Hace muchos años que se detuvo su funcionamiento, pero permanece como uno de los edificios más conocidos y característicos de la localidad
A lo largo de los años, Babilafuente ha ido evolucionando, así como modificando su aspecto urbanístico. Viviendas y servicios se han modernizado y ya no quedan prácticamente servicios tradicionales.
En la publicación de hoy me gustaría incidir sobre la fábrica de ladrillos, factoría que no merece ser olvidada. Hace más de un siglo, por el año 1918, comenzó sus trabajos hasta su desaparición. Aquel servicio que desapareció pero aún se mantiene su esencia a través de la arquitectura de dicho edificio. Ha pasado de ser un servicio tradicional a un valor más y característico de nuestro pueblo. A día de hoy, es un monumento vivo, digno de visitar y del que puedes aprender sobre el pasado de nuestro pueblo. En pocas palabras, es un emblema característico de este municipio. Como ya he dicho, a pesar de su destacado abandono, actualmente sus restos siguen impresionando a todo aquel que pasa por la entrada de nuestro pueblo.
Para finalizar quisiera incidir en una cita que un autor; Eugenio Larruga, mencionó en su libro Memorias Políticas y Económicas sobre los frutos, comercio y minas de España: "En Babilafuente hay algunos tejares: se nota en los trabajadores un semblante cetrino. Si conduxesen á sus alfares el agua pura que le dan buena los pozos y fuentes de la villa, y no bebiesen la de una charca que se estanca al mismo pie de sus oficinas , sin duda se libertarían de este achaque."
Visi Prieto