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Noche de magos, más que de reyes
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Noche de magos, más que de reyes

Actualizado 06/01/2017
Luis Marcos del Pozo

Para todos y cada uno de los que hacen magia dejando un presente que quizás enturbie el futuro pero sacan una sonrisa, un grito de alegría, una lágrima perdida o un silencio lleno de palabras .

Noche de magos, más que de reyes | Imagen 1

Ahora que a veces la melancolía me embarga, ahora que los años , las canas y la maleta llena de sentimiento y corta de aliento vienen a mi memoria imágenes de botas de goma, galochas, zapatos llenos de barro, zapatillas con agujero expuestas en una noche mágica por ser la única del año donde el regalo era seguro.

Noche de reyes, donde visualizamos el camino galáctico recorrido por unos reyes a remolque de camellos con más pinta de jamelgos que de dromedarios, reyes cargados de bondades y riquezas que dejaban caer por las ventanas cerradas, por las puertas reforzadas con contras de hierro fundido, por las chimeneas con fin en la cocina económica e incluso por esa salida de humo del viejo horno de barro, el regalo soñado aunque nunca hubiésemos pensado en el, el más ansiado aunque ni una vez lo hubiésemos verbalizado, el más bonito aunque se cayera a cachos, el más... el único, sin ticket regalo ni posibilidad de cambio.

Eran unos reyes que se lo sabían todo, quizás un poco más las necesidades que las aficiones, posiblemente mucho más la eficiencia que el esparcimiento, uno reyes que si no atinaban...atinaban!

Eran años de bendita inconsciencia. Donde el fulgor del hielo reflejado en el Órbigo provocaba una cadena de sueños o de realidades, nunca podré saberlo ya, que se mezclaban entre mis sabanas humedecidas por los efluvios de la cercanía del río mágico al contraste con aquella bolsa de agua que primero escaldaba y luego te hacía entrar en...razón, las prisas por qué los primeros rayos de sol llamasen a mi ventana junto con la vorágine y la algarabía provocada por el sonido de las fichas de dominó al chocar contra el mármol que descansaba en la dura forja, los arrastro de la subasta y los gritos ahogados del julepe,que se colaban entre las tablas de pino gallego(técnicamente) leones de raíces y se alojaban en la penumbra de mi habitación.

Años que como un vendaval pasaron para dar paso a la realidad que detrás de toda la representación se escondía. Horas de trabajo y trabajo para poder conseguir el ansiado regalo, muchas veces sin envolver , para eso ya no llegaba. Pero siempre encontré , lo que fuera, lo mínimo que siempre fue lo máximo. Deje de creer en unos reyes con joyas, sedas y tules y empecé a creer en unos reyes con ojeras, sudores, callos, hernias y agujeros en los bolsillos después de la noche mágica.Una pareja de reyes magos o más bien de magos y reyes que hacían milagros cada noche y cada día pero lo celebraban la noche del 5 de Enero.

Gracias por dejarme paquetes encima de mis zapatos pero sobre todo por dejarme la herencia de saber que yo también he de ser un rey mago o un mago rey, depende del momento. Por hacerme entender que no es una cuestión de coronas, ni carrozas, ni camellos, ni de sedas de Oriente...Solo espero que pueda seguir extendiendo la magia.

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