El Ayuntamiento ajustará el volumen de las campanadas del reloj de acuerdo a la Ley del Ruido

Ante las quejas de algunos vecinos sobre la posibilidad de que el volumen de las campanadas de reloj de la iglesia, que marcan cada hora con los toques correspondientes, así como los 30 minutos, el alcalde de Villavieja, Jorge Rodríguez, ha solicitado a la Diputación de Salamanca los servicios técnicos necesarios para que realice una medición de los decibelios que emiten las campanadas.

Aunque el reloj se ubica sobre la torre de la iglesia, es competencia municipal, de ahí que el Ayuntamiento deba tomar las decisiones que correspondan para cumplir la Ley 5/2009, de 4 de junio, del Ruido de Castilla y León, una decisión que no está exenta de controversia, pues como dice el refrán: 'Nunca llueve a gusto de todos'.

El alcalde asegura que "es muy probable que el volumen de las campanadas infrinja la Ley del ruido en los aledaños de la Plaza Mayor, donde se encuentra el reloj", y añade que "el Ayuntamiento, además de velar para que los ciudadanos cumplan con el ordenamiento jurídico, tiene que ser el primero en dar ejemplo y tomar las medidas oportunas para que sus decisiones y las consecuencias que se deriven de ellas sean acordes al marco legal establecido para todos los ciudadanos".

Hasta hoy el Ayuntamiento carece de datos sobre el nivel de decibelios de las campanadas, así que en función de los resultados de la medición realizada por los servicios técnicos de la Diputación, el Ayuntamiento tomará las medidas necesarias para ajustar el volumen a la normativa, pues como señala Jorge Rodríguez, "no se trata de suprimir las campanadas, solo regularemos su intensidad para que el volumen no exceda los límites establecidos en la Ley".

Pero la polémica no se ha hecho esperar. Tras que se hicieran algunas pruebas para estudiar las posibilidades técnicas que permitan ajustar el volumen de las campanadas, a la espera de los resultados técnicos oficiales sobre el volumen, algunos vecinos han mostrado su disconformidad ?a modo de críticas? contra el Ayuntamiento y contra los que piden una reducción del volumen de las campanadas.

"Entiendo la controversia inicial que este tema pueda suscitar ?señala el alcalde?, porque es costumbre que cada ciudadano analice la medida desde un punto de vista personal, sin empatizar con otros vecinos ni reconocer los derechos que nos conceden las leyes, pero es nuestra obligación velar para que esas leyes se respeten y tomar las medidas oportunas para hacerlas efectivas".

Cabe recordar que la Ordenanza Reguladora de las Peñas de Villavieja, aprobada hace un año por este mismo equipo de Gobierno municipal, también generó polémica y debate, pero no parece que eso vaya a hacer cambiar de opinión al alcalde: "Los debates y el intercambio de opiniones y pareceres son imprescindibles en un estado de derecho como el que disfrutamos, pero también en ellos hay que respetar unas normas mínimas de convivencia. Aprovechar estas ocasiones para utilizar argumentos misóginos, xenófobos o violentos es absolutamente reprobable y condenable, y aunque en muchos colectivos hay un grupo radical minoritario que acostumbra a excederse, es nuestro deber reprobarlo públicamente y exigir que el debate se mantenga siempre dentro de la moderación y de unos parámetros mínimos de educación y respeto", concluyó.