En estas fechas del calendario, cuando era niño, mis padres me hacían escribir una carta a los Reyes Magos relatándoles, a mi estilo, todas mis peticiones de regalos para que me "echaran" el día 6 de enero. Eran la suma de mis sueños acumulados en el último año. A pesar de nuestra edad, intuíamos los límites dinerarios de nuestras peticiones por lo que manteníamos una gran prudencia en formular pedidos inalcanzables. Si nos pasábamos, nuestros padres nos avisaban: "Este año los Reyes Magos vienen muy pobres", mensaje que aceptábamos sin rechistar. Por todo ello, nada de motos, ni bicicletas, ni cosas de este calibre; eso sí, en el balcón de nuestras casas, al lado de los zapatos viejos dejados en la noche anterior, aparecía algún caballo de cartón, un aro de acero con su guía-manillar, un piano miniatura, un tambor, una armónica, algún acordeón, coches de distintos tamaños, etc.; todo ello adornado con muchos colorines? La tecnología más avanzada de entonces eran dos pilas eléctricas, o así, la mayoría de juguetes disponían de una cuerda de inercia que acumulábamos dándole vueltas a un pequeño manubrio en forma de manivela?
A partir de los ocho años el regalo recurrente que pedíamos a los Reyes Magos eran artículos de fútbol: Botas de tacos de suela, medias, pantalones, camisetas, rodilleras, espinilleras, y artilugios de esa naturaleza que, por entonces, eran muy primitivos. Por entonces, había pocas colecciones de cromos completas de futbolistas, pocos cuentos de relatos futbolísticos, pocas imágenes editadas en películas o vídeos de fútbol, nada de resúmenes de partidos o de goles mágicos marcados por los fenómenos de la época. Aún recuerdo mi aprendizaje con unas viñetas de Kubala que se mostraba en tres fotos por fascículo haciendo gestos técnicos con la pelota; nos enseñaba a cubrir el balón, cómo pasarlo entre las piernas del contrario, cómo pasar la pelota al compañero utilizando las superficies de contacto, etcétera.
Desde el año 2009, ya de mayor, mi capricho personal de Reyes Magos fue recibir la edición de mi propio libro escrito a lo largo de cada temporada, trufado de ideas de gestión de personas, motivación, liderazgo, comportamientos individuales y en equipo, salpicado de metáforas y frases de reflexiones, etcétera. El relativo al año 2017 ya está en imprenta con la colaboración de Ushuaia Ediciones, quienes me ayudan de manera muy profesional. Como ya no puedo jugar el fútbol decidí disfrutar pensándolo, desarrollándolo, compartiéndolo? Es una necesidad vital. Adrede, mis ensayos de fútbol contienen asuntos controvertidos del juego, ayudan a ver un poquito más allá de lo habitual, son como crónicas sociales futbolísticas, contraponiendo opiniones de futbolistas, entrenadores, aficionados y periodistas. Jugando con la pluma y el ordenador, me siento partícipe de ese viaje intelectual y escribo, una vez más, a los Reyes Magos para que me sigan aportando ideas futbolísticas y compartirlas con mis lectores. O sea, una gozada?
Salamanca, 14.diciembre.2016.
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