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Isabel Bernardo, poética, redentora Pasión
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ENTREVISTA DE CHARO ALONSO

Isabel Bernardo, poética, redentora Pasión

Actualizado 06/04/2017
Redacción

Una mujer de palabra, una mujer de tertulia, de voz clara y rotunda que goza del intercambio, que sabe escuchar y hacerse oír

Tiene Isabel Bernardo la risa franca, el gesto directo con el que mira a la cámara de Carmen Borrego. El paso firme recorriendo las piedras de su Salamanca. Con pasión, con ese olor a campo que desprenden la frescura y la naturalidad de su persona. Señores, esto son lentejas?

Charo Alonso: Eres una mujer de muchos intereses, escribes, eres articulista en La Gaceta Regional, ejerces de conferenciante, participas en tertulias literarias, estudiaste medicina, Gestión y Administración, retórica y además, llevaste tu propia empresa ¿Cómo te dio y te da tiempo para todo?

Isabel Bernardo: ¿Y me lo dices tú? Para todo se saca tiempo, aunque es verdad que duermo poco.

Charo Alonso: Actualmente coordinas la comisión de cultura de El Casino de Salamanca ¿Crees que va a conseguirse que El Casino se abra a un público más amplio, que deje de ser una institución vetusta, lejana?

Isabel Bernardo: Con esa intención trabaja la Junta Directiva del Casino que preside Alberto Estella. Nosotros, como comisión, ayudamos en lo posible a ello y les estamos muy agradecidos porque nos permitan colaborar. Me consta que el número de socios en este año ha aumentado muy considerablemente, y que se ha bajado mucho la media de edad. Muchos socios nuevos están entre los 35 y los 60 años. Y la programación, hoy por hoy, está dejando su eco en la ciudad. Por el Casino en los últimos meses y gracias a la nueva directiva han pasado nombres de gran talla intelectual, cultural, política...: Ana Martín Gaite, Juan Manuel de Prada, Esperanza Aguirre, García Margallo, María Toledo, Charo Ruano, Joaquín Araújo, Amancio Prada... No cabe otra que felicitarse por ello.

Charo Alonso: ¿Crees que Salamanca tiene una buena oferta cultural? ¿Crees que las instituciones, en las que tú has participado como concejala y vicepresidenta de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, programan bien estas ofertas?

Isabel Bernardo: Yo creo que sí. La Sala de la Palabra en el Teatro Liceo es buen ejemplo de ello y me consta que se está prestando muy generosamente a diferentes proyectos culturales. Lo que sí siento es lo apartada que está la Universidad de la ciudad, lo poco que interviene el alumnado en la vida cultural; una ciudad que gracias a muchas iniciativas públicas y privadas, y mucho altruismo, tiene una enorme oferta cultural. Pero es curioso, no figuramos en la lista de ciudades culturales, según ha publicado algún medio. Esto es algo sorprendente.

Carmen Borrego: Yo recuerdo aquellos grupos de teatro, aquellas revistas como Vanidades o Crónicas de Palacio en nuestros tiempos de universidad?

Isabel Bernardo: Quizás es que antes la Universidad estaba más dentro de la ciudad y participaba de ella. El traslado al campus, sin duda, aleja a los estudiantes. Hace poco escribí una columna a propósito del modelo de las viejas ciudades universitarias que han de velar porque no se vaya la totalidad de la universidad al extrarradio porque, con ello, la ciudad muere. Evidentemente hay que hacer campus de investigación y nuevas instalaciones y aulas, pero las universidades históricas deberían mantener una buena parte del alumnado en los edificios de origen para que la vida estudiantil se haga visible en las calles.

Charo Alonso: Isabel ¿Cómo ves ahora mismo Salamanca?

Isabel Bernardo: Envejecida. Un poco triste, aunque mi mirada suela ser siempre muy optimista. Uno no puede cerrar los ojos a la realidad, especialmente en invierno. Yo no pensaba que esta ciudad acabaría así y llevo aquí toda la vida, callejeo mucho. Hablando de eso, Salamanca ha ganado mucho en zonas para caminar? Hay zonas cerca del cementerio que son magníficas por sus puestas de sol; la parte alta de Pizarrales -¡el último tramo cuesta que no veas!- dando vista a las estribaciones de la Armuña y los campos del Oeste, la orilla del río... Entiendo que, hoy por hoy, las instituciones hacen lo que pueden con los medios económicos que tienen: mucho más limitados que hace unos años. La desaparición de Caja Duero se notó mucho en la programación cultural. Pero de todos modos creo que no podemos quejarnos aunque me gustaría que hubiera más participación de los jóvenes.

Charo Alonso: Quizás tendemos a ver el pasado con nostalgia, las revistas, las tertulias como Papeles del Martes, la del Novelty, las asociaciones?

Isabel Bernardo: Todo ha ido cambiando, es la inercia de los tiempos. Por ejemplo, el Ateneo ahí sigue, aunque no tenga sede. Todo se va adaptando y se reorganiza por diferentes circunstancias. Por ejemplo, del grupo "Salamanca Letra Contemporánea" fueron naciendo nuevas asociaciones y tertulias literarias: "A.C. Pentadrama", "Son Letras"... La diversidad es grande. Yo continuo asistiendo cada martes a mi tertulia de siempre, aquí mismo, en Dominicos.

Isabel Bernardo es una mujer de palabra. Una mujer de tertulia, de voz clara y rotunda que goza del intercambio, que sabe escuchar y hacerse oír con la contundencia de quien disfruta del encuentro, no en vano estudió lo que en ella es innato, retórica, oratoria. Una mujer enormemente culta entregada a la literatura que cultiva apasionadamente como autora para niños, conferenciante, siempre poeta: La Literatura es un permanente desafío a la razón y la inteligencia humanas. Y mayormente la Poesía, género por excelencia para ahondar en todos los misterios: el de la naturaleza, el del paisaje, el del silencio, el del sentimiento? y el de la transcendencia.

Charo Alonso: No tienes nostalgia del pasado. Isabel, cuando hay tanta gente que escribe, tantas revistas a las que llega de todo ¿Cómo discernir entre lo bueno y lo malo?

Isabel Bernardo: Es muy difícil, mucho, pero si es bueno o malo tiene que advertirlo el lector y también el propio autor. Los que escribimos sabemos lo que cuesta una sola frase. Aunque sea en una carta. Os voy a contar algo: yo soy de las que escribo y recibo cartas con la formalidad de los de antes -eso de "Querido Fernando", "Querida Isabel"-. Me encanta el género epistolar y todo su ritual? y le dedico tiempo. Tengo un conjunto de cartas que son un tesoro. Por ejemplo las que cruzo con Fernando Segovia. Además de excelente artista, tiene una pluma fantástica.

Charo Alonso: Eres una gran articulista, de contundentes columnas. ¿Cómo afrontas ese trabajo tan diferente a la poesía?

Isabel Bernardo: Los artículos tienen otro fin, es otro registro y otra emoción. Me encantan porque procuro documentarme un poco sobre lo que escribo, y eso es lo que más le agradezco al periódico, que me obligue a buscar, a reflexionar. Y en lo que se refiere al trabajo poético, siempre me he visto escribiendo poesía. Yo creo que fue la primera forma que tuve de expresarme. En la infancia escribía, también cuando fui una adolescente tardía. En las palabras encontraba la forma para expresar lo que sentía.

Esta interlocutora rápida, cálida y cercana en los gestos se detiene y amansa, agua que corre y se recoge quieta en la poza limpia de sus grandes ojos.

Isabel Bernardo: Hay una imagen de mí misma escribiendo que no se me ha borrado nunca. Sería en un mes de otoño, yo estaba sentada sobre un tronco y puedo todavía oír crujir aquellas hojas alrededor del árbol caído donde escribía.

Charo Alonso: El ejercicio de la poesía es solitario, como El Poeta ante la Cruz. Háblame de este acto que no conozco.

Isabel Bernardo: Es un acto muy consolidado. Cada año proponen a un poeta, con mucho tiempo de antelación para que pueda escribir un libro de versos. Su nombre es siempre un secreto hasta que el poeta del año correspondiente lee su poemario ante el Cristo de la Agonía Redentora. Al finalizar el acto, se da a conocer quién será el Poeta ante la Cruz del año siguiente. Yo leo el 2 de abril, y ese mismo día Salamanca sabrá quién es el poeta invitado para el 2018.

Hace más de treinta años, la Cofradía de la Agonía Redentora instituyó este acto íntimo de música y poesía ante la imagen de un Cristo que recibe al poeta ?José Ledesma Criado, José Luis Puerto, Antonio Zamarreño, Mercedes Marcos entre otros- a la altura de los ojos el Domingo de Pasión en el callado corazón de la catedral Nueva y en un ambiente de profundo recogimiento e infinita ¿Tristeza?

Isabel Bernardo: No, no hay tristeza. Hay tristeza en la agonía, claro, pero no se entiende la Pasión si no hay Resurrección, ni la agonía se entiende sin la redención. El poemario se titula Donde se quiebra la luz, y habla del instante en el que la crucifixión de sol se hace un hecho inevitable. Es el gran misterio de la muerte y de la transcendencia frente a Cristo, que es para mí la única esperanza posible ante la adversidad del caos.

Charo Alonso: Has ganado un importante premio de poesía mística y tus versos están llenos de espiritualidad cristiana. En un tiempo de anticlericalismo imperante te pregunto lo mismo que a la poeta Asunción Escribano, pregonera este año de la Semana Santa como lo fuiste tú ¿Cómo vives tu condición de persona religiosa?

Isabel Bernardo: Con la misma naturalidad con la que vivo otras formas de creer o de pensar. No es para mí una causa de enfrentamiento con nadie. La religión hay que vivirla de una forma natural, sin extravagancias, y aceptar que existen otras sensibilidades, como en las ideologías políticas. Para mí Dios es un mensaje, una puerta de esperanza que espero sea una realidad cuando haya de marcharme.

Charo Alonso: Coordinas la Oración Poética de la Hermandad de Jesús Despojado en la que participan muchos poetas de la ciudad. Carmen vive mucho la Semana Santa pero yo no acabo de separar en ella la fiesta, el fervor, la costumbre?

Isabel Bernardo: Es todo lo que dices y además... fe; incluso la polémica entre los más puristas que quieren una Semana Santa muy castellana o los que la prefieren más sevillana, con esas levantás, los jaleos, el llevar la imagen a costal. Lo importante es el sentimiento. Luego están esos debates sobre las costumbres de unos u otros que no van a ninguna parte si se sacan de contexto. Es lo mismo que cuando me preguntaban qué sentía por ser la quinta mujer pregonera de la Semana Santa ¡Yo no me he planteado si soy hombre o mujer para ciertos asuntos! Yo no diferencio entre amigos y amigas. Tampoco me he sentido discriminada en mi casa por el hecho de ser mujer, quizás porque he sido la hermana mayor.

Charo Alonso: Eres una mujer muy integradora en todos los sentidos, una magnífica tertuliana?

Isabel Bernardo: En las tertulias discutimos y discutimos y acabamos todos tomando un vino. Se han despertado en la actualidad demasiados debates absurdos y yo no me he criado con ese tipo de enfrentamientos: hombres, mujeres, política, religión? yo jamás le pregunto a nadie sobre sus ideas personales, y es cierto que se están generando distancias insalvables, resentimientos. Mirad, a mí cuando hay empatía, lo demás me da igual.

Charo Alonso: ¿De dónde viene tu vinculación con el Campo Charro? ¿Crees que estamos olvidando en la ciudad la personalidad de las gentes del campo?

Isabel Bernardo: Viene de mi marido, de la familia de mi marido. Y sí, es cierto que se nota mucho la falta de aquellos "Señores" de antes del Campo Charro. Ahora no se tiene el mismo sello. Viendo fotografías del ayer más o menos inmediato, hay que reconocer que se ha perdido mucho señorío y se ha ganado en chabacanería. Por ejemplo, nos hemos cargado el elegante lenguaje del campo, del charro lígrimo impecable, bien vestido. Y si nos trasladamos a aquellas viejas tertulias del Casino en las que había políticos, industriales, escritores, profesores, gente del campo? había en ellos algo innato; no era solo la forma de vestir, era un conjunto de cosas, de gestos. En el campo se le daba mucha importancia a las conversaciones; la gente tenía una capacidad de escucha increíble, y se hacían hombres cultos asistiendo a tertulias y conviviendo con los intelectuales.

Carmen Borrego: Hemos entrevistado a Joaquín Villén, que pasó toda su vida trabajando en Paulino, en la plaza y nos hablaba de un código no escrito. Eran señores hasta los empleados.

Isabel Bernardo: Quizás porque la mayor parte de estas empresas eran familiares y estaban todos muy identificados, unos con otros, y había una gran confianza y ética entre jefes y empleados.

Charo Alonso: ¿Qué haces en el campo aparte de, como nos has contado, quitar malas hierbas del jardín?

Isabel Bernardo: Vivo entre vacas, burros, perros, sí. Y me gusta disfrutar de la casa y del jardín. Pero además sigo trabajando y escribiendo. Ahora estoy buscando documentación para una conferencia sobre la cesta de Caperucita en la que estoy trabajando. La Biblioteca Torrente Ballester me ha conseguido una magnífica selección de artículos para mi ensayo. ¡Estoy descubriendo todo lo que llevan las cestas de las diferentes versiones que se han escrito sobre Caperucita! Está siendo un trabajo apasionante que empecé ya hace algunos años.

Isabel Bernardo huele a campo. A tradición, modernidad, activa alegría, diligencia sin impaciencia. En ella habitan el burro Serafín, los duendes, la Mariseca y esa perra Baba que no quiere que la llamen Boba y que prologó Álvaro, el hijo de Vicente del Bosque para enseñarnos que somos diferentes, pero no peores. Libros infantiles que vuelan como mariposas en torno a una poesía sentida, transcendente, plena de caballos al viento que no calla, ahíta de sur, de luz, de flores, de fuegos y de todo lo que nos hace ir más allá, camino del encuentro que en la mística de Isabel Bernardo es luz y naturaleza en comunión con Dios y con un hombre capaz de conjurar, como ella dice, la adversidad del caos. Alegría bendita. Atardecer salmantino que nos redime con la sola palabra: Canta/para que calle el viento/ y, desnudos,/queden en el aire/ los fecundos silencios. Isabel, no calles.

Charo Alonso

Fotografías: Carmen Borrego.

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