Miguel Ángel Palomo escribe a Luis, Pedro y Quintín desde Gran Canaria, agradeciendo su labor en Las Villas
Nací en 1980 y al año siguiente y hasta el día de hoy vinieron unos dominicos un poco diferentes y un poco más liberales que lo que conocemos como el típico cura conservador y que pide dinero para que las misas tengan efecto.
Es por eso que he visto siempre a los curas, frailes o sacerdotes como paisanos, como amigos, como gente que fomenta la cultura, como amigos con quien hablar cualquier tema, como personas al fin y al cabo, que ayudan a las personas.
Actualmente, aunque han pasado muchos, quedan Luis, Pedro y Quintín, llevando ellos (con alguna ayuda alguna vez) Babilafuente, Villoria, Moríñigo y Villoruela, aparte cada uno tiene sus trabajos.
Cuento todo esto porque yo ahora que vivo en la isla de Gran Canaria, donde el cura pasa el cepillo y dice textualmente que quien no colabora económicamente no aporta. Pienso la suerte que hemos tenido de tener a unas personas que ven la religión más que solo rezar o solo dar dinero.
Que no digo que no den misas, pero de siempre nos han enseñado (también han sido profesores) a ser buenas personas, a intentar ayudar al prójimo, a ser más justos.
Yo, que aunque no soy muy practicante sí soy creyente, les compararía con Santa Teresa de Jesús, mujer que quiso revolucionar la Iglesia, mujer a la cual persiguió la Inquisición pero llegó a ser Doctora de la Iglesia. Mujer que quiso más reflexión y menos riquezas.
Es por eso que me apetece darles las gracias en vida y ahora, en el presente porque creo que han aportado mucho a la comunidad de Las Villas.
Gracias por enseñar que el camino de la luz no solo es rezar, sino ayudar, y sobre todo ser buenas personas.
Por supuesto, mención a la ONG Acción Verapaz o al Centro Rural para Adultos de Las Villas.
Seguro que mi madre Pili, tiene mil fotos de ellos, pero más que la foto quiero darles simplemente GRACIAS.
Miguel Ángel Palomo Corredera