Y entonces llegó Rufián...

La Radio, de tanta importancia en nuestras vidas, que nos deja trabajar a la vez que nos sirve información en tiempo real, el pasado sábado, en esa votación en B, o sea, segundo intento ?nada peyorativo?, no tuvo su mejor jornada.

Más que nada, se trataba de ver lenguajes corporales con palabras precisas y eso no lo podía ofrecer la Radio, pues ni los gestos ni las palabras defraudaron, y, sobre todo a la bancada socialista, la dejaron herida de muerte. Tuvieron que escuchar de Rajoy "que no quería la investidura si ésta no aseguraba la gobernabilidad". Un hecho muy legítimo por su parte si desea dejar las cosas claras desde el principio, ya que si él recibía esos apoyos de manera incondicional, como contrapartida renunciaba a seguir la senda de unas terceras elecciones en las que los destrozaría.

Y ya como correligionario suyo, qué poco caso le hizo el señor Rajoy al portavoz socialista Sr. Hernando, quien para reafirmarse necesitaba decir en alta voz muchas palabras pero con poca credibilidad, quién se cree eso de que "los tendría enfrente como oposición" cuando le iba a convertir en presidente. ¿Por qué cautivó los votos de quienes votaron al PSOE? Su mensaje daba lástima hasta al propio Mariano. La misma lástima ?esta fue la palabra dicha a Jordi Èvole? que le produjo a Pedro Sánchez ver a Hernando por Televisión.

El portavoz socialista ha recibido todo tipo de menosprecios, o desprecios, así, sin anestesia, desde todo el arco social de la izquierda, y también, por qué no decirlo, del centro y la derecha, aunque muchos lo callen por conveniencia. Pero políticos que se retratan así denigran la política. Después no nos quejemos cuando la gente habla mal de la clase política o los caricaturizan en chistes ingeniosos como el de Chiquito de la Calzada: "Si miento, digo la verdad, pues soy político. ¿Se da cuén?"

"¿Cómo aceptó Hernando dicho nombramiento?", acentuaba anoche Pedro Sánchez. Y nosotros decimos que no le dé más vueltas. Viendo estas cosas hay que fortalecerse y pensar que siempre nos quedará la poesía. La poesía nunca engaña, ni siquiera los antipoemas. "¿Verdad, Nicanor Parra?". Es un arte: En materia de ojos, a tres metros / No reconozco ni a mi propia madre. / ¿Qué me sucede? -¡Nada! / Me los he arruinado haciendo clases: / La mala luz, el sol, / La venenosa luna miserable. / Y todo ¡para qué! / Para ganar un pan imperdonable / Duro como la cara del burgués / Y con olor y con sabor a sangre. / ¡Para qué hemos nacido como hombres / Si nos dan una muerte de animales!

Rajoy, gallego sabio ?por cierto, enhorabuena? de lejos era consciente que el jefe de la oposición, que no era otro que Pablo Iglesias, estaba en otro turno, por lo que dejó al pobre Hernando arrumbado en su asiento como un alma en pena, propio para estos días de difuntos. En esto, aunque lo dijera con otras palabras, pero en idéntica sintonía con Rajoy, también abunda Pedro Sánchez en la entrevista a Èvole: "En Podemos existe mucha gente joven que desea un cambio y está a la expectativa de conocer un expreso movimiento para ellos que no les vaya a defraudar".

Corrió el turno de la palabra en la investidura y los gestos desabridos, agrios y ácidos en la mayoría de diputados socialistas era todo un antipoema. Aquellos quienes sólo dos días antes decían que del "no" no les moverían ni con los forceps, esperaban algo. Y no que volviera Tejero, por supuesto, pero algo sobrenatural antes de esa votación que se acercaba por momentos? Y? entonces? entonces llegó Rufián?

Este hombre, con verdades como puño, aunque quizá no fuera el día ni el momento, no lo sabemos, les puso a caer de un burro. Y claro, nadie se quiso comer aquel marrón que iba sólo y exclusivamente a ellos, no a la Historia, por tanto, la mayoría de los socialistas del Hemiciclo ?no sé si merecen este nombre? le dieron la vuelta y trajeron de sus tumbas a aquellos gentiles hombres de blanco y negro dándoles color, un color que les servía de bálsamo para exculparse.

Era lo que les faltaba por si alguno tenía algún tipo de dudas, sesenta y ocho se metieron debajo del paraguas de Rufián poniéndole a escurrir. Sobre esto Sánchez le señaló a Èvole que por supuesto no le gustó el comportamiento de Rufián, aunque quizá coincidía, aunque no lo dijo, con lo que Rufián dijo en la réplica a Hernando: "Que le daría vergüenza". Pedro Sánchez también dijo "que le daría vergüenza". ¿Pero vergüenza a qué ?no le escuché bien a Sánchez?, a las palabras de Rufián o al mal trago de sus compañeros de hacer presidente a Rajoy?

Al final de la votación, con el premio gordo en la busaca, Rajoy fue a saludar al pobre Antonio Hernando cuando todos esperábamos un saludo al jefe de la Gestora, Javier Fernández, que estando en el tendido podía haberle hecho un brindis. Y después, para cerrar el acto, sólo faltó que llegara Felipe y dijera: "Ahora, amaos los unos a los otros como yo os he amado".

Pero bromas aparte, después de escribir este artículo, dejé a Sánchez con Èvole dándole un titular tras otro: "Me equivoqué al tachar a Podemos de populista"... "Me dolieron especialmente los reproches entre Hernando e Iglesias"? "Quiero volver a ser secretario general"... "La Gestora no ha sido consciente de la gravedad de llevar al partido hacia el PP"... "Lo importante es la ética"... "El País" no quería ningún entendimiento entre las dos izquierdas"... "La crítica de los grandes entes de poder era que las izquierdas no se entendían"... "Pensamiento único: o gobernaba Rajoy o terceras elecciones"... "Los medios de comunicación en papel deben ser más plurales, más críticos"... "El NO a Rajoy era porque él quería que se gobernara conjuntamente dentro y fuera"... "Treinta años atrás Felipe en mis zapatos hubiera dicho "no"? Y más?