El Cid ha gozado como un cochino en una charca en lo que ha sido un entrenamiento con público de cara a la tempora que se avecina, no le ha hecho falta ni secarse el sudor
Cuando los tres "toracos" fuertes, hondos y con trapío irrumpían en la calle inaugurando el elemento fundamental de nuestro Carnaval que son los encierros, marcaban un nivel muy alto en cuanto a la seriedad de lo que debe ser una fiesta con apellido de toro. Visto lo visto en el festival de esta tarde, no me extraña que el personal se decante por los festejos populares donde, corredores, recortadores y capas se la juegan por casi nada con animales de un trapío muy superior.
Ahora, las cosas como son, los toreros esta tarde, excepto el novillero Toñete, que se llevó el menos claro del encierro, han podido disfrutar de las nobles embestidas de los de Juan Manuel Criado. Al primero de gran calidad pero de escaso poder ha estado a punto Manuel Jesús El Cid de pedir que le abrieran la calle del Toro e irse de ambos de bares para regocijo del público que no ha podido entrar en una tarde primaveral con lleno a reventar en los tendidos.
Y cómo hubiera disfrutado esa juventud que en los aledaños de la plaza se agolpaba en un botellón salvaje y excesivo. El Cid ha gozado como un cochino en una charca en lo que ha sido un entrenamiento con público de cara a la tempora que se avecina. Acaba con la vida del animal de un certero espadazo y se lleva una oreja. No le hace falta ni secarse el sudor.
De Iván Fandiño se puede decir que lo intentó todo, que ha venido a la Ciudad que conoce tan bien con una buena disposición, que le ha tocado un utrero de bonitas hechuras, noble y con cierta casta, sin llegar el agua al rio ni mucho menos, que lo ha matado de un excelso volapié, pero que prácticamente nadie se ha molestado en sacar el pañuelo para pedir la oreja. Ha sido la indiferencia ante una faena demasiado académica, sin apreturas y un tanto superficial, aun así una no hubiera pasado nada porque se le hubiera concedido un trofeo.
Al Mirobrigense Juan Del Alamo se le ha visto en una dimensión mucho más relajada y artista de lo que nos tiene acostumbrados. Su novillo gachito el de mas feas hechuras de los lidiados esta tarde, se quedaba corto por la falta de fuerzas. Pero el "Flecos" en una demostración de firmeza y recursos ha sabido templarlo y afianzarlo hasta lograr tandas limpias y templadas. No ha sido el torero batallador que conocemos y ha dejado una muy buena impresión entre sus paisanos. Certero con la espada ha paseado dos merecidas orejas.
Al cuarto novillo le pitaron de salida, mas que nada por su poquita cara, cuando en realidad era tan fuerte como los otros. La gente se fija en los pitones más que en otra cosa, pero además hay que tener en cuenta que era para el novillero del cartel y lógicamente no entró en sorteo. El animalito sin fuerzas ni recorrido no dio opción a Toñete, que aunque voluntarioso no acertó con los recursos para haberle tapado los defectos, resultando volteado cuando impotente acortó las distancias. Visto lo visto, hay novilleros de sobra en Salamanca y alrededores para haber completado el cartel.
Acabado el festejo el personal no se queda en los tendidos saboreando una tarde especial y algunos miran con cierta envidia a los cientos de jóvenes que disfrazados y ajenos a lo que ha sucedido en el coso, retozan en los aledaños entre vidrios, basura y polvo.
Reportaje gráfico: Adrián Martín