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Jesús Fonseca: “El periodismo me ha abierto las puertas de la poesía”
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ENTREVISTA DE A. P. ALENCART

Jesús Fonseca: “El periodismo me ha abierto las puertas de la poesía”

Actualizado 14/12/2016
Redacción

El destacado periodista y poeta estuvo en Salamanca, invitado por la Universidad. SALAMANCArtv AL DÍA publica parte de una charla más amplia que mantuvo con el poeta Alencart

El pasado 30 de noviembre mantuve una entrañable charla con Jesús Fonseca, aprovechando su estancia para intervenir en un acto organizado por el Servicio de Actividades Culturales y el proyecto de investigación 'Felicidad y Literatura' de la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca, dentro de su programa de ponencias "Aula de creación y pensamiento", que coordina el poeta Juan Antonio González Iglesias, profesor de dicha Facultad.

Una parte de la entrevista se publicó en El Norte de Castilla, el pasado domingo 11, bajo el título "Salamanca es como una antorcha que ilumina los dos lados del ensueño hispánico". Aquí dejo conocer otro fragmento inédito, prístinas respuestas de este poeta y periodista que, además de ser Delegado de La Razón para Castilla y León, es miembro del Consejo Asesor de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos que anualmente se celebran en Salamanca, y miembro del jurado del Premio Internacional de Poesía 'Pilar Fernández Labrador'.

Entre la prosa y el verso, entre el periodismo y la poesía. Mucha buena literatura se ha venido canalizando en la prensa escrita, especialmente en las crónicas y columnas. ¿Cuál es tu criterio al respecto?

En el S. XX, y lo que llevamos del XXI, el género literario por excelencia ha sido y es el periodismo, bien sea a través del artículo, la crónica, el reportaje, la entrevista, el editorial o el simple comentario. Digámoslo con claridad: una parte sustancial de la mejor literatura española se ha hecho y se sigue haciendo en los periódicos. El periodismo es nuestro género literario más vivo. Y yo me siento orgulloso de proclamarlo. Y lo que le corresponde al periodista no es tan distinto de lo que atañe al poeta: contar lo que es como es. Nunca como conviene o interesa que sea. Amo esta profesión. No sabría hacer otra cosa. El periodismo es mi vida. Me lo ha dado todo. Es más: me ha abierto las puertas de la poesía. Me ha empujado a ella Como decía Albert Camus, «un país vale lo que vale su prensa». Con eso está dicho todo. Pero también este oficio se puede prostituir y se puede enfangar.

Sabemos que desde la infancia tuviste relación con la provincia de Salamanca. ¿Podrías explicarnos cómo fue o a qué se debió?

Estoy unido a Salamanca desde muy chiquitín. Era yo un crío cuando veníamos, cada verano, con mis padres, a casa de mis tíos Pilar y Moisés, que vivían en una dehesa en Ledesma. El viaje en tren, desde Canfranc-Estación, en los Pirineos, en el Alto Aragón, era muy largo: se tardaba un par de días. Había que hacer trasbordos. Pero era una aventura. Recuerdo aquellos días veraniegos que parecía que no se iban a acabar nunca. Los paseos junto al río. La Misa de los domingos, con todos vestidos de domingo, y el vermú, y las meriendas y los embutidos tan ricos y las pastas. De vez en cuando íbamos a Salamanca. Y aquello sí que era una fiesta?

Te acompañan las palabras diáfanas, tanto en tus poemas como en tus reconocidas 'gacetillas'. ¿Hay que hablar más claro, hay que decir lo que se piensa y se siente para que alcance al corazón y al entendimiento de la inmensa mayoría?

No sé yo si me acompañan las palabras diáfanas: ¡ya quisiera yo! Ojalá fuera yo capaz, como algunos periodistas y escritores lo son, de que mi palabra cayera como una plomada en medio de un verso o de una gacetilla, como es el caso de Antonio Colinas, de Luis María Anson o de José Jiménez Lozano, por citar a tres primeros nombres de la poesía y del periodismo. Creo que ya te lo he dicho antes: hay que decir lo que es como es, no como interesa que sea. Ese es el secreto. No hay más.

?En estos tiempos donde muchos ocultan o velan su militancia cristiana, te destacas por no avergonzarte de ella, además de practicar la generosidad hacia los que vienen detrás. Creo encontrar en esta generosidad una impronta cristiana, un mensaje aprendido del Amado Galileo. ¿Te reconoces miliciano de este Amor?

?Me preguntas por la impronta cristiana en mi vida. Ojalá tuviera yo este pálpito y su autenticidad. Mira, Alfredo, el Cristianismo es más que unas normas, que cualquier institución. Más allá de la relación entre el mundo de la razón y el mundo de la fe, el Cristianismo es una persona: Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios vivo. Se nos tiene que meter esto en la cabeza. La relación personal con Él es lo que importa. Algo de lo que no hablan ya ni los curas. La presencia del Amado Galileo ?como tú lo llamas?, ha determinado y sigue haciéndolo, con su infinita misericordia, los últimos más de dos mil años de la humanidad. El mensaje cristiano es claro: la decisión por el bien o el mal, comienza con la determinación de contemplar o no el rostro del otro. De la deshumanización al exterminio hay un paso, como desgraciadamente hemos comprobado y seguimos constatando, día tras día. Por eso, el cristiano no puede aceptar una sociedad en la que el fuerte avasalle al más débil. Necesariamente debe rebelarse, en la medida de sus posibilidades ?con todas las armas a su alcance?, ante una situación así. La libertad individual, el derecho a la vida son valores intrínsecamente cristianos. No te quepa la menor duda, Alfredo: es tu Amado galileo, quien tiene la respuesta para el ansia de sentido y de esperanza que define al hombre. De Él he aprendido, como tantos otros, lo que verdaderamente importa: el sentido del día a día como camino hacia la trascendencia. Cuando se expulsa a Dios de la vida y se niega su grandeza, la oscuridad es mayor e impide ver lo que hay que ver. O así, al menos, me lo parece a mí, desde un respeto grande a quien no comparta este sentir.

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TRAYECTORIA

Jesús Fonseca Escartín nació en la Villa altoaragonesa de Canfranc. Su quehacer profesional está dedicado a la poesía, la entrevista, la crónica y el columnismo. Ha sido corresponsal de prensa, radio y televisión, así como enviado especial en numerosos países de Europa, África, Asia y América. Director de Información Nacional de la Agencia EFE y de Televisión Española. De su obra literaria destacan, junto a libros de carácter periodístico como 'Irreverentes gacetillas', 'Conversaciones en Silos' o 'Castilla y León desde el cielo', los poemarios Tiempo de otro tiempo, Largo intento, Palabras al alba, El día continúa, Poemas vestidos de viaje, Paixão portuguesa y Con palabras de carne. Ha participado, junto a poetas de España, Iberoamérica y otros países, en obras colectivas como Os rumbos do vento, El paisaje prometido, Corazón de cinco esquinas, El color de la vida y Vendimia oriental. El 1 de abril de este año presentó, en la Sala de la Palabra del Teatro Liceo, su último libro, 'Gacetillas humanísticas", editado por Verbum (Madrid) en coedición con Trilce (Salamanca), el cual reúne artículos intemporales publicados previamente en siete periódicos de Castilla y León.

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