Este colectivo pide que se incremente la vigilancia aguas abajo de la ciudad de Béjar, tramo de Acceso Libre y, por tanto, como río truchero sólo puede practicarse la pesca sin muerte
En este mes de agosto se van a cumplir nueve años de aquel fatídico 29 de agosto de 2007, en el que un vertido ilegal dejó un reguero de muerte a lo largo del río Cuerpo de Hombre, a su paso por la ciudad de Béjar. Un 29 de agosto que los miembros del Club Deportivo de Cazadores y Pescadores 'Peña de la Cruz' de Béjar no podrán olvidar.
El río Cuerpo de Hombre nacía de nuevo después de muchas décadas sin vida. Una vida truncada por la industria textil, y que tanto le dio a los bejaranos y bejaranas, que veían como tenían el futuro asegurado. Un futuro que en los tiempos que corren se antoja desolador y más que preocupante para nuestra ciudad.
Después de estos nueve años la vida ha vuelto a nuestro río. Se pueden observar unas aguas cristalinas en lo que un día fueron aguas que delataban los colores de las modas de los años 50, 60 y sucesivos. Se empiezan a ver algunos ejemplares de trucha en sus aguas, multitud de invertebrados, buenos indicadores de la calidad de las aguas. No ha sido un camino fácil, vertidos ilegales, falta de caudales ecológicos, la avaricia de algunos y la dejadez de otros, no han hecho más que ponerle trabas a su recuperación.
El tesón, por qué no decirlo, de un grupo de personas comprometidas, y que no han dejado ni un solo día de preocuparse por el Cuerpo de Hombre han tenido mucho que ver en su recuperación.
Parece que los vertidos han ido remitiendo, la futura conexión de las aguas residuales de Candelario a la EDAR de Béjar, la instalación de los dispositivos de medición de caudales en las explotaciones hidroeléctricas, noticias sin duda que contribuirán a la recuperación del río. Se ha conseguido mucho, pero nos queda un largo camino por recorrer.
La falta de un régimen de caudales ecológicos, que garantice un caudal mínimo a lo largo de todo el cauce, los problemas derivados de posibles vertidos que puedan sucederse, así como los derivados de la depuración de las aguas residuales y la falta de continuidad longitudinal del cauce, que es prácticamente nula, son los aspectos a tener en cuenta en estos momentos.
Es muy amplia la normativa que hace mención al establecimiento de los caudales ecológicos. La Directiva Marco de Agua ha supuesto un cambio sustancial en la manera de ver los ríos, y tiene como objetivo fundamental la protección de los ecosistemas acuáticos. Según la propia DMA, llevada al efecto a través del Texto Refundido de la Ley de Aguas, los caudales ecológicos son una restricción de carácter general a cualquier uso, y los define como los necesarios para el mantenimiento de la vida y del ecosistema asociado al río. Ya va siendo de hora que las explotaciones hidroeléctricas se adapten a las nuevas normativas, y dejen de agarrarse a aquellas procedentes del pasado.
Obstáculos transversales
No menos amplia es aquella que hace mención al establecimiento de medidas que permitan la continuidad fluvial. En este sentido, La Ley de 20 de febrero de 1942, por la que se regula el fomento y conservación de la pesca fluvial, señala que se deben construir pasos para peces en aquellos tramos de río en los que las construcciones no permitan la libre circulación de los mismos. En este sentido, la Ley 6/1992, de 18 de diciembre, de Protección de los Ecosistemas Acuáticos y de Regulación de la Pesca en Castilla y León, que si bien se encuentra derogada por la Ley 4/2015, de 24 de marzo, del Patrimonio Natural de Castilla y León, también obliga a los aprovechamientos hidráulicos a la construcción de escalas o pasos para peces.
Además, el Reglamento de Dominio Público Hidráulico, artículo 126 bis, obliga al Organismo de cuenca a promover la continuidad tanto longitudinal como lateral de los cauces, compatibilizándolo con usos del agua e infraestructuras hidráulicas.
No debemos olvidar la parte del río que discurre aguas arriba de Béjar. Actualmente se encuentra en una situación crítica debido fundamentalmente a la pesca extractiva, que como la propia Ley de Pesca de Castilla y León indica, está totalmente prohibida. El Cuerpo de Hombre está vedado para la pesca desde su nacimiento hasta el azud que deriva sus aguas al embalse de Navamuño, y declarado como aguas de Acceso Libre en el resto, y por tanto sólo se podrá practicar la pesca Sin Muerte. Es por ello que queremos llamar la atención sobre esta situación, para que si fuera posible se incremente la vigilancia de dicha zona.
José Antonio López López
Presidente del Club Deportivo de Cazadores y Pescadores 'Peña de la Cruz' de Béjar