En recuerdo de Manolo Lampi, por Aris Marcos

> El exdirector deportivo del Ciudad Rodrigo CF, Aris Marcos, homenajea en este artículo a Manuel Vicente González, Manolo Lampi, fallecido en la jornada del lunes.

La vida a veces es como un cuento. Ayer recibí la llamada de mi gran amigo Manolo Lampi (hijo) para darme una noticia muy triste y que me pilló totalmente sorprendido, el fallecimiento de su padre, una persona muy especial para mí por muchos motivos.

Uno de ellos, por su gran amistad con mi difunto abuelo, es difícil de asimilar las pérdidas de personas que quieres y aprecias sobre todo de una forma tan repentina, aún recuerdo a mediados de agosto el baño que me di con él en la pesquera siempre con sus chistes con sus bromas ("Aris que suerte tú haces pie en toda la pesquera").

Realmente lo recuerdo con su sonrisa radiante y sus sabios consejos, en todo momento apoyándome tanto a mí como entrenador como al Ciudad Rodrigo CF, un socio que nunca faltaba a las citas salvo cuando me abandonaba cuando iba a cazar o de pesca algo que le encantaba.

Siempre se ponía al lado mío en los partidos junto con su nieto y su hijo, subía casi todos los lunes a verles a la imprenta y siempre me bromeaba, siempre me sacaba la sonrisa, era único, no tengo palabras para poder describir a una persona humanamente excelente como lo son su mujer, todos sus hijos y sus nietos.

Personalmente siempre te llevaré en mi corazón Manolo, gracias por compartir tantas cosas conmigo y por hacerme ver siempre las cosas positivas de la vida y luchar contra viento y marea. Son grandes recuerdos los que tengo hacia ti, como por ejemplo cómo cantábamos juntos en la fiesta del ascenso a Tercera División el himno que compuso tu hijo.

Cuando me despedí de ti en agosto tus últimas palabras las tengo en mi mente grabadas "suerte grandullón te echare de menos las tardes de los domingos en el Francisco Mateos, nadie chillará como tú Aris". Yo te aseguro que también te echaré de menos Manolo, pocas personas tienen siempre la sonrisa en la boca las 24 horas como tú.

Hasta pronto gran amigo, D.E.P.