Los Licenciados en Historia no sirven para la Oficina de Turismo

Se han confeccionado tres bolsas de empleo y cada una ha nacido de un padre y de una madre. Los experimentos, mejor en los laboratorios, que aquí se habla de trabajo.

¿Por qué no sirve la Historia? El arte, poco es sin ella; el turismo, poco es sin ella; el resto de las letras sin la Historia no pasan de acertijo de patio de colegio, como el huevo y la gallina.

Dejando a un lado la capacidad personal de cada uno y el debate de si es lícito o no medir la profesionalidad según los estudios que se tengan, los puestos de Técnico o Experto en Turismo se suelen cubrir abriendo el abanico que las letras ofrecen, y que se resume principalmente en tres carreras universitarias: Turismo, Historia e Historia del Arte. Los trabajos ofertados suelen ser demandas tipo «estar en posesión de alguna titulación universitaria de Diplomatura, Licenciatura o Grado en Turismo, Historia, Historia del Arte».

Son estos los tres pilares básicos de cualquier proyecto turístico que se precie. Lógico es que tengan prioridad los profesionales del turismo; para eso lo estudian y por eso esto es un concurso de méritos. Lo que no alcanzo a entender es el por qué de la exclusión de los historiadores en un proceso selectivo que alcanza igual a la Historia y al arte.

¿Que se ha hecho con la mejor de las intenciones? No me cabe duda. ¿Que se ha errado en la decisión y que la ignorancia ha tenido mucho que ver? Es un hecho. Porque las piedras de Miróbriga son Historia y porque se nos llena la boca con la Historia al promocionar Ciudad Rodrigo donde quiera que se tenga que promocionar. Para otro queda, en muchos casos, el saber de dónde le viene el nombre o qué tuvo que ver Francia con la Guerra de la Independencia.

Soy parte implicada en el asunto. He trabajado en la Oficina de Turismo cuando estaba bajo el amparo de la Junta de Castilla y León, y también cuando pasó a manos del Consistorio mirobrigense, en la primera bolsa de empleo. En la segunda ya no, porque estaba trabajando; lógico.

En la Oficina aprendí, me ensañaron mis compañeras ?muy bien, por cierto?, qué era lo que primaba a la hora de vender el producto que teníamos entre manos y que no era otro que Ciudad Rodrigo. Al final llegué a la conclusión de que de nada sirven esos tres pilares por separado, y que sin uno de ellos, en este caso sin la Historia, el lazo que se le echa al turista no tiene fuerza ninguna.

No se quiere a los Licenciados en Historia. No nos quieren en la Oficina de Turismo aunque se exprima la Historia hasta dejarla seca, aunque se recreen hasta la saciedad los capítulos más importantes del devenir de Ciudad Rodrigo, aunque el primer contacto con un turista sea precisamente resumir la Historia del lugar.

Que no. Que cuando uno enarbola la bandera de la oportunidad no puede olvidarse de darle fuelle. Serán buenas las intenciones, sí, pero con ellas no se levantó ningún imperio. Las cosas, o se hacen bien, o no se hacen.