Jueves, 25 de abril de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Leer es escribir con los ojos*
X

Leer es escribir con los ojos*

Actualizado 05/11/2016
Rafael Muñoz

Leer es escribir con los ojos* | Imagen 1

Un antiguo compañero de lecturas se/me preguntaba en días pasados, creo que con cierto afán retórico, las virtudes que entrañaban el hecho de leer. Su requerimiento coincidía con una cercana relectura del imprescindible poeta José Ángel Valente, y recordé unas asombrosas líneas donde el autor hablaba de la escritura, pero que vienen a cuento porque ¿no sería la lectura otra forma de escribir?:

Escribir es como la segregación de las resinas; no es un acto, sino lenta formación natural. Musgo, humedad, arcillas, limo, fenómenos del fondo, y no del sueño o de los sueños, sino de los barros oscuros donde las figuras de los sueños fermentan. Escribir no es hacer, sino aposentarse, estar.

Hay algo más, piensa uno, en lo que se refiere a la lógica necesidad de la lectura (y con la que está cayendo?). Me refiero a su ineludible función de avanzadilla o trinchera (depende del momento) en la elaboración de ideas que se trabajan, casi en silencio, de espaldas al ruido circundante, para darse a conocer como un acicate o punto de fuga, que nos permita a los lectores descubrir nuevos caminos.

La lectura sería, de este modo, una especie de detonante intelectual, que encontraría su espacio y sentido, pongamos por caso, entre la fugacidad de la información diaria y la densidad de un libro de ensayística: actuaría como puente entre una y otra.

Pero atravesar los puentes no suele ser cosa de un solo individuo: la gente los franquea también en compañía de otros, y a diferente ritmo. Tampoco los cruza en una sola dirección, suele ser un ir venir continuo de pasos y murmullo de voces conversando.

Aparece entonces otra de las cuestiones que hoy nos preguntamos sobre la actividad lectora. Me refiero a los diálogos que germinan en el hábitat digital a través de la red: blogs que hablan de arte, cultura y pensamiento y, por qué no, perfiles de Facebook y cuentas de Twitter, donde también se buscan y expresan miles de personas.

Es cierto que a consecuencia de su versatilidad, y desconozco si debido también a su corta vida o quizá a la falta de asentamiento y reposo para reflexionar sobre ellos, a veces aparecen una plétora de seguidores y adversarios en defensa de sus posibles bondades o peligros que, en su enconamiento argumental, suelen producir más distorsión que otra cosa.

Situación ésta que a Carlos A. Scolari, profesor y especialista en la comunicación en medios digitales, le lleva a preguntarse con cierta retranca ¿Está naciendo una nueva figura híbrida, el "apocalíptico-integrado", un intelectual que reniega de ciertas tecnologías y deplora sus efectos pero, al mismo tiempo, las utiliza todos los días? Lo que nos recuerda una publicación que en su día puso de relieve dos posiciones opuestas ante la irrupción de la llamada cultura de masas o popular frente a la nominada como haute culture.

En dicho texto, Apocalípticos e integrados, obra del gran semiólogo Umberto Eco y cuyo título sin duda les resultará familiar, encontramos referencias que pueden sernos útiles para entender una cuestión que, sin duda, sería interesante que aflorara en nuestras conversaciones de cuando en vez:

[?] toda modificación de los instrumentos culturales, en la historia de la Leer es escribir con los ojos* | Imagen 2humanidad, se presenta como una profunda puesta en crisis del 'modelo cultural' precedente; y no manifiesta su alcance real si no se considera que los nuevos instrumentos operarán en el contexto de una humanidad profundamente modificada, ya sea por las causas que han provocado la aparición de aquellos instrumentos, ya por el uso de los propios instrumentos.

Esta y otras reflexiones me provocan una serie de cuestiones que les planteo a vuelapluma:

¿Existe verdaderamente la conversación cultural en este espacio de redes? ¿Cómo se manifiesta y concreta? ¿Disponer de medios y herramientas como el audio y el vídeo, además del texto escrito, favorece o constriñe la comunicación cultural? ¿Estamos hablando de otras formas de lectura y por tanto de otras maneras de comprender nuestros contextos? ¿Debemos hablar de cambios o de pérdidas en estos nuevos intercambios? ¿Sería prematuro establecer conclusiones?

Creo poder afirmar, junto a otros lectores, que quienes participamos de la actividad lectora, solemos tener la mente abierta y no comulgamos con eso de prietas las filas o la dirección única. Tampoco con aquello de los saberes monolíticos (paradójica expresión lingüística), porque en sociedades como las nuestras, donde la hibridación es marca de la casa, debieran carecer de sentido.

Pero, ¿qué nos lleva a leer? Sin duda alguna, a la necesidad de encontrarnos en los textos de otros para intentar entendernos, ordenarnos. Buscamos respuestas para encontrar indefectiblemente más preguntas. De este intenso ejercicio surge, por ejemplo, el subtítulo de esta sección en el periódico: +preguntas que respuestas.

Hay unos párrafos de Daniel Goldin, antiguo editor y hoy director de la sorprendente Biblioteca Vasconcelos de México, que quizá puedan producirnos cierto desasosiego, pero que también ayudarían a responder a esta pregunta:

La dimensión que abren los libros es la de la incompletud y la promesa de calmarla. La trampa que nos ponen es que sólo se puede llenar con su propia materia, el lenguaje. ¿Por qué sigo tan atado a ello si sé que una trampa? Tal vez porque he entendido algo inherente a nuestra condición: que nuestra única tierra es volátil y esquiva, que nuestro único arraigo es movernos, desintegrarnos en ella, como el polvo. No ser de nadie, no tener sentido y no poder dejar de producirlo.

Y ¿qué leemos? Sin duda libros, artículos, pero también películas y música. Aquello que nos remueve el magín, pongo por caso, en el muro de Facebook de aquellas personas que se ganan con sus post nuestro interés y respeto intelectual. Leemos también los 140 caracteres de Twitter, que nos trasladan informaciones de nuestro interés, facilitándonos el contacto electrónico con espacios donde encontramos reflexiones sobre los temas que suscitan nuestra atención.

Tirando a citar, el nombre de esta sección, serviría para apoyar lo que digo: no busca el argumento de autoridad, quiere significar el diálogo con lo que leo, veo y escucho en estos soportes comunicativos.

Si se me permite jugar un poco, se puede encontrar mucho y buen feed back en el Facebook, y la herramienta conocida como Twitter, que guarda cierta similitud en el sonido con la palabra twist, como aquel movido baile de los años 50, es poseedora de un swing y ritmo informativo sin paliativos, si aprendemos a manejar su coreografía.

Y si cuando al leer en papel subrayo, dialogo y comento en los márgenes del libro, lapicero en ristre, ¿no tiene esto un cierto parecido con las referencias y enlaces (textos de audio y vídeo) que nos ofrecen los textos digitales?

De lo que se trataría, en los dos casos, es de ampliar la información, provocar el diálogo, al buscar otros ángulos de comprensión frente a los diversos contenidos que nos convocan.

Uno es hijo de su tiempo, que nada tiene que ver, por cierto, con la expresión nostálgica de en mi época; somos también lo que vivimos en cada momento. Leo textos en papel y en formato digital, también en audio y vídeo, pero sin renunciar a mi historia y a mi memoria. Por ese motivo, también participo de la lectura de textos en línea y textos lineales en papel, de escasa o cierta extensión; leo películas en salas de cine, música en vinilos, revistas mensuales, conversaciones de café?

Como Ilan Stavans*, yo leo para saber que no estoy solo, que vivo en comunidad, que hay algo fuera de mí que me afecta, que clama por mi atención. Y leer es escribir con los ojos.

Leer es escribir con los ojos* | Imagen 3

Las ilustraciones pertenecen al grandísimo Quint Buchholz

Rafael Muñoz

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...