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Ángeles Maeso, poesía como vivencia valiente
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Verdad y belleza

Ángeles Maeso, poesía como vivencia valiente

Actualizado 09/03/2017
Redacción

La Sala de la Palabra acoge la presentación de su último poemario, 'Puentes de mimbre'

Azul y callada, la Sala de la Palabra del Teatro Liceo tiene, bajo la batuta de la Asociación Pentadrama, un serio y, sin embargo, lleno de ternura. Y todo por esta mujer que sonríe agradecida y que recita, narrando, poemas que nos sitúan, según Montserrat Villar, en el suelo, con sensibilidad, con ternura. Ángeles Maeso tiene la virtud de la verdad, pero también de la belleza, de la sensibilidad que convierte la épica en cotidiana vivencia, en escritura donde la memoria se trenza.

A esta poeta soriana certera y valiente, la boca se le llena de agradecimiento hacia las mujeres que, manifestándose en Madrid, han conseguido una reunión para configurar un Pacto de Estado para evitar la violencia de género Nada se nos regala, todo conlleva riesgos. Y los riesgos son, en su poesía, exprimir el lenguaje hasta desnudar el hueso de esa esencia con ecos de Vallejo, de Celaya, de Crémer. Algo duro y feroz en estos versos nacidos en el insomnio y convertidos en un diálogo pleno de dureza contra ese mundo que seguramente, pueda ser de otra manera Escribimos de lo que nos quita el sueño, de lo que nos obsesionan, las ideas vienen después. Y es esta mujer la que, conjurando el reloj, vive su trabajo como docente especializada en ese mundo complejo de la marginación que se cuela en nuestra vida y que nos obliga a ver, desde la intimidad, la política diaria que influye sin necesidad de abrazar el compromiso. Verdad y belleza son ingredientes de un poema, por eso los duros versos de Maeso están desnudos y duros, pero son de una belleza que golpea a los oyentes desde una voz certera que sabe recitar, narrar, explicar y mantener esa emoción que se hace más fuerte cuando, por las ventanas, entra el eco de la manifestación feminista del 8 de marzo. Unas voces que son el contrapunto perfecto a una de las obras más dolorosas de la autora, un poema dedicado a la mujer que se enfrenta al aborto jugando con las fechas, desde los carniceros años 70 a las incertidumbres de un derecho que pretenden sustraer. La historia cotidiana, la política diaria, los abusos del poder, las leyes que amordazan la y la injusticia diaria se meten en los poemas de Maeso y duelen, plenos de belleza y de autenticidad.

Tiene Maeso una cualidad firme y serena. Una poesía contundente, plena de hallazgos donde lo político y lo íntimo se unen en un abrazo desolado y verdadero. Por eso sus versos sobrecogen, versos llenos de memoria campesina, olvido desolado, ciudad en la periferia, mujeres que leen agotadas en los vagones de metro, siempre arrastrando la tarea diaria como un Sísifo eterno. Versos que son puentes de mimbre lanzados al lector para expresar esa poesía y verdad que, en un ejercicio editorial valiente y original, ha sido traducido al esperanto.

Y es que ha sido Miguel Fernández, un esperantista enamorado de los poemas de Maeso, quien tradujo los versos del libro Vamos, vemos, que acompañan la bella reedición del libro en la editorial Lastura. Lo que iba a ser una traducción de varios poemas para una revista en esperanto se ha convertido, con el empeño de Lidia López Miguel en un libro cuyo éxito en la gran comunidad esperantista mundial ha sido una sorpresa para la autora, ahora dedicada a la lectura pública de su último poemario Puentes de mimbre, una auténtica primicia para los lectores salmantinos porque el libro acaba de salir. Un libro del que la autora soriana lee un último poema dedicado a esa esperanza que brilla entre el horror como una joya, la de su voz portentosa. Belleza y verdad incómoda. Verdad bella con su filo de autenticidad, desnudez y metal. Necesaria Maeso, aún en esperanto, porque es imprescindible, en todas, todas las lenguas.

Charo Alonso

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