La población de Castilla y León sigue envejeciendo, con una tasa de 190 mayores, superando de lejos la media nacional
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística sobre envejecimiento reflejan, una vez más, una tendencia que parece imparable: España ha vuelto a registrar un máximo histórico de envejecimiento, del 118%, es decir, ya se contabilizan 116 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Esta cifra supone un crecimiento de 2 puntos porcentuales con respecto al año pasado, cuando el índice de envejecimiento se situó en un 116%. En Castilla y León el envejecimiento es superior que en España, con una tasa del 190%: 190 mayores de 64 por cada 100 menores de 16 años.
Esta Comunidad es la tercera Comunidad más envejecida de España, por detrás de Asturias y Galicia y, por provincias, Zamora es, de lejos, la más envejecida (287%) con una proporción de 287 mayores por cada 100 menores de 16, seguida de León, con 227,7 y Salamanca, con 204,4 y Valladolid es la más joven, con un índice de envejecimiento del 154%.
En este contexto, la Fundación Adecco alerta del peligro que supone la discriminación de los desempleados mayores de 55 años pues, según Francisco Mesonero, director general de la fundación: "la situación es crítica: si no apostamos por el talento senior se derrumbará nuestro Estado del Bienestar". En este sentido, añade que "la prioridad nacional debe ser implementar mecanismos que permitan a los mayores participar en el mercado laboral, empezando por las empresas que, de forma improrrogable, deben cambiar su cultura y hacerla inclusiva para los senior: si no lo hacen sucumbirán".
Por otra parte, Mesonero alerta sobre la necesidad de estimular la participación de los sectores de la población hasta ahora más inactivos (mujeres, personas con discapacidad, etc), para compensar la falta de relevo generacional y garantizar el mantenimiento de nuestro Sistema de la Seguridad Social, especialmente en lo que respecta a las pensiones. La relación cotizante-pensionista es de 2,1, considerándose una ecuación sostenible a partir de 2,5. Si continúa esta tendencia, para 2052 se estima que, por cada persona inactiva, habrá poco más de una persona trabajando, lo pone en peligro la sostenibilidad de nuestro sistema.
En línea con esta realidad, la edad de jubilación tenderá a incrementarse algo que, según Mesonero: "no hemos de percibir como un drama, sino como la consecuencia lógica de una nueva coyuntura económica y biológica, en la que aumenta la esperanza de vida: lo que es necesario, no obstante, es renovar la visión que se tiene de un trabajador senior, haciendo hincapié en la riqueza que supone intercambio generacional para cualquier organización".