Metonimias

O quizá debí titular sinécdoque, quizá sería más preciso, cuando tomas una parte por el todo, pero es más difícil de pronunciar. (¿Se pronuncia internamente cuando se lee?). Las metonimias son hermosas, las usamos mucho y abren la puerta al lenguaje poético, como las metáforas, pero también pertenecen al lenguaje coloquial y sin ellas nos tomarían por locos. Vamos, que cuando pides un vaso de agua siempre te entienden y puedes saciar tu sed y ningún gracioso te dice que sólo tienen vasos de plástico o de cristal ni te traen una pieza de hielo en forma de vaso. De haberse puesto tiquismiquis su madre Esaú nunca habría disfrutado de su plato de lentejas y Jacob no hubiera heredado; adiós a las doce tribus.

Pero las sinécdoques tienen su peligro, claro, cuando dejan de referirse a conceptos claros. Si se dice que se exhibieron varios picassos todos nos entendemos y nadie piensa en pequeños muñequitos con la forma del malagueño sino en varias de sus obras. Pero si se dice que los catalanes piden tal o cual cosa, la cosa se complica. Los políticos juegan a estos juegos interesados pero cuando se insultan en el Parlamento aceptan representar a sus votantes, no a todos los ciudadanos. Los nacionalistas por su parte lo solventan, ahora, argumentando que los no independentistas no son en realidad (puros) catalanes, con lo que eluden la sinécdoque y cometen una metonimia. Y a la hora de votar la cosa se complica aún más. Dejemos votar a los catalanes, ¡vaya! Defínase, y ya sé que parece fácil: tiremos del censo. Pero hay extranjeros que pueden votar en las municipales (uy! creo que usé una metonimia), su nombre aparece en las listas. Y como el Estatut dice que son catalanes los que viven y trabajan en Cataluña el lío es morrocotudo pues tendrán que poner urnas para los indocumentados. Creo que en el simulacro del 9 de noviembre ya lidiaron con estos truquitos y votó un poco el que quiso. Y a ver, ¿qué hacemos con los jubilados? Yo tengo pensado ir a vivir en breve a la campiña catalana para aprovechar su buena cobertura sanitaria que tras la independencia irá a mejor. Como ya no buscaré trabajo no pasará nada si no hablo en catalán aunque lo domine. Cuando el uso de la lengua ya no sirve como instrumento de poder las identidades nacionales se debilitan. Y si no que se lo digan a los mallorquines e ibicencos que acogen miles de centroeuropeos jubilados que siguen hablando en sus lenguas maternas y ponen banderas en sus balcones. Y como en su proyecto de Constitució, artículo 82, regulan que la república garantizará que los que vivamos allí y por la razón que sea (!) queramos, podremos conservar nuestras relaciones personales "amb els nostres germans (hermanos) de la península ibérica" pues me aprovecharé. Que bondadosos son.

Los sentimientos son otra cosa, no se puede entrar en ellos, aunque se pueden conmover, exacerbar, y demás. En Psicología se estudia la situación de ansiedad que se produce en el individuo cuando el rol asignado no es un rol asumido. Pobritos, los que no se sienten algo siéndolo. (A mí me pasa un poco cuando me llaman castellano leonés no como algo administrativo sino caracterial; pero no me quieta el sueño). Entiendo que luchen por ser otra cosa. Y que para luchar se armen de sinécdoques. La mente humana no soporta la disonancia cognitiva. Me entristece pensar que al final del arco iris no van a encontrar un ánfora con oro.

Mejor volvamos al lenguaje poético y a las metáforas que nos contaban en el insti: tus dientes como perlas, el rubí de tu boca. ¡Ah! el amor, un sentimiento que me interesa mucho más. Se ve que las nieves del tiempo están plateando mis sienes.