Arte teresiano con efecto tridimensional
Desde hace décadas, las manos de Emilia Bautista plasman en cuadros la imagen procesional de Santa Teresa
Han pasado más de 40 años desde que Emilia Bautista Manjón abandonase su tierra natal de Alba de Tormes para trasladarse a El Prat de Llobregat. Precisamente fue allí donde comenzó a desarrollar a una de esas actividades que comienza siendo una simple afición y que finalmente se convierte en una pasión que termina enamorando y atrayendo la mirada de muchas personas.
La realización de cuadros en tres dimensiones es una de las pasiones de Emilia, una afición descubrió en su nuevo destino, lejos de su tierra, de su gente y también de una de las figuras que más admira, la de Santa Teresa de Jesús. Quizás por estas circunstancias y por su significado, cuando Emilia acudió a un curso de manualidades terminó eligiendo la histórica y venerada imagen procesional de Santa Teresa de Alba de Tormes.
Una imagen casi exacta cargada de profundidad
Y la elección no pudo ser mejor. Emilia reproduce de forma casi exacta la imagen de Santa Teresa con profundidad y altura. Para su realización utiliza varios materiales: cuatro estampas planas, una base de madera, purpurina y piedrecitas decorativas.
A partir de estos elementos emana el arte, el temple y la paciencia de Emilia, que comienza con el recorte de las estampas o como ella misma asegura "descuartizo las estampas para conseguir la profundidad que necesita el manto, la paloma, la figura de Santa Teresa en su totalidad". De todos los materiales, la inserción de la purpurina en el manto a través de una aguja es la que mayor trabajo supone, todo por conseguir una figura en miniatura casi idéntica a la real.
Con todo Emilia logra una Santa Teresa que literalmente "se sale del cuadro", con un efecto tridimensional muy cuidado y llamativo.
Cuadros para familiares, amigos y conventos carmelitanos
Desde que comenzase con la elaboración del primer cuadro han sido muchos los familiares y amigos que le pidieron uno de sus cuadros. Sin embargo el interés no acabó ahí, Emilia nos recuerda que incluso hubo tiempos en el que los Carmelitas Descalzos le hicieron varios encargos que gustosamente realizó.
Curiosamente y a pesar de la gran cantidad de cuadros que han nacido en sus manos, Emilia afirma que no dispone de ninguno en su propia casa, ya sea porque optó por dárselo a otras personas que no podían olvidar esa imagen procesional de Santa Teresa en miniatura, tan cargada de realidad, ternura y misticismo .
La realización de estos cuadros sigue siendo una afición pero también una manera de acercarse a Alba de Tormes, a esa villa ducal y teresiana que la vio crecer y donde descansan los restos de una santa a la que ella no deja de dar mayor brillo y esplendor