Cinco tácticas infalibles para triunfar en una entrevista de trabajo

Muchas veces tenemos un currículum impresionante, buena experiencia y muchas ganas de trabajar. Nos enteramos de una vacante y con toda la ilusión logramos que nos den esa ansiada entrevista de trabajo que por fin nos sacará de las garras del desempleo.

Por fin llega el día, llegas a tu destino, conversas con el encargado de reclutar personal y esperas la llamada que diga que eres el aceptado. Pero luego de la entrevista esperas un día, dos días, una semana y? ¡No te llamaron!

Lo peor es que no sabes qué hiciste mal, repasas en tu mente una y otra vez qué fue lo que pasó, cuál fue la razón por la cual no pudiste convencer a la persona que te entrevistó de que tú eras la pieza que le faltaba a esa empresa. Aprende aquí algunos consejos sobre cómo convencer a alguien.

Basta de pasar una y otra vez por esos amargos rechazos, a continuación encontrarás 5 claves para que alcances los objetivos que te propones en tu próxima entrevista de trabajo:

1.- Ubícate en contexto: antes de llegar a la entrevista es necesario que leas lo más posible sobre la empresa que podría contratarte. Entra en su sitio en internet ?en caso de que tenga- y revisa su biografía, averigua acerca de sus actividades comerciales, el perfil de empleados que contratan, los valores por los que se rigen, entre otros datos importantes.

Toda esta información te será útil durante el momento de las preguntas y el entrevistador notará el genuino interés que tienes en formar parte de su organización.

2.- Asegúrate de estar presentable: no se trata solo de tener un aspecto físico envidiable, sino de estar consciente del lugar a donde te diriges. Vístete acorde a la ocasión y al sitio sin dejar de lado tu personalidad, claro está.

No es lo mismo vestirse para una entrevista de trabajo en una agencia de publicidad que hacerlo para una entrevista en un buffet de abogados o para laborar en una panadería. Son dos ambientes totalmente distintos. Sin embargo, más allá de cuál sea la ropa que elijas, lo más importante es que esté limpia y sientas comodidad usándola.

Querer dar una excelente primera impresión pone ya bastante estrés sobre tus hombros como para también tener que preocuparte de que los zapatos te quedan chicos y te molestan los pies.

Aunque parezca algo tácito hay que decirlo para no dejar cabos sueltos: una higiene personal inadecuada también puede destruir al outfit más digno de admiración.

3.- Puntualidad: aquí no hay que dar mayor explicación. Una persona puntual denota que respeta su tiempo y el de los demás, así como su responsabilidad y la seriedad con la que tomó la cita concertada.

Llegar impuntualmente a una entrevista de trabajo puede derrumbar todo el trabajo que invertiste en tu CV ya que hace que los demás te perciban como alguien negligente y poco digno de confianza. Así que para evitar cualquier imprevisto, administra bien tu tiempo para poder llegar en el momento indicado.

4.- Demuestra seguridad: trata de mantener una postura recta pero relajada. No te olvides de sonreír, esto hará que te sientas más cómodo y que la persona delante de ti también perciba esto como una señal de confianza.

El contacto visual también es muy importante porque demuestra seguridad en ti mismo, algo que jugará totalmente a tu favor porque puedes lograr que la persona también confíe en tus habilidades además de que le infundirás respeto y credibilidad a tu solicitud.

Un buen apretón de manos firme y duradero al principio también puede dar ayudar a construir la primera impresión que deseas que se lleven de ti.

5.- Cuida tu vocabulario: es normal querer romper el hielo y relajar un ambiente que tal vez pueda sentirse tenso, pero las bromitas tontas es preferible guardarlas para otra ocasión, como para cuando estés en tu casa... y no haya más nadie.

Es preferible mantener un lenguaje sencillo, acorde con el nivel al cual nos estamos postulando y por supuesto nunca pasar por alto las razones por las cuales somos la opción ideal llenar esa vacante.

En este caso opta por decir habilidades/logros específicos y en vez de señalar adjetivos que hagan que tu entrevistador te perciba como alguien arrogante. Mantener un equilibrio es clave porque es importante que te vendas pero tampoco quieres parecer una persona creída o prepotente.

Por ejemplo, es preferible decir: "mi promedio me hizo ser primero de mi promoción universitaria" que "era el más inteligente de mi clase".

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