Caminos mágicos de naturaleza en las rutas de las sierras de Béjar y Francia

La situación geográfica de Béjar y su comarca, en un lugar estratégico de paso desde la prehistoria, primero utilizado por los animales en sus migraciones, después aprovechado por los romanos que construyeron en sus alrededores la Vía de la Plata y más tarde por la Cañada Real, convirtieron este enclave en un importante punto del nudo de comunicaciones del oeste peninsular que contribuyó a su desarrollo en épocas pretéritas.

En la actualidad la construcción de la autovía ha relegado muchos caminos y enlaces a la condición de caminos rurales y senderos, aprovechados por el turismo rural y deportivo.

La diversidad de paisajes entre valles y montañas de las Sierras de Béjar y Francia, la conservación de la arquitectura de los pequeños municipios, la recuperación de muchas tradiciones infravaloradas en los años sesenta, la puesta en valor de edificios históricos y las huellas de antiguos pobladores, aportan ahora la singularidad y riqueza de los pueblos de estas comarcas.

Trochas y caminos

Una zona para redescubrir trochas y caminos en los que se avanza hacia un progreso sostenible, en la que arte, historia, deporte y naturaleza se unen para ofrecer al visitante emociones, sabores y aromas propios de lo singular.

Senderos convertidos en museos contemporáneos al aire libre como el 'Camino de los Prodigios', una ruta circular entre Miranda del Castañar y Villanueva del Conde, donde se pueden disfrutar obras de Félix Curto, Alfredo Omaña, Marcos Rodríguez y Pablo S. Herrero; entre Mogarraz y Monforte, en pleno Parque Natural de Las Batuecas, está el 'Camino del Agua' un lugar en el que pasear entre el sonido de bosques de castaños, alisos y madroños, escuchando el concierto de los arroyos y jugando con la sorpresa de encontrar esculturas de artistas como Miguel Poza, Virginia Calvo, Alfredo Sánchez, Florencio Maíllo Manuel Pérez de Arrilucea y Juárez&Palmero; la contemplación de los reflejos de un espacio desde otro diferente, se puede vivir en el 'Bosque de los Espejos', a través de las estructuras artísticas de Jesús Palmero, Luque López, José Antonio Juárez, Pablo Amargo y Manuel Pérez de Arrilucea, puertas abiertas al campo entre San Martín del Castañar, Sequeros y Las Casas del Conde. El 'Camino de las Raíces' en La Alberca asombra al senderista con la memoria colectiva de un territorio, atraviesa espacios mágicos de cultura ancestral que se atrapa a través de ruinas, albercas, antiguos paredones y traspasa el tiempo en las esculturas de Begoña Pérez, Lucía Loren, Iraida Cano, Fernando Casas, Carlos Beltrán y Fernándo Mendez.

En el parque natural de Las Batuecas se encuentra un valle secreto y protegido, un retiro espiritual en un territorio que refuerza el simbolismo del mito y la leyenda a través de los siglos, vivos en el convento carmelita y las antiguas ermitas diseminadas por los montes y también en el interior del valle, donde se localizan 15 abrigos rocosos que ocultan el mejor conjunto de pintura esquemática de Salamanca, dentro del are postpaleolítico. Animales y humanos formados por barras y puntos, con colores sacados de las mismas tierras: ocres, rojos, negros, amarillos y blancos, pueden verse en el Canchal de las Cabras Pintás, el del Águila, los de la Pizarra o del Zarzalón, en la Cueva del Cristo o el Canchal de Villita.

Bajo la sombra de la Sierra de Béjar, la Cañada Real de la Vía de la Plata en su paso hacia tierras extremeñas pasa por Montemayor del Río, dejando rutas en majestuosos bosques cambiantes con cada estación y especialmente prodigiosos en otoño, cuando la explosión del color es difícilmente imitable por la paleta de los más insignes pintores. Los castaños nutren un oficio tradicional, la cestería, aún se pueden ver en las calles del pueblo los troncos y ramas convertidas en láminas que se secan al sol para ser utilizadas por los artesanos. Una zona salpicada de restos de civilizaciones medievales y romanas como mansios, miliarios y el espectacular Castillo de San Vicente, del siglo XIII, frontera entre Castilla y Extremadura, testigo de confrontaciones, defensa y refugio, que actualmente contiene un Centro de Interpretación del Medievo.

En Linares de Riofrío está el Sendero de las Honfrías que recorre la frondosa umbría de la Sierra de las Quilamas, un paraíso para la vida silvestre entre la espesura de acebos, extrañas plantas y enormes rebollares. Cerca del pueblo, en el inicio de la ruta, aún se mantienen en pie varios hornos de cal morena, utilizada en la construcción y obtenida a partir de los afloramientos de cal en esta zona, que dieron origen a un oficio y al nombre de la subcomarca de La Calería.

Entre las sierras de Gredos y Francia se encuentra la Sierra de Béjar, un cordal dominado por altas cumbres y neveros aprovechados por los habitantes desde tiempos del Duque para la obtención del preciado elemento, la nieve, que se almacenaba en pozos y por la que se conseguían pingües beneficios debido a su demanda para la conservación de alimentos y la fabricación de helados. Este aprovechamiento, abrió caminos de ascensión, a la montaña, muchos de ellos hoy recuperados para senderismo y marchas de alta montaña, aunque también se puede decir, que algunos no se han dejado de utilizar nunca, por la gran afición a la montaña de muchos bejaranos.

Cinco rutas de senderismo señalizadas han venido a sumarse a los numerosos senderos existentes en los alrededores de la ciudad, algunos sencillos para recorrerlos en pocas horas o a modo de paseos y otros abiertos a los más avezados. Estas cinco grandes rutas incluyen algunos tramos ya señalizados con anterioridad, como la Ruta de las Fábricas Textiles o el camino del Cedro Centenario, pero otros trayectos han sido recuperados, salvándose del abandono y de su desaparición bajo la maleza por falta de uso, tal es el caso de aquellos que conectaban la capital comarcal con las pedanías y pueblos cercanos, que eran utilizados para acercar a sus residentes a los puestos de trabajo que ofrecía el sector textil bejarano.

A la Dehesa de Candelario se asciende por la carretera que llega hasta El Travieso y en este paraje se puede optar por diferentes recorridos de gran belleza que ofrecen espectaculares vistas de la Sierra y del valle del río Cuerpo de Hombre, así como encontrar, en relativo buen estado de conservación, varios caseríos típicos de esta zona de la provincia de Salamanca. Tomando el valle del río, los aficionados a la ornitología pueden disfrutar de interesantes aves, como el alcaudón dorsirrojo, que ha elegido este lugar como el punto más meridional de la península para su reproducción y también pueden verse especies como el pico menor, el papamoscas cerrojillo, el abejero europeo y altas densidades de mirlo acuático, testigo y marcador de la pureza de las aguas serranas.

Un territorio al sur de la provincia de Salamanca con abundantes recursos naturales y culturales, para pasearlo, recorrerlo y disfrutar de unas vacaciones en plena naturaleza, en alguna de las numerosas casas rurales y alojamientos con encanto diseminados por todos los pueblos de ambas comarcas y que tiene como eje central la ciudad de Béjar.