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“Sólo me interesan los protagonistas que tienen un carácter extremo”
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Carlos Soto Femenía, escritor

“Sólo me interesan los protagonistas que tienen un carácter extremo”

Actualizado 07/11/2016
Charo Ruano

Entre tanta novela negra copando las librerías se ha colado este otoño 'El Carbonero', según Lorenzo Silva "una delicatesen poco frecuente" de un narrador de primer nivel

Se ha dicho que con 'El Carbonero' sale a la luz un narrador de primer nivel, con un sorprendente drama rural con fondo criminal, en el que la herencia de Delibes se funde con el talento de Tarantino.

El autor Carlos Soto Femenía no está del todo de acuerdo y confiesa que desconfía de lo supermoderno?Nosotros lo que hemos hecho es hablar con este autor mallorquín y preguntar?Un placer y un descubrimiento desde luego. No olviden su nombre y lean su libro 'El Carbonero', un drama rural delicado de Carlos Soto Femenía.

"Intuyo que con ella Carlos Soto va a dejar de una vez por todas “Sólo me interesan los protagonistas que tienen un carácter extremo” | Imagen 1de ser ese escritor secreto que ha sido todos estos años, para ser un autor conocido y degustado por muchos. Y cómo me alegro. Por él, porque lo merece sin ninguna duda, y por la literatura en español."

.- Pues digo yo que tendrá que pagar derechos de autor a Lorenzo Silva, que con esta frase ha conseguido que todos hablemos de usted y nos lancemos a por su libro

Tanto como derechos de autor, no lo creo; pero unas cuantas cervezas sí le debo. Barra libre, prácticamente. Que un autor como él apueste por alguien desconocido no tiene precio. Más, hoy en día, cuando el mundo literario es un verdadero maremágnum.

.- Y como llega un trabajador del sector de la informática, si no me equivoco, a un drama rural, rural

El impulso de escribir, o de embarcarse en cualquier tarea artística, no tiene que ver con la formación. La profesión es una obligación, no hay otra forma de subsistir. El arte, en general, es una forma de vivir. La literatura, precisamente, está plagada de autores con profesiones de lo más dispares. Kafka era un funcionario que se aburría mortalmente con su trabajo. La profesión es un ejercicio diurno y la literatura, un ejercicio nocturno, por así decir. Y en cuanto al ambiente rural, es tan válido como cualquier otro. Nunca pensé en escribir nada así. Leí un artículo acerca de un carbonero y lo imaginé. A partir de ahí, la historia siguió sola.

.- Lo primero que sorprende en su novela es el escenario, el mundo rural de Mallorca, tan desconocido para los de fuera, luego el oficio de los protagonistas carboneros

Mallorca es una gran desconocida. Su nombre ha llegado hasta en el último rincón del mundo, de eso se ha encargado la industria turística, que es la que reporta dinero. La que ha convertido Mallorca en un producto. Nada que objetar al respecto, puesto que los mallorquines vivimos del turismo. El problema es que nadie ha buscado una fórmula para que el turista se interese por algo más que sol y playa. Y sería muy fácil hacerlo. Bastaría con hablarles de los honderos baleares, por ejemplo. Eran hombres que sólo combatían con una honda, pero fueron una auténtica pesadilla para los romanos y para otros invasores. Lanzaban proyectiles de hasta medio kilo con una precisión tremenda. Perforaban la línea de flotación de las embarcaciones y las obligaban a retirarse de inmediato. De hecho, una vez se hicieron los romanos con la isla, los tomaron como soldados para su propio ejército. O se le podría hablar al turista del pirateo que sufrieron las islas ininterrumpidamente durante muchos años, en épocas recientes. Mallorca está plagada de historias que llamarían la atención de cualquiera. Pero eso no es traducible a dinero, al menos directamente, de ahí el desinterés por buscar esas fórmulas.

.- Eligió lo de carbonero por la soledad, por el aislamiento?

No exactamente. El oficio me sedujo a mí. Fue él quien me eligió. Y dos de sus mayores atractivos para mí fueron ésos: la soledad y el aislamiento de los carboneros. El tercer atractivo fue la belleza de la Sierra de Tramontana. Combinados los tres elementos, no me hizo falta nada más, la verdad. Bastaría con menos, para concebir una historia.

.- Llama mucho la atención la serenidad con que cuenta la historia, una historia llena de angustias, una historia cruda y violenta, a la que al principio da miedo enfrentarse, pero que luego no podemos abandonar

Ese tono de serenidad que han detectado los lectores es lo que más me ha sorprendido. Jamás he sido consciente de que existiera. Ya me llamó la atención mi editora sobre él, pero han sido muchos los que después han abundado en el asunto. Aun hoy, sigo siendo incapaz de verlo con claridad. Para mí, el personaje es arrastrado por su propio carácter, apasionado y casi enfermizo. No percibo ese distanciamiento, sereno o relativamente frío, del que se me ha hablado. Un periodista me preguntó que cómo se conseguía ese efecto y me quedé en blanco. En primer lugar, porque, como digo, me cuesta mucho apreciar que ese efecto existe; en segundo lugar, porque lógicamente no ha habido la menor intención de aplicarlo.

.- Marc es el personaje que conduce el relato, que nos marca profundamente y por el que a pesar de todo sentimos cierta empatía, fue difícil crear este personaje y que funcionara como funciona en la novela, y ¿no dan un poco de miedo este tipo de protagonistas?

Para bien o para mal, sólo me interesan ese tipo de protagonistas. Los que tienen un carácter extremo. Los que en cualquier momento pueden caer por el precipicio. La literatura es un ejercicio de sondeo. Volvemos a lo que hablábamos antes de profesiones y arte. La profesión nos lleva a procurar no rozar nunca los límites y a buscar la mayor estabilidad. El arte nos lleva al riesgo y a traspasar todas las fronteras. Hasta donde seamos capaces de llegar. Un animal nunca pondrá su vida en riesgo, a menos que le traicione el instinto o se encuentre en una situación límite. La inteligencia, en cambio, nos da esa opción de acercarnos al peligro de forma consciente. Nos proporciona un juego. Y antes o después, jugamos. Es inevitable. Una vez existe la opción, no dejaremos de pensar en ella.

.- Y como se hace para que una historia llena de furia no se desborde en ningún momento, como se sujetan las riendas

Eso sólo se debe a la templanza del protagonista. Hablamos otra vez del carácter. Siempre he admirado a la gente a la que no le tiembla el pulso en momentos críticos. Es un don. Y tiene que ver con el valor, evidentemente. A uno siempre le gusta convertirse en lo que no es. Para eso existe la imaginación. Sin ella, el nuestro sería un mundo muy triste.

.- Porqué además es una novela llena de silencios, de rencor, pero todo sin estridencias, todo fluido como si el destino fuera así de inexorable

Es el protagonista, quien lo convierte en inexorable. Él tiene la rara capacidad de elegir su destino. Tiene determinación. Por eso es capaz de sacrificar lo que con toda seguridad le habría proporcionado un futuro razonablemente feliz. Marc es consciente de que va a despeñarse, pero cree firmemente que el camino que ha elegido es el correcto. Aunque sólo lo sea para él. A quienes quiere, de hecho, les recomienda que se alejen; y no ceja hasta que lo consigue. No quiere cerca a los seres queridos, cuando llegue el desastre.

.- Marc, Aina, Joana, el padre, el buhonero?la madre muerta, no hay demasiados personajes, pero su intensidad nos deja sin aliento, como fue el proceso de creación de los personajes

Son personajes que viven de la naturaleza, y la naturaleza no habla ni negocia. Es dura e imprevisible. Por eso hay tantos silencios. Los personajes son intensos porque la relación directa con la tierra es así. Pero yo no los construyo. Tengo una imagen de ellos, como del protagonista, cuando pensé en él por primera vez. A partir de ahí, ellos se hacen a sí mismos. Solos y entre sí. Los diálogos no están premeditados, salvo por una vaga idea. El control que tengo sobre ellos es mínimo; el indispensable para no cometer incongruencias. En realidad, sus frases a veces me sorprenden. Aina me obligó a dejar de escribir y a replantearme la novela a partir de una sola frase, por ejemplo.

.- Y esa prosa, seca y concisa, cruda, acorde con un universo rural que siempre parece cerrado, ajeno a lo que esta fuera, pero que nunca olvida, nunca perdona

Viene a ser parecido a lo anterior. La naturaleza es cruda y concisa. Lo es la tierra y lo son sus productos: la madera, el carbón. Quien maneja ese lenguaje a diario, acaba haciéndolo suyo. Y eso sirve para los personajes y, por coherencia, para el autor.

.- Le han comparado con Delibes y con Tarantino, eso me lleva de nuevo a lo rural, y lo supermoderno, cómo lo vive

Lo supermoderno me seduce poco. No por la propia tecnología, sino por el uso que hacemos de ella. La tecnología y su avance nos dejan atrás. Evoluciona a mayor velocidad de la que nosotros somos capaces de procesarla. Si a eso se le suma esa tendencia natural que tenemos los humanos de hacer el peor uso posible de nuestras herramientas, el resultado no puede ser otro que el que se ve incluso por la calle: individuos concentrados “Sólo me interesan los protagonistas que tienen un carácter extremo” | Imagen 2exclusivamente en dispositivos electrónicos, cada vez más ajenos a aquello que nos rodea. Atendemos constantemente mensajes vacíos, a los que respondemos con mensajes igualmente vacíos. Mientras tanto, a nuestro alrededor, ocurre lo verdaderamente importante. Ahora, casi con clandestinidad. No nos gusta mucho pensar, preferimos distraernos. Aun a costa de perder aquello que no volveremos a tener.

. - ¿Y lo próximo?, asusta después del éxito, meterse en otra historia?

No tengo muy claro lo que es el éxito. Pero si alguna vez entiendo lo que es, y además lo tengo, siempre que sea algo que pueda tenerse, prometo respuesta. En cualquier caso, nunca me asusta meterme en otra historia. Lo que me asustaría sería no hacerlo. Qué me quedaría, en ese caso.

El autor

Carlos Soto Femenía nace en Palma de Mallorca el 10 de diciembre de 1966. A corta edad se traslada a Madrid, donde permanece hasta cursar estudios universitarios. De regreso a Mallorca, ejerce su actividad laboral en diversos flancos del sector de la Informática. Ha publicado algunos relatos premiados en los certámenes Silverio Lanza de Getafe (Madrid).

Es autor de las novelas La unción (premio Alfonso VIII, editorial EDAF, 2004) y Enemigo innúmero (Playa de Ákaba, 2013).

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