Las Cañadas cumple con 34 cochinos
Participaron un total de 60 escopetas y 8 rehalas en una jornada con 'novio' y dos excelentes bocas
La finca de Las Cañadas, 1.000 hectáreas propiedad de Jesús Sánchez Montejo y perteneciente al término municipal de Villarino de los Aires, vuelve a ganarse un lugar de privilegio entre las fincas monteras de la provincia de Salamanca, terrenos en abierto y en los que el pasado 19 de noviembre se celebraba la que puede denominarse como la montería de mayor interés de la provincia junto con la de Aldeanueva de Portanovis, propiedad de la Casa de Alba y perteneciente al término municipal de Castillejo de Martín Viejo, en la comarca de Ciudad Rodrigo.
Por segundo año, la orgánica correspondía a Roberto Gonzalo 'Piraña' y Carlos Prieto, este último propietario del Bar El Retiro, de Vitigudino, establecimiento donde ?a la postre? daría comienzo una extraordinaria jornada de caza que solo pudo enturbiar el fuerte viento que fue en aumento desde la salida, camino a los puestos, hasta la recogida. Sin duda, las fuertes rachas de viento procedentes del Oeste perjudicaron y mucho a los 60 puestos colocados en las cinco armadas e incluso a las dos traviesas. Esta circunstancia motivó que la mayoría de los cochinos abatidos, unos 23 de los 34 finalmente cobrados, entrasen en la armada de Trabanca para desdicha de los puestos colocados en los cierres de El Fenechal y Las Greas, que suelen ser de las mejores, o las traviesas del Camino o La Siembra, aunque en estas se abatieron varios guarros, entre ellos los de mejor boca.
Sorteo y Padre Nuestro
En el Bar El Retiro tenía lugar el desayuno y el sorteo de puestos, la junta de puestos con las ocho rehalas que montearían algo más de 900 hectáreas. Juan Miguel Gómez ejerciendo de capitán de la montería, agradeciendo a la propiedad la oportunidad de cazar en su finca, a los orgánicos por apostar por ella, a los rehaleros por ser "el alma de la montería", y a los colaboradores por hacer posible una excelente organización: "Mi hermano Roberto, Roberto, David, Manolo y Félix".
Antes del sorteo y la salida hacia la finca, las últimas recomendaciones de seguridad y el Padre Nuestro de rigor en recuerdo a los monteros fallecidos y en petición a que en esta montería nada sucediera más allá de lo esperado por todos, pasar una excelente jornada de caza sin más sobresaltos que los que se espera en el campo, en una finca de contrastada reputación por sus resultados cochineros. La oración fue presidida por el sacerdote y cazador Ignacio Gómez, un día párroco de Vitigudino y desde hace unos años de La Anunciación del Señor en el Barrio Garrido de la capital salmantina.
| El fuerte viento orientó a los cochinos hacia la armada de Trabanca |
La suerte estaba echada, y conforme las escopetas llegaban al puesto, el viento se hacía más evidente, tanto que en el cierre de El Fenechal no se escuchaba la traca que tenían los puestos de la armada de Trabanca, lo que no es habitual. Pero aun así, todos pudieron observar las ladras de los perros e incluso agarres, con un novio después de rematar a cuchillo un valiente cochino.
La finca tenía guarros "para parar un tren", como señaló alguno, pero el fuerte viento impidió un mayor reparto y orientó a las reses en una sola dirección. Con pelotas de ocho cochinos lo normal es que se fueran seis, cuando no todos ante la incertidumbre de con cuál quedarse; incluso en ocasiones el paso de los guarros se repetía y coincidía con la carga del arma tras haber sido disparada segundos antes.
Y así hasta pasadas las tres de la tarde, momento para una opípara comida y los relatos de la jornada mientras los cochinos iban llegando en los remolques. Entre ellos dos buenas 'bocas' y 32 más que confirman la excelente salud cochinera de la que goza Las Cañadas, todo en armonía con una organización en la que prima la caza y el buen hacer por encima del dinero.