Trece letras
Son trece letras que rodean el mundo, lo traban y lo esponjan, lo atraviesan, lo maltratan y lo acarician, lo asfixian y lo airean, lo expanden y lo oprimen? Todo a la vez . Son estas trece: a a b c g i i l l n o o z, que dan para mucho en
Recurriendo al DRAE en su 4ª acepción globalización es el proceso por el que las economías y mercados, con el desarrollo de las tecnologías de la comunicación, adquieren una dimensión mundial, de modo que dependen cada vez más de los mercados externos y menos de la acción reguladora de los Gobiernos. Es muy rebuscada y parcial. Podría decirse algo mejor, con Wikipedia, diciendo que es un proceso económico, tecnológico, político y cultural a escala planetaria que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo uniendo sus mercados, sociedades y culturas.
El fenómeno es tan amplio y profundo, tan cambiante y tan imparable que es casi imposible meterlo en una definición. De todas formas la simple palabra me parecería menos bárbara si se cambiara por mundialización, más cercana por francesa y más exacta, creo yo.
Y hablo de esto porque desde el día 12 hasta el 22 (y de nuevo en enero en los mismos días) estará expuesta en el edificio Calatrava, en la Casa de la Iglesia, una muestra en 30 paneles sobre la Globalización, como fenómeno económico y social que está decidiendo los modos y niveles de vida tanto de nosotros, los sobrealimentados, como de los hambrientos de la tierra. Por eso la Exposición la presenta Manos Unidas y con ella trata de informar, hacer pensar, juzgar situaciones y promover cambios personales, sociales e institucionales. Merece ser visitada con entrada libre a casi cualquier hora de la mañana o de la tarde.
Estamos ya más allá de aquella aldea global de Mc Luhan y ha sido superado con creces aquel fenómeno que nos admiraba hace unas décadas, el llamado efecto mariposa de E. Lorenz. Y no es quizás ni mejor ni peor, es otra cosa, y totalmente otra, capaz de cambiar prácticamente todas las reglas de juego desde las costumbres sociales hasta la agricultura o la dieta pasando por la guerra o la paz. El papa Francisco lo ha recordado muchas veces: "La globalización no es mala, al contrario, la tendencia a globalizarnos es buena, nos une. Lo que puede ser malo es el modo de hacerlo?Si la globalización une como un poliedro donde están todos unidos pero cada uno conserva su identidad, es buena, y hace crecer a un pueblo, y da dignidad a todos los hombres, y les otorga derechos".
El riesgo es que esa capacidad de comunicación sea vehículo de injusticia y desigualdad. También lo negativo, lo injusto, el mal? se globaliza y se hace hasta viral. De nuevo el papa Francisco, que ha reflexionado mucho sobre este fenómeno mundial: "Algunas personas prefieren no buscar, no informarse y viven su bienestar y su comodidad indiferentes al grito de dolor de la humanidad que sufre. Y esa actitud se extiende y se multiplica empujada por muchas fuerzas sociales y políticas, es la globalización de la indiferencia". Se podría decir con mejor gramática, pero no más alto ni más claro.
En esta situación mundial Manos Unidas tiene sobre todo dos objetivos: promover cambios de mentalidad y de actitudes sociales y, a la vez, financiar proyectos de desarrollo humano en los países menos desarrollados. Por eso en primer lugar denuncia situaciones y modos de vida invitando a cambiar la vida como primer paso para que cambie el mundo. Y esto es un acto estricto y explícito de globalización positiva, hay que mirar críticamente la propia vida para ver el mundo con honestidad, hay que actuar localmente para influir globalmente.
A este campo, difícil y áspero en un país desarrollado como el nuestro tan opaco y tan nada poroso para una solidaridad mantenida y responsable, dedica Manos Unidas la mayor parte de sus acciones durante el año. Esta Exposición, abierta también a parroquias y colegios, es un acto más en ese sentido.
El segundo objetivo es financiar proyectos de desarrollo integral en casi cien países del Sur, siempre en dependencia y en colaboración con contrapartes locales fiables y eficaces y con el consiguiente seguimiento posterior. Es una globalización de libro, el euro viaje intacto al sur y allí se materializa en servicios fundamentales para la justicia y la dignidad de vida de la gente. Globalización a la medida, controlable y controlada, cargada de humanidad, hecha desarrollo humano en medidas adecuadas, en la proporción que cada zona o cada grupo humano requiera y demande. Es un camino lento, pero es un proceso seguro para una globalización adecuada que implica a los ricos del norte y a los pobres del sur. Y cada año le cambia la vida a muchos miles de personas.
Son sólo trece letras pero, bien ordenadas y si los que tienen el poder quieren, pueden dar pan y cultura, sanidad y desarrollo al medio mundo que hoy no los tiene y medio vive o medio muere bajo el hambre y la pobreza. Así de claro.
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