Nuestra generación, ha crecido en un mundo tan ruidoso que prácticamente nos hemos convertidos en adictos al sonido, es como si no pudiésemos vivir sin él. De hecho, muchas personas siempre tienen encendido el televisor solo para escuchar el sonido, es como si le tuviesen miedo al silencio.
No es para menos, porque el silencio nos permite conectar rápidamente con nuestro mundo interior, con esa parte que normalmente permanece oculta y a la cual tememos porque nos plantea preguntas que quizás no estamos preparados para responder. Estar en silencio prácticamente equivale a mirar dentro de nosotros y a veces lo que vemos no nos gusta (o nos asusta). Por eso a menudo preferimos buscar refugio en el ruido, vivir de manera excesiva para no dejarle un minuto a la introspección.
La ausencia de ruidos externos nos permite centrarnos en nuestro interior por lo que el silencio se convierte en una herramienta ideal para reencontrar nuestro verdadero "yo", para ser plenamente conscientes de dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos.
Busca un lugar tranquilo y silencioso, mejor aún si estás rodeado de la naturaleza, y cierra los ojos. Concéntrate en las diferentes partes de tu cuerpo y en las sensaciones que percibes. Intenta no pensar en nada, simplemente focalízate en el momento presente y disfruta del silencio. Siente cómo el sol acaricia tu piel, percibe el viento en el rostro, la arena en los pies... Lo importante es que te focalices en las sensaciones que estás experimentando en ese momento, que disfrutes del silencio y que limpies tu mente de cualquier preocupación.
Este ejercicio es tan poderoso para reencontrar el equilibrio y la paz interior que bastan tan solo cinco minutos y luego regresarás a la vida cotidiana como nuevo, más relajado y lleno de energía.
Además de la tranquilidad que nos transmite, el silencio también es un arma excelente para potenciar la creatividad. Recuerda que a menudo nuestra mente inconsciente está trabajando en los problemas pero a veces no escuchamos sus soluciones porque le prestamos más atención al ruido que proviene del medio que a esa pequeña voz interior. Sin embargo, si de vez en cuando te quedases solo contigo mismo, es probable que esa creatividad encuentre los cauces adecuados para fluir con más facilidad.
Fotografía: Monumento Natural los Barruecos. " Museo Vostell".
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