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Lavaderos resucitados
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Lavaderos resucitados

Actualizado 14/06/2017
Feli Blanco

Callados y resignados a recibir los desechos del progreso, los lavaderos de Babilafuente fueron testigo de calamidades y de algún que otro secreto

"Trabajo duro, sobre todo en el invierno cuando había que romper el hielo para poder lavar".

Fue en 1939 cuando se construyeron los lavaderos municipales, sustituyendo a otros más antiguos. Albergaron aperos y otros útiles, durante más de una década, convertidos en naves municipales. En 2002 se recuperaron de nuevo, fruto de una subvención, aproximándolos, con la rehabilitación a su origen.

Lavaderos que nos conducen a la cultura del ayer para el olvido del hoy. Callados y resignados a recibir los desechos del progreso, fueron testigo de calamidades y de algún que otro secreto. Ya no discuten, las tajuelas, ni los jabones de "sosa" se deslizan hacia el fondo del jaraíz, ni tan siquiera "dialogan" aquellos lavaderos estriados y barreños de Zinc, colgados ya, como adornos reliquias del pasado.

Ya contaba Mariana, hace más de catorce años, en la revista Aldaba "De verdad os digo que no comento de muy buena gana el tema, sólo el pensar en los fríos que pasábamos?."

Por suerte ya no es necesario romper carámbanos para lavar. Ya lo hace el botón. Pero también se pierde un punto de encuentro y tertulia y se dejarán de "lavar trapos sucios" (criticar) y de decir "hay ropa tendida" (no se podía hablar).

Los pilones ya no necesitan ubres para alimentarse ni fuentes con retroceso como fue la de la plaza desde 1958. El "Caño" calla y a la vez sonríe. Tampoco verá cántaros ni botijos. Sólo plásticos.

Pero nos queda el pilón grande. El que sirvió de abrevadero a los ganados, el que sustituyó a las charcas existentes culpables del paludismo de sus vecinos. El que bebe a diario del "Caño", el que fue escenario de zambullidas de recién casados y el que hoy refleja el paso del tiempo de sus vecinos.

Culpables o no, las charcas tuvieron su historia y sobre ellas también se edificó parte de la historia de Babilafuente. Nadie vive para contarnos que en 1909 se cegó la de Los Moninos, pero sí nos queda, por suerte, el frontón que en 1911 se levanto sobre su espacio. Acertadamente conserva el nombre la calle que lo acoge.

Otra charca se encontraba no muy lejos de los lavaderos. Sobre el terreno ganado se construyó el matadero municipal y el corral "del concejo", en donde se reunía al ganado antes de salir a pastar. Espacio ocupado posteriormente por una depuradora y en la actualidad por almacenes municipales. La del Camino Moríñigo, las de las Regueras, la del camino de Alba, la del Prado Labajo? etc. fueron otras charcas que existieron, algunas, hasta fechas recientes.

Pero volvamos a nuestros lavaderos para acompañarlos en su soledad y contarles que pueden tener otra vida, que forman parte de la historia y que gracias a sus tejadillos y su sombra se puede escuchar el cantar de los pájaros, el susurro del agua de nuestro querido "Caño", disfrutar de los perdidos rayos de sol del invierno o del cobijo en los días de lluvia. Formar parte de la ruta de nuestros visitantes y disfrute de los vecinos que en las tardes de verano buscan espacios de ocio y tertulia entorno al Caño y pilón.

F. Blanco

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