El asunto catalán nos tiene a todos tan aburridos que no Noós que, verdaderamente, ya no preocupa a nadie. Y debería, o todo es un paripé para que el malvado estado español les dé la gestión de Hacienda, o es verdaderamente ganas de montar un Kosovo a la fideúa. En fin, fuera lo que fuese, el espectáculo judicial está servido y nos toca analizar estupideces tales como que el Tribunal Constitucional no fue claro, etc, etc. En resumidas cuentas, que vamos a tener cuestión soberanista para Rato, y que conste que Rato no irá a la cárcel, ni Blesa, ni Urdangarín? y que nadie se rasgue las vestiduras, era de prever que a ciertos niveles no hay delito que valga. El delito no es para los presidentes de comunidades autónomas medio bobos, ni para los que tienen una bronca con la novia después de liarse a pelotazos en un partido, no, el delito es para el currito que no tiene para un buen abogado. No dudo de la justicia, pero a veces se busca las vueltas ella solita y se larga por el camino de en medio. Unos tanto y otros tan poco, dirá la Pantoja, y mientras, creo que todas las prisiones de este país suspiran de alivio. Puede que fuera una imagen demasiado fuerte tener entre rejas al cuñado del rey.
A mí estos delitos de euros me parece que no son de cárcel, sino de apoquinar, que lo necesita el estado aunque sea para adecentar precisamente cárceles. Yo no quiero más vergüenza pública, que ya la tienen, quiero que paguen religiosamente todos, y que lo hagan de forma contante y sonante, para que luego no diga el ministro de los dineuros que debemos estar los demás trabajando hasta los 70. Que trabajen los jóvenes que es lo que están deseando, y el pobre currante que ya lleva a sus espaldas una vida de esfuerzo, que disfrute y se ponga a viajar por el Inserso o a quedarse en casa viendo historias de hospitales, que menudo enganche tiene la madre que me parió con la ficción sanitaria, por favor.
Yo les aseguro que al personal cada vez le resbala más el tema soberanista. Hasta los oscars de Trump son más entretenidos, y no digamos cuando se equivocan. Es como lo del préstamo en condiciones ventajosas o el finiquito ese de Bárcenas. Cuestión de llamar a las cosas por otro nombre y pensar que somos tontos, o quizás vagos de oído. Sin duda. El problema es recibir el recibo de la luz o comprobar que con cuarenta euros no llenas el carro ni con marca blanca. Ese es el problema, la independencia de Cataluña, el destierro dorado de Urdangarín y hasta la corona esa que aplastó a la reina Letizia ?yo de ella se la encasquetaba a un museo y ya, que le hace la cabeza muy pequeña y seguro que le causa una jaqueca monumental- son pecata minuta si uno piensa en cosas tan importantes como la nevera llena, la cuenta del banco y hasta el tiempo atmosférico. A veces la vida nos lleva por derroteros muy prosaicos, pero qué vamos a hacer, lo importante es lo importante, y créanme que me importa más el precio del pescado que las boqueadas de los del plebiscito frente al juez. No lo duden ni por un momento.
Charo Alonso
Fotografía: Fernando Sánchez Gómez.
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