CANTALPINO | Decenas de personas abarrotaron la discoteca local, que acogió la fiesta organizada por los Quintos
El ruido de los silbatos anunciaba la llegada de los Quintos del 98 a la discoteca Pouppées de Cantalpino, que recorrieron velozmente varias veces agarrados unos a otros de la mano. Uno a uno fueron presentados en la pista de baile por el DJ, mientras eran atentamente observados por un buen número de amigos y familiares, algunos de ellos cámara en mano para registrar el momento.
Los Quintos fueron manteándose unos a otros a medida que avanzaban las presentaciones, que finalizaron con bailes a los que acabaron sumándose los padres de los protagonistas.
A los vecinos de Cantalpino se sumaron numerosos jóvenes llegados desde localidades de toda la comarca, como Cantalapiedra, Villaflores, Villoruela, Villoria y Babilafuente.