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La Boda Típica, el legado del tiempo
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TRAJES, TAMBORILEROS, RITOS Y FESTEJOS

La Boda Típica, el legado del tiempo

Actualizado 12/08/2016
Redacción Béjar

CANDELARIO | Las calles de la localidad serrana se convierten el segundo domingo de agosto en escenario de un día de boda del siglo XIX, por iniciativa de las hermanas Vallejera

En 1989 un grupo de vecinos de Candelario, a iniciativa de las Hermanas Vallejera, impulsoras de las actividades culturales que se llevaban a cabo en el pueblo, realizaron la primera representación de una boda tradicional, tal y como se llevaban a cabo estas ceremonias en el siglo XIX, cuando la localidad serrana estaba en pleno auge con la industria chacinera que se desarrollaba en las casas y proporcionaba gran esplendor al lugar y a sus habitantes.

La Asociación Cuesta de la Romana, recogió el legado de las Hermanas Vallejera y en la actualidad organizan los tres actos culturales más importantes de Candelario: el Belén Viviente, el Viacrucis Viviente y la Boda Típica.

En las tres representaciones colaboran muchas personas del pueblo, pero en este relato vamos a centrarnos en la última, un espectáculo que pone en valor, la arquitectura de batipuertas, calles empedradas y regaderas, casas chacineras, la tradición de la música de los tamborileros y hermosos trajes serranos, todo ello enmarcado por la sierra que cobijó y cobija a los moradores de Candelario.

En el siglo XIX, la celebración de una boda paralizaba la vida cotidiana de las gentes de Candelario, y los actos comenzaban con mucho tiempo de antelación.

La pedida

Solía llevarse a cabo en la época de Navidad ya que la mayoría de las bodas tenían lugar un domingo de verano. El novio acompañado de sus padres acudía a casa de la novia, allí el padre de éste pronunciaba un discurso en el que pedía la mano de la novia, se intercambiaban regalos 'entrega de la cesta' y ambas familias acordaban los términos de la boda. A partir de entonces se redactaba por escrito un inventario de los bienes del ajuar 'hijuelas' en el que el novio firmaba los de la novia y ésta los del novio.

Tres canónicas moniciones

Eran las amonestaciones que se decían los días festivos consecutivos anteriores a la fecha de la boda, el primero de ellos iba acompañado de los festejos iniciales al casamiento.

Hacer la cama

Ocho días antes de la boda las mozas "hacían la cama" de los futuros esposos, y los mozos y mozas recorrían el pueblo invitando a los convidados, en esos días también se hacía una exposición con el ajuar de la novia.

El choto enmaromao

El viernes anterior a la boda se corría por las calles un choto que posteriormente era sacrificado para el banquete, ese día finalizaba con una merienda.

Víspera de la boda

Los preparativos del banquete se realizaban el sábado, los mozos recogían mesas, sillas, cubiertos y vajillas por las casas de los vecinos y las mozas adornaban la iglesia, todos juntos acababan la jornada con una merienda y por la noche sólo los hombres salían de ronda.

La boda religiosa

El domingo era el día del rito religioso. Comenzaba en la casa del novio, de donde salía la comitiva hacia la casa de los padrinos, desde allí todos volvían en busca del novio y todo el cortejo se encaminaba a casa de la novia. En su puerta se cantaba para invitarla a salir y llevarla a la iglesia por la Cuesta de la Romana, ella del brazo del padrino y él del brazo de la madrina.

Una vez en la puerta de la iglesia el sacerdote los recibía, después de que un mozo golpeara con fuerza la puerta del templo. Comienza el acto litúrgico y la imposición de los anillos, el cura enlazaba las manos de los novios y subían al altar acompañados por los cantos tradicionales. Allí se realizaba un besamanos en la estola del sacerdote, finalizando el ritual cuando un mozo del novio y una moza de la novia cubrían a los esposos con las 'velambres' mientras ellos sostenían una vela encendida.

El banquete

Una vez finalizada la ceremonia religiosa el cortejo se dirigía al banquete donde el novio y el padrino daban la bienvenida a los invitados quitándose el sombreo, gesto que señalaba el inicio del convite de vino y perrunillas.

Era el momento en el que las mujeres se cambiaban la mantilla que utilizaban para ir a la iglesia por el serenero, el lazo, la faltriquera y la cinta del moño.

Para el banquete se preparaba un cocido que comenzaba por la sopa de pan y huevos, era seguida por carne guisada, garbanzos y el tradicional chorizo, finalizando con el arroz con leche del postre.

El tálamo

Al finalizar el banquete venía el tálamo en el que se sorteaban objetos y enseres del ajuar, acompañando cada puja con una nota que indicaba si el dinero era para el novio o para la novia.

El baile

Después daba comienzo el baile al son de la música de gaita y tamboril, bien en Las Eras bien en el Casino, las danzas se hacían en grupo o en pareja y comenzaban con la de 'las prendas', una por cada objeto del ajuar de los novios.

Los mozos sacaban a bailar a la novia y el novio sacaba a las mozas, todos y todas pagaban dinero por cada baile mientras bebían 'ponchela', una bebida hecha a base de vino mezclado con agua, azúcar y limones.

Al finalizar el baile se merendaba con chorizo, jamón, chocolate y agua de azucarillos, una bebida hecha a base de zumo de naranja y azúcar.

Lunes de bodas

Era el día de recoger y devolver los enseres prestados por los vecinos, pero continuaban las celebraciones con un calderillo a la hora de la comida para los más allegados y una merienda para los mozos y mozas.

El día 14 de agosto, coincidiendo con el segundo domingo de este mes, se representará La Boda Típica en Candelario con la participación de los vecinos, muchos de los cuales se visten con los trajes típicos y otros ayudan a vestir y peinar a las candelarias, tarea nada fácil y que lleva su tiempo. Implicándose en recordar esta tradición que mezcla ritos y costumbres de un pueblo que se niega a perder su esencia, perpetuándola al menos una vez al año.

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