Viernes, 19 de abril de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Mensajeros
X

Mensajeros

Actualizado 27/02/2017
Lorenzo M. Bujosa Vadell

Esta semana hemos confirmado que quien ha proclamado su intención de hacer a "América Grande de Nuevo" quiere conseguirlo seleccionando al mensajero. Algunos le gustan -curiosamente entre ellos están los que se inventan trolas de grueso calibre y también los que se creen las insensateces con las que él mismo quiere intoxicar al auditorio- y en cambio, quienes todavía tienen algún aprecio por la verdad, por la honradez informativa y por el público en general son despreciados, insultados y excluidos.

Los autócratas siempre han sido fervientes partidarios de subvertir el mensaje y, por si acaso y para asegurar, de elegir a sus mercurios de pies alados, cuanto más entregados mejor, cuanto más sometidos más fiables, cuanto más acríticos más cómodos. Pero autócratas, o aprendices de tales, no sólo hay en la Casa Blanca, por desgracia.

Tanto en democracia como en dictadura el de contar las cosas siempre ha sido problema principal; lo cual vendría a evidenciar que incluso la masa anónima del dictador más sanguinario debe ser mantenida en la inopia, si se quiere mantener el machito por un tiempo, porque luego la plebe se rebela y sale por donde uno no se pensaba.

Claro que ya mi señora madre me recuerda de vez en cuando ese refrán poco favorable a la prensa por el que la sabiduría popular confirma los riesgos y los temores ante las noticias en general. "Miente más que los periódicos" me dice en su versión insular y rústica de una lengua antigua, de la que ya les hablaré otro día. No es más que una regla de sana prudencia para aguzar la desconfianza en lo que nos cuentan y en cómo lo hacen.

El caso es que el control de la información, de lo que se comunica, de cómo se narra, en qué proporción y de cómo se valora, es algo que analizan los estudiosos del periodismo y de la comunicación en general, audiovisual o no, pero que intuimos todos los demás. No hace falta leer a Klemperer y su Lingua Tertii Imperii para acumular algunas pistas de los sesgos informativos, de las manipulaciones y de las mentiras a las que nos vemos sometidos por un uso malintencionado del lenguaje, que en lo que menos interesado está es en la realidad.

Un viejo y obvio remedio en sociedades pluralistas es acudir a fuentes diversas y a partir de las visiones parciales tratar de hacer un todo. Solución tendencialmente utópica para quien tiene poco tiempo, e inútil para quien, como tantos, está más cómodo leyendo solo a los que confirman lo que uno sospechaba, sin intentar un pequeño ejercicio autocrítico de leer a quien parte de otras ideologías, de otros intereses, de otras experiencias.

Al fin y al cabo, la información tiene sus límites y sus dificultades y ante ella los perfeccionistas nos tendremos que conformar hasta cierto grado. Pero de ahí a aceptar mentiras y tergiversaciones burdas, todavía va un importante trecho.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...