Todo lo impregna el oro cálido de la luz en esta estancia. Santifica las cosas que en la pared se muestran: los cazos menestrales, la farola que alumbra a los difuntos, el cinto o la correa de alguna caballería y el cuadro cuya imagen se nos vela. Entra
Todo lo impregna el oro cálido de la luz en esta estancia. Santifica las cosas que en la pared se muestran: los cazos menestrales, la farola que alumbra a los difuntos, el cinto o la correa de alguna caballería y el cuadro cuya imagen se nos vela. Entra por el balcón hasta la estancia toda la luz del mundo. Y en esa estancia podemos soñar siempre, podemos habitar, como matriz del ser.
José Luis Puerto (Texto) / Rosa Gómez (Fotografía)