César Muñoz y David Redondo completaron la terna de una tarde con raza y nobleza donde sobresalieron los astados de la ganadería Los Bayones
Tarde de intenso calor y media entrada fueron los prolegómenos de la primera tarde taurina en Macotera. Un festejo que comenzaba más tarde de lo previsto debido a la procesión que recorrió las calles de la Villa desde el mediodía pero que no impidió las ganas de buenas faenas con los astados de la ganadería Los Bayones.
César Muñoz era el encargado de abrir la tarde con un novillo muy suelto en el capote y en banderillas, pero rajado y noble en la muleta. El de Langa le dio buenos muletazos por ambas manos destacando una serie de naturales finalizada con un pase de pecho profundo. Tiró de raza, temple y cercanía pero finalmente los aceros le privaron de obtener los trofeos. Ovación y saludo desde el tercio tras un aviso, pinchazos y media estocada.
A Antonio Grande le correspondió en suerte un novillo noble con cualidades, al que había que perderle el paso. El de San Muñoz cuajó una buena faena por ambos pitones, rematada con manoletinas a pies juntos y culminada con una buena estocada, obteniendo así los dos trofeos que le abrían la puerta grande de la plaza de toros de Macotera.
En último lugar, el paisano David Redondo. Los nervios de torear en su plaza, en su tierra, con su gente viéndole, esa responsabilidad de no fallarles, hizo que le traicionasen y no pudiese andar bien con el novillo. Tras dos avisos y media estocada recibe unos cariñosos aplausos de su gente.
La tarde taurina en Macotera concluía con la suelta de un toro y dos novillos para torearlos al estilo tradicional, saltos y recortes.