Un Belén repleto de cariño e ilusión, en el Aula Hospitalaria de Salamanca

Las maestras del Aula Hospitalaria de Salamanca, Raquel y Rosa, han abierto una ventana, una ventana que huele a paz, a cariño y a niño. Han abierto otro año más el Belén, sencillo y delicioso. Tenemos, como todos los primeros de diciembre, un cachito de Navidad, que no les falte a los niños que este año no la pasan en casa, un oasis de esperanza allí donde más falta hace.

Se trata de un Belén repleto de cariño, sobre todo, y alimentado de ilusión, vestido con humildad y adornado con dulzura. Nuestros pequeños, como los pastorcillos, se acercan a contemplar cómo el Niño Jesús lo ilumina todo. Rosa y Raquel se lo han acercado de nuevo para que vele por ellos allí donde están, llevando el mensaje de amor más puro, y para ello no hacen falta grandes cosas ni sofisticados materiales. A estas maestras les sirven unas piñas olvidadas en el campo, unos huevos, tal como son, sin exceso de color ni adornos de más o, como éste año, algo tan sencillo como cuerda y tela de saco.

Estas maestras saben por su experiencia, que la sencillez es única, que transmite grandes cosas, y que sólo necesitan que a sus dulces manos las guíe el corazón. Este año el color del Belén es el del campo dorado o el de alguna carita morena. El entrelazado de la cuerda va cosido de gratitud y respeto. "Cada figura guarda en su interior muchos sentimientos y emociones, cada una tiene un significado especial", todas ellas están empapadas de su amor, dando lugar a algo sencillamente impresionante. Además éste año la estrella tiene un brillo especial, aunque diferente para todos, unos la veremos brillar más y otros ni siquiera la verán, es cuestión de saber mirar.

Estamos todos invitados a contemplar la Navidad en las caritas y sonrisas de nuestros pequeños, y de nuestros grandes, los que se quieran acercar a la planta de pediatría del Hospital Clínico. Estamos todos invitados a ver el reflejo de esta ventana. Habrá que asomarse a verlo?