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‘Teresa, la jardinera de la luz, camino a Soria
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EN LA BELLA IGLESIA DEL CARMEN

‘Teresa, la jardinera de la luz, camino a Soria

Actualizado 06/08/2017
Redacción

De la mano del gran trabajo realizado por el grupo teatral Lazarillo de Tormes, viaja hasta la capital soriana en su actuación 156

"Siempre estamos de camino", decía Teresa de Jesús. Para ella, la vida era eso, un continuo caminar, no sólo por los numerosos recorridos que hiciera para fundar nuevos conventos de la Orden carmelita por ella reformada, sino en su propio interior, en busca del conocimiento y perfección de su alma. Ambas cosas fueron motivadas por el inmenso amor que tuvo a un Jesús de Nazaret al que convirtió en motor de su existencia. Mujer adelantada a su tiempo por sus capacidades intelectuales, religiosas y personales, se rebeló contra todas las murallas levantadas en torno a la idea de justicia, libertad e igualdad que tanto defendió por convertirse en el mejor adalid del mensaje del Evangelio. Por ello, lo único que no la adornaba fue el miedo.

Para todos aquellos que hayan disfrutado de la obra de teatro "Teresa, la jardinera de la luz", no puede pasar desapercibido el gran trabajo realizado por el grupo teatral Lazarillo de Tormes, que en tan sólo una hora, y gracias al magnífico guión de Denis Rafter, ha conseguido acercarnos a una figura intensa y rica con una vida llena de matices hasta hora desconocidos, por lo lejana que siempre se nos ha presentado. Sin embargo, Teresa de Jesús fue una mujer ante todo, con unos valores capaces de sorprender y rebasar a cualquier ser humano, hombre o mujer. Pero no era fácil ser una mujer inteligente, libre y a la par religiosa y enamorada confesa del Hijo de Dios. No lo era, porque si hoy en día tampoco lo es, en el siglo XVI era una auténtica hazaña. Procedente de una ciudad amurallada, Ávila, conoció de primera mano, las murallas que la sociedad de su tiempo levantó en torno a los desfavorecidos, sobre todo las mujeres, en un mundo donde el varón poderoso, civil o religioso, movía todos los hilos de su tiempo. Se crió entre varones, y su personalidad seductora y locuaz la llevó a relacionarse y crear fuertes lazos, o grandes fobias entre los hombres de su tiempo. Fue gran amiga del propio rey, y sin embargo encausada de la Inquisición.

En la tarde del 5 de agosto, festividad de la Virgen Blanca patrona de Vitoria, una ciudad cercana, Soria, pone en escena en el altar de su iglesia del Carmen, "Teresa, la jardinera de la luz", que llegó a esta ciudad, igual que lo hiciera la propia Teresa, allá por el año 1581 para fundar un nuevo convento de su orden carmelita. El público asistente, además de sentirse arrebatado por la atmósfera de la época a la que la carmelita perteneciera, asiste cómplice a los últimos momentos de la vida de esta mujer en el convento de Alba de Tormes. De la mano de los actores de Lazarillo de Tormes, nos acercamos a todo un recorrido vital lleno de las anécdotas de su larga existencia, las enseñanzas por ella transmitidas en la cotidianidad de sus días en los conventos, amén de aspectos de sus relaciones con la sociedad y política de su época. Una bella muestra de sus poemas de amor dan fe de su profunda relación con Dios; un encarnizado enfrentamiento de sus hermanas carmelitas con un dominico inquisidor que la inculpa, da testimonio de la semilla sembrada por ella en sus monjas.

La bella iglesia herreriana, de origen medieval, forma parte de un magnífico conjunto barroco, formado no sólo por el templo, sino también por el convento, que aunque en un primer momento fuera de mujeres, posteriormente acogería una rama carmelita de hombres. Gracias al recorrido que por las Fundaciones de la madre hace "Teresa, la jardinera de la luz", los espectadores sorianos conocieron de primera mano los avatares que de la de su ciudad se narran, que no exenta de sentido del humor, relata una de las hermanas ante el padre inquisidor. Ya en los últimos tiempos de su vida, pues Soria sería su penúltima Casa fundada, es reclamada desde allí por el obispo de Osma. El cariño y la admiración que se profesaban ambos eran profundos, así que no dudó en contar con la carmelita para aprovechar la casa que una rica y piadosa mujer le ofrecía para fundar un nuevo convento. Teresa no dudó en acudir, más por reunirse con su amigo el obispo don Alonso Velázquez, que pensando en fundar una nueva casa, pero la acogida que tuvo, ya en el mismo viaje, que hizo escoltada por varios hombres de confianza de los tres personajes, convirtió a Soria en una de las fundaciones más simpáticas, hermosas y fáciles de su periplo. Gracias a ello, esta pequeña ciudad castellana y su bellísima provincia, se ha convertido, y como lema se conoce, en "ciudad teresiana".

A Soria se la conoce también por otro lema, el de "ciudad de poetas". Los bellos poemas de amor de Gerardo Diego, las sobrecogedoras leyendas de Bécquer, o el alma dolida y enamorada de Machado son algunas de las muestras más sobresalientes. Sin duda Teresa queda incluida. Allí donde la curva del Duero, como si de una ballesta se tratara, envuelve a Soria, una mujer hace muchos siglos dejó una impronta en el barro y el alma de muchos, difícilmente borrables, anticipándose a los versos machadianos: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar". Tanto en Machado como en Teresa, una gran profundidad espiritual aflora en sus escritos y ambos con sus vidas y plumas, dejaron huella por esos caminos, con enseñanzas que aunque no pretendidas han llegado hasta nosotros. En lugares como las iglesias donde los hombres tanta fuerza y energía vital han compartido se puede sentir esta carga dejada a lo largo de los tiempos. Qué mejor lugar para poner en contacto a público, actores e historias por medio de un hecho como el teatral que en ellas tuvo su origen. Esta sobresaliente idea del productor Javier de Prado, ha conseguido dar a "Teresa, la jardinera de la luz" una pátina de autenticidad y brillo que la caracteriza dentro de todo su conjunto pleno de belleza, calidad y profesionalidad. La belleza que el arte y la palabra ofrecen: la calidad en el uso de ambos para recrear de nuevo esa belleza y la profesionalidad de convertir unos hábitos, un púlpito y un órgano en personajes, lugares y cultura. Ahí radica la luz de este montaje.

Teresa como Soria han sido grandes desconocidas, pero cuando nos acercamos a ellas, es imposible no caer rendidos ante la riqueza y hermosura que encierran.

Ante el Cañón del río Lobos, podemos imaginar la dureza de los viajes de la carmelita, en los que sólo veía lo que ahora podemos contemplar en estos paisajes, una grandiosidad que para ella siempre venía de un Dios que le permitía ser su colaboradora. Y parte de la belleza de esta provincia es debida a otra colaboración, la que muchos de sus habitantes comparten para mantener viva y libre de peligros una Naturaleza divina desde cualquier enfoque, que en muchas ocasiones como la de la protección forestal que hacen los sorianos de su provincia, les convierte como a Teresa de Jesús en cómplices de una Creación que nos trasciende. Palabras, versos, caminos, agua, sencillez y trabajo; hablamos de Soria, hablamos de Teresa de Jesús, que después de oír la primera misa en su nuevo convento un 6 de agosto, Transfiguración de Nuestro Señor, bendijo al obispo de Osma a petición del mismo, y se fue de Soria para seguir haciendo caminos.

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