El Consistorio recupera las leyendas de brujas con talleres de teatro de calle

El Ayuntamiento de Villarino está dispuesto a profundizar y sacar al exterior su intrahistoria menos conocida como parte de su cultura tradicional y al mismo tiempo singular. La investigación realizada por el profesor de Biología de la Usal, José Antonio González, sobre las leyendas e historias de brujas en la localidad, ha sido el detonante para sacar a la luz una parte del pasado más oculto y que se ha trasmitido de viva voz de generación en generación hasta la actualidad.

Como señala José Antonio González, Villarino fue uno de los llamados 'pueblos de brujas', también Cipérez si abrimos el 'título' a la comarca de Vitigudino, ambos destacan por esta 'condición', por lo que sus vecinos nunca han sido muy partidarios de airear una condición mal vista y que les induce temor por las consecuencias que ello les pueda suponer.

Según la investigación realizada por González, "consta en acta un proceso que en 1591 aquí se estableció contra dos brujas y todavía se cuenta que a sus habitantes, si no saben dónde se meten y no andan prevenidos, lo menos que les puede ocurrir es que sean víctimas casi seguras del mal de ojo".

Era común hasta no hace muchos años, que el corretear de los rapaces por sus calles en algún momento se convertía en temor cuando aparecía cierta mujer de 'pelos blancos', que ?por supuesto? nada tenía de bruja, más bien todo lo contrario, pero por si acaso aquellos cabellos plateados no pertenecían al mundo de los normales, los muchachos cruzaban sus dedos cuando por delante de ella pasaban. El objetivo no era otro que evitar el mal de ojo, pues no se sabe muy bien por qué la casualidad y la mala suerte se cebaban con el que no hizo caso a los que 'sabían de brujas'. Bien con alguna de las manos por detrás o metidas en los bolsillos, los dedos se cruzaban para evitar males mayores. Tal cual, y es que las leyendas de brujas estaban siempre presentes en las casas.

Como señala José Antonio González, "se trata de un pueblo en el que aún ocurren cosas extraordinarias imputables solo a las brujas, pues precisamente es aquí donde todas las brujas de Las Arribes celebran sus aquelarres, exactamente en el valle de Zarapayas".

Es el molino de Zarapayas, uno de los 14 que se repartían por todo el término para moler centeno, trigo y cebada a poco que el agua corriese en ríos, riveras y regatos, donde las brujas celebraban sus aquelarres utilizando un niño. Esta leyenda tenía una explicación, y no era otra cuestión que evitar que se repitiese el trágico suceso ocurrido tiempo antes, cuando dos niños fueron hallados muertos atrapados por las piedras del molino.

Según González, "las brujas en Villarino han sido identificadas, y aún lo son, como simples y pobres viejas del pueblo, encorvadas y feas, envidiosas, rencorosas y vengativas; mujeres a las que no se permitía besar a los niños ni la entrada en casa o dependencias del ganado, pues había que evitar su influjo y el efecto maléfico del mal de ojo (su más temido poder)".

Como recuerda el profesor, la transformación de las brujas en animales es otra de las creencias muy extendidas, especialmente en gatos negros. Cuando un felino de esa coloración hacía acto de presencia en algún lugar, el personal se inquietaba, tanto que se volvían a cruzar los dedos y la conversación se convertía en susurros para evitar que las palabras llegasen a la supuesta bruja. En este sentido, González recuerda que se las reconoce esa capacidad de "transformación a voluntad, en animales fundamentalmente (gato negro, gallina con pollitos, etc.); pero también en remolinos de polvo".

Teatralización

Y después de algún que otro amuleto, será la compañía Lombó Teatro la que mediante un taller de teatro de calle y un pasacalles escenifique los días 9 y 10 de junio las leyendas de brujas en esta localidad.

La primera cita será el viernes a partir de las 19.00 horas, en el salón del teleclub. El objetivo será un taller de teatro de calle abierto a cuantos quieran actuar o colaborar en el pasacalles del sábado. Como señalan desde Lombó, "no hace falta experiencia previa. Aquellos que tengan algún vestuario tradicional o sepan tocar algún instrumento musical pueden llevarlo, los que tengan alguna canción o leyenda del pueblo también. La idea es que entre todos los vecinos y vecinas podamos crear una fiesta con las propias historias del pueblo sobre brujas y contrabandistas. Y por supuesto ¡crear nuevas historias!".

El sábado 10 de junio la cita será a las 22.30 horas en la plaza del pueblo. Desde allí comenzarán un pasacalles para recordar las historias de brujas y de contrabandistas, "luego de la gran fogata".

PROGRAMA

escenificación