Los novilleros, Rocío Romero, ovación y ovación; Rubén Blázquez, ovación y oreja; y Rafi, oreja y ovación
Arrancó la feria de Peñaranda, en lo taurino, se han lidiado novillos de Miranda de Pericalvo, festejo sin caballos. La novillada ha sido todo un compendio de facultades; a saberse, bravos, con fijeza, nobles con ritmo y boyantes embestidas, todos aplaudidos al arrastre, por los pocos pero buenos aficionados que hoy se dieron cita en la Florida: Los novilleros, Rocío Romero, ovación y ovación; Rubén Blázquez, ovación y oreja; y Rafi, oreja y ovación.
Lo cierto es que la novillada que hoy presentó Pericalvo, ha superado con creces, tanto en presencia, y bravura; y, los coletudos de la tarde que no han podido, o a duras penas conseguido el acoplarse con unos novillos que pedían las credenciales, y que estaban dispuestos a dejarse la vida, para que triunfaran los novilleros, y lo cierto es que todos desde el primero al último han recibido mala muerte, con multitud de pinchazos de aquella manera.
Rocío Romero precedida de muy buenas sensaciones y triunfadora del certamen de esta localidad en el mes de abril, no se ha acoplado con sus dos enemigos, a los que toreó en la distancia con remates también en la distancia, por momentos parecía centrarse, pero faltó mando, sosiego y claridad con falta de profundidad, prácticamente igualó sus faenas un tanto diluidas en la técnica; aunque les puso voluntad, pasó sin pena ni gloria.
Rubén Blázquez sale siempre muy motivado en su pueblo, le pone muchas ganas a todo cuanto hace; es más, a veces se pasa de ganas y se ve desdibujado en su labor.
En su primero cuajó momentos dulces, luego se atenazó y con la espada, un sainete; en su segundo mejoró la actuación, más enfibrado y con más naturalidad construyó una faena, con buen son dibujando buenos pasajes sobre el pitón derecho que remató bien, bajo al natural y tras dos pinchazos estocada entera y cobró una oreja, que le supo a gloria.
Rafi torero francés, y además se le nota, muy en Castellá puso los palos con más voluntad que acierto, faltó acoplamiento a la brava y dispuesta embestida, no hubo buena sensación, aunque logro dar muchos pases algunos fuera de sitio pero tuvo mucho de querer siempre y sin desanimo cobró una oreja. En su segundo, un animal bravo, superior que hizo el avión en cuanto se le presentaba la muleta, que pidió plaza, el novillero se entregó pero fue desbordado por la raza, no hubo dominio ni continuidad en su faena, y se fue el bravo animal con las orejas puestas tras unos cuantos pinchazos,- porque oiga lo de matar es otra cosa-, y ninguno de los novilleros está en esa suerte; que es en definitiva la que da prestigio contratos y pone a los toreros en funcionamiento. Y aquí terminó el festejo de hoy, el sábado... llega el plato, fuerte; corrida con empaque, veremos qué pasa. Salud
Fermín González