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La Unión en Desunión
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OPINIÓN

La Unión en Desunión

Actualizado 04/01/2017
Manuel de Castro

La Unión Europea no está atravesando su mejor momento y así lo recoge Manuel de Castro en este artículo de opinión

En Las Villas al Día buscamos continuamente el talento entre la gente de la comarca. Numerosos vecinos colaboran ofreciendo sus mejores fotografías y textos con los lectores del periódico digital. Hoy recogemos un artículo de opinión de Manuel de Castro, natural de Babilafuente. En el siguiente artículo analiza la situación de la Unión Europea, desgranando las distintas amenazas a las que se enfrenta. El lector estará de acuerdo o no con sus ideas, pero apreciará sin duda la calidad del texto escrito por un chico que está cerca de cumplir los 14 años y se encuentra estudiando 2º de la ESO en el IES Senara de Babilafuente.

La Unión Europea, todo un ejemplo, un logro de todos los europeos que se mantienen unidos en la diversidad, como dice su lema, ¿o tal vez no?.

La Unión Europea nació como una entidad supranacional cuyas decisiones eran tomadas en el Parlamento Europeo, como la mayoría de nosotros pensamos hoy en día, no obstante esto no es así. La Unión es dirigida y gobernada por la Troika, una triple alianza constituida por la Comisión Europea de 28 miembros, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las decisiones del triunvirato son acatadas sin dudar en la Unión, unas legislaciones impregnadas de neoliberalismo e intereses bancarios que implican recortes sociales en los presupuestos de los estados miembro y un exceso de libre mercado que implican un atentado sobre la soberanía nacional de los estados miembro. De ese modo los bancos, y no los diputados del Parlamento Europeo, controlan la Unión convirtiéndola en una auténtica oligarquía y no en un gobierno representativo (pero no democrático).

Estos recortes sociales, una libertad extrema en los mercados y unos bajos aranceles comerciales han provocado un gran descontento civil ya que atentan contra todos los principios de un gobierno representativo y a la vez contra la democracia que cada vez dista más de ser conseguida. Un pueblo enfadado y que duda de quien causa ese enfado desemboca en rabia y a la vez en extremismos, pero no, de los de la temida izquierda bolchevique y bolivariana no, del otro extremo. Los oligarcas al ver que el muy temido pueblo empezaba a protestar optaron por echar las culpas a los inmigrantes y a las minorías sociales y, en menor medida a los movimientos LGTB y a las personas de orientaciones izquierdistas. ¿Y que sale de esto? Bueno lo dijo Yanis Varoufakis: «Volveré a casa y en el Consejo de los Helenos no veré a neonazis, veré a nazis. Tengan cuidado con esos extremismos». En efecto, mientras nos entretienen con la muy horrible Venezuela no observamos que los nazis y fascistas poco a poco se van apoderando de la Unión Europea, por una situación preocupante en cuanto a la desigualdad, sí, la desigualdad provocada por la despótica Troika.

SYRIZA en Grecia fue una esperanza, aunque la Troika se encargaría de erradicar esa esperanza con un Tsipras arrodillado por amenazas de expulsión ante la triple alianza, y luego los periodistas le echarían la culpa a él de la situación helena (cabe decir que las políticas del triunvirato había tirado a la basura el 30% del PIB griego antes de la llegada de los anticapitalistas). En los países sureños (como en Grecia) el descontentó se ha canalizado en partidos socialistas y, en general, de izquierdas: en España Podemos, en Italia Movimiento 5 estrellas, en Grecia SYRIZA y en Portugal una coalición entre tres partidos, uno socialdemócrata, otro socialista democrático y otro marxista. En cambio en los países del centro-norte, los partidos fascitas han obtenido un asombroso apoyo e incluso han competido por obtener la presidencia de algunos, obtenido cargos en los gobiernos. No obstante todos los movimientos tienen algo en común, ya sean comunistas o fascistas, capitalistas o anticapitalistas, todos son proteccionistas y se oponen al neoliberalismo. Como hemos de esperar, no están muy de acuerdo con la troika y culpan a la Unión Europea y a sus políticas de austeridad la crisis actual. Por lo que la mayoría de estos partidos se oponen a la Unión o la critican duramente sugiriendo recuperar la soberanía nacional perdida por esta.

Todo esto ha llevado a la salida de Reino Unido de la Unión Europea debido a una estrecha mayoría absoluta en el referéndum pactado entre Cameron con el Partido de la Independencia del Reino Unido ( UKIP). Otro síntoma de decadencia de la Unión es la dimisión del primer ministro italiano Matteo Renzi, único partidario de Europa en Italia, debido a la pérdida de una votación sobre la constitución, lo que abre el camino al gobierno a los anarquistas del Movimiento 5 estrellas que pretenden la salida del euro de la nación italiana. Los partidos euroesceptistas compiten por poseer el cuarto, tercer e incluso el segundo puesto en las cámaras representativas, a excepción de España y Portugal, con lo que amenazan el euro y la Unión. Y mientras esto ocurre, Merkel y la troika siguen con infructuosas políticas económicas originantes del problema.

Esto me hace pensar: ¿acaso significará en fin de la Unión Europea la subida de los extremismos? ¿acaso se ve el bienestar de Europa amenazado? El tiempo lo dirá.

Manuel de Castro

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