterra ¿Por qué?

-También ha habido malas críticas, malas. En Inglaterra el promedio de las críticas ha sido muy bueno, creo que porque se trata de una de una historia universal, la avaricia es un tema universal. Yo le tengo respeto al pastor, a su forma de vivir, a su integridad.

-No hay nada bucólico en tu visión del pastor, es una vida dura, solitaria, difícil?

-Lo hemos vivido así, había días en los que el pastor de verdad llevaba las ovejas kilómetros y kilómetros y Miguel Martín detrás, haciendo su papel, yo rodando, kilómetros y kilómetros. Es una vida de esfuerzo, de mucho trabajo, auténtica? claro que nuestro pastor no vive aislado, acaba su tarea y se va al pueblo, con su mujer, a su casa.

-Miguel Martín, como todos tus actores hace un trabajo inmenso ¿Cómo fue trabajar con los actores, todos ellos salmantinos?

-Ese trabajo lo hice con Fede Hernández, que es mi supervisor de guiones. Se trata de conseguir que los actores se crean la película y la cuenten. Ha sido un trabajo muy grande, como el trabajo de la imagen, cada plano, cada encuadre? hemos hablado antes de pensar en imágenes, esos cielos que yo quería que recordaran a los de Goya, a los de Velázquez. Interiores muy cuidados. La luz de la Armuña era la protagonista, el paisaje?

-Ese cielo infinito que no le pertenece a nadie.

-Nadie puede comprar, cambiar ese paisaje. Una forma de vida, ese es el mensaje. El de alguien que no quiere cambiar su forma de vida ni por dinero ni por nada.

A nuestros pies, tranquilos, se desperezan los perros. No hay concesiones en esta película impresionante de Jonathan Cenzual, pero sí un deseo infinito de que las cosas sean de otra manera, un amor de tenso azul al paisaje de nuestra tierra? y una reserva inacabable de ternura en los ojos de este animal que me miró desde la pantalla y ahora se deja acariciar?

-Esta película se ha realizado con la ayuda de Salamanca Ciudad de Saberes y la Diputación, y con la aportación de mucha gente entre ellos la gente de la protectora. Buscaba un perro y en "Siempre fiel" me ayudaron con ella y mira? al final se quedó conmigo.

Charo Alonso

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