Jueves, 18 de abril de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Y a pesar... Fidel murió en la cama
X

Y a pesar... Fidel murió en la cama

Actualizado 29/11/2016
Fernando Robustillo

En apenas tres días de ocurrido el óbito de Fidel, se ha escrito tanto sobre su persona y personaje, que no vamos a ser nosotros los que desvirtuemos o traicionemos nuestro pensamiento, muy anterior al luctuoso desenlace, una opinión forjada a lo largo de

Y a pesar... Fidel murió en la cama | Imagen 1 "El viejo león se despereza y ruge para dar señales de que aún vive y el territorio le pertenece. Él sabe, mejor que nadie, la fuerza de las palabras. Al igual que lo sabía el presidente Batista, o sea, el dictador que gobernaba Cuba antes de la Revolución, aquel que para desalentar a la guerrilla lanzó una misiva de que Fidel ya había muerto. El viejo león tiene buena memoria y de ahí su presencia intermitente. Cada vez menos intermitente, hasta que sea un hilo de voz apenas audible. Hoy día la mayor parte de los jóvenes de la vieja Europa quizá no entiendan lo que significó el comandante en jefe Fidel. Seguro que conocerán mejor al 'Che', su lugarteniente, de gran carisma y también comandante de la Revolución, quien se convirtió en un romántico icono de la esperanza por obra y gracia de su muerte. Y todo ello lo tenía Fidel, pero nadie supo cómo 'morirle'. Los españolitos de aquel año del 59 dejaban los tebeos de 'El Jabato' o 'El guerrero del antifaz' para jugar a Fidel y su guerrilla. Cambiaban las gafas de cartón o el pañuelo de bandolero por unas caretas donde pintaban unas barbas descomunales, signo distintivo de aquella Revolución. La gente adulta de la somnolienta España, escandalizada por aquellos 'herejes', los trataba de locos o ateos, es decir, lo peor que se les podía llamar desde una España en la que si no eras católico tampoco eras patriota. Y entre media de niños y adultos existía una generación de jóvenes admiradores de Fidel, pero como carecían de análisis político -nuestro país estaba en lo más acerado de la dictadura-, aquellos líderes carismáticos ya les caían bien sólo por su imagen disidente y sus enormes puros. Por aquellas fechas, Miguel Ríos cantaba 'El Popotito', Manolo Escobar 'Ni se compra ni se vende?', el Dúo Dinámico cautivaba 'resistiendo' con su música amable, y de fuera llegaban canciones de Paul Anka. A partir de aquellos inicios, el mundo comenzó a convulsionar y apareció la protesta silenciosa de los 'hippies', y a las atractivas barbas proletarias de Fidel se unieron las rebeldes melenas de los Beatles, y a mayores instancias, existía la 'guerra fría'; dos maneras de entender la sociedad: la del Este comunista y la del Occidente capitalista, cuyas extravagancias dieron origen al muro de Berlín, construido en 1960. La Revolución de Fidel fue una controversia, ya que un territorio como Cuba, situado a la vera de EE.UU., apostó desde los comienzos por las ideas socialistas que llegaban del Este. Era admirable ver cómo el aparentemente iluso Fidel, que comenzó la Revolución con apenas 800 individuos, se convertía en un monstruo para los norteamericanos, hecho éste que le granjeaba enormes simpatías en todo el mundo. Así siguió ocurriendo hasta la caída del muro de Berlín, parrilla de salida desde la que el aburguesamiento progresista en general comenzó a sentir vergüenza de un Fidel atrincherado en su dignidad, una dignidad posiblemente absurda después de la Perestroika. Así hasta día de hoy, amparadas sus ideas por grandes organismos de no intervención, aparte de las promesas de apertura realizadas por su hermano Raúl, que son el escudo que protege a los viejos camaradas. Por ello, cuando nos pregunten por Fidel tenemos que contestar a la gallega: '¿qué Fidel?, el de los 50, 60, 70, 80? o 2011?' ¡Viva la libertad! Pero también Occidente debe administrar mejor las lecciones de globalización, igualdad y solidaridad".

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...