La maestría de Ponce suma y sigue...

Se confirmaron los rumores y a la baja de Roca Rey se unía la de Talavante, sustituidos por Castaño y José Garrido respectivamente. También corría, no un rumor sino la certeza, que cambiaría el tiempo, se harían presente la lluvia y el frío, y así fue. Cambios de cartel, martes y trece, y el agua tan necesaria para unos tan cruel para otros, incluso esta mañana en el apartado, hubo un conato se suspensión que el presidente con buen criterio evitó. Y después de un minuto de silencio por la muerte del ganadero Alipio Pérez Tabernero, hombre de campo, valiente que amó profundamente al toro y a la fiesta, allí donde vayas, que te vaya bonito.

Media plaza para presenciar esta tercera de abono en la que Ponce que vino con ganas a Salamanca, sorteó una faena en su primero, toro flojo, con calidad, de mucho mérito, con plasticidad, con mucho poso torero, tirando de esa pastueña embestida, muy soso el animal pero el de Chiva le administró esa tauromaquia que tiene para ese tipo de toros, elegante y recreándose en los remates, entera caída, aviso y oreja. En su segundo, un toro con mas brío, firme y técnico fue domeñando la embestida del animal para sentirse a gusto, embarcando la embestida, con estilo pulcro por ambos pitones, siempre en esa línea, y con esa desmedida afición que atesora, y le lleva por ese más de un cuarto de siglo en la cabecera del escalafón, le concedieron dos orejas, una fue un exceso que no empaña su labor.

Castaño fue ovacionado al término del paseíllo, después de lidiar con el amargo toro del cáncer, y restablecido del mismo, toreó sin apreturas de capote, con mando lo sacó toreado a los medios, el toro tenía vibración , lo pasó con buen trazo por ambos pitones, pero la faena tenía altibajos, falto de dominio y técnica, la faena no logró la estructura necesaria aunque bien que estuvo entregado, pero creo sinceramente que aún falta ese sosiego, ese paso para ir dejando atrás lo pasado. Al entrar a matar fue atropellado, le pisó el toro y pasó a la enfermería pero salió para encargarse de su segundo enemigo, con una faena más asentada, con mejor corte, siempre entregado y sincero; mejoró el ritmo y se sigue notando el estar acostumbrado a otras batallas, con toros de otro corte. A éste lo mató de entera desprendida y le cortó una oreja que ciertamente le viene muy bien para su ánimo.

Cerraba plaza Garrido, chicuelinas ceñidas en un quite, de remate superior, tiró de la embestida de un animal que se apagó pronto; hubo torería en muchas fases de la faena que tenía buena sintonía, pero carecía de emoción alguna, entera caída y silencio en este pasaje. A su segundo, lo toreó primoroso de capote, toreó reunido, ganando terreno en cada lance, cargando la suerte y rematando con hondura. Hasta el momento el mejor toreo de capote en lo que va de Feria. La faena tuvo también entrega y verdad Garrido con depurada técnica, tirando de la embestida del animal; faena de mucho relieve con buena estructura y limpieza, por ambos pitones corriendo bien la mano y ajustándose en cada pase. Cerró con ajustadas bernardinas y mató de media en lo alto, que le valió una oreja, cortada a ley.

Salimos corriendo de la plaza, muertos de frío y pensando en un tartero de café o chocolate decían otros, y con churros muchos churros. Pues vamos a ello, y que aproveche.

FICHA DEL FESTEJO

Toros de El Pilar, encaste Aldeanueva con este balance: corrida noble, bien presentada, entre los que sobresalieron 2º 4º y 6º con más entrega y movilidad.

Enrique Ponce: oreja y dos orejas

Javier Castaño: silencio y oreja

José Garrido: silencio y oreja