Cuando desde la izquierda se pronuncia la palabra "patriota", algunos se ponen muy nerviosos.
"¿Cómo vais a hablar vosotros de Patria?, la Patria no es vuestra, la Patria es un monopolio nuestro, con los desfiles el día de la Hispanidad, las banderas cada vez más grandes", que las utilizan para enfrentar a unos y a otros.
Cuando vemos que nuestros jóvenes tienen que emigrar a otros países cansados de recorrer las calles, de echar currículum y no conseguir ese puesto de trabajo, vemos como el gran esfuerzo realizado por nuestros mayores para que puedan tener una excelente preparación, es aprovechada por otros países, que sin gastar un euro reciben a miles de ingenieros, médicos, científicos etc., que ponen su talento al servicio de otros países.
Ya en 2011 una Ministra alemana decía que la emigración española era "un golpe de suerte", pues bien, nuestros gobiernos en lugar de poner una oficina para ayudarles a saber cómo encontrar un puesto de trabajo, visados, academia de idiomas, e intentar un plan de retorno, lo que han hecho es quitarles con el voto rogado el derecho a votar, y el derecho a la sanidad.
Por eso la Patria es algo que nos duele en cada rostro de esos jóvenes que han tenido que marchar, la Patria duele cuando nos conectamos por Skype los fines de semana con nuestros seres queridos, cuando vemos a alguien buscando comida en los contenedores, la Patria es algo que duele cuando vemos como echan a la calle a una familia de su vivienda dando un golpe en la puerta, cuando te das cuenta de esa distancia inmensa que hay entre la bondad y la dignidad de nuestro pueblo, pues somos un pueblo de buena gente.
La Patria nos duele cuando vemos lo que han hecho con nuestros derechos, cuando ves cómo se han metido noventa y cinco mil millones de euros para reflotar a la banca, que la hemos comprado entre todos con cargo a la deuda que van a tener que pagar las generaciones venideras y sin embargo no podemos usar los cientos de miles de pisos que tienen para garantizar un techo a nuestros ciudadanos.
Porque la Patria es también una idea de comunidad, de sociedad en la que la unidad de nuestra dignidad de nuestra existencia depende de todos, esencialmente de los que menos tienen, es una idea de sociedad en la que no importa en qué barrio hayas nacido o cuánto dinero tenían tus padres en una cuenta corriente.
Ha de ser la que impida que se abra una mina de uranio a cielo abierto en nuestros campos salmantinos.
La idea de Patria es la de ser ciudadano, no solo para votar cada cuatro años, sino para vivir en una sociedad en la que sabes que tus hijos y tus nietos van a tener una plaza en una escuela pública que les va a dar una formación de calidad que les permita ser libres, donde los mayores puedan tener medicamentos, tener una pensión que les permita vivir con dignidad sus últimos años de su vida, que si te pones enfermo o tienes un accidente, vas a tener una red de seguridad que no te deje tirado.
La Patria que queremos es la de la concepción del éxito, de que te vaya bien, de que seas feliz, no se hace contra los demás, no se hace acumulando más que nadie aunque el de al lado se muera, es tener unas condiciones mínimas de vida, pues las sociedades desiguales son injustas, inseguras, donde se vive peor.
Ha de ser una sociedad que acoge al quien le importa, que no mira para otro lado cuando se están ahogando, (en los últimos días 1.300 personas frente a nuestras costas), ha de ser la que mira hacia nuestros hermanos saharauis que están sufriendo y padeciendo enfermedades en mitad del desierto.
Nuestra idea de Patria ha de ser incompatible con la indiferencia ante la guerra, ante la tragedia, ante el dolor, ante el sufrimiento, esa es nuestra idea de Patria.
Ser patriota no es llevar banderitas en los cuellos o en pulseras, es la de ser solidarios, la de alcanzar la democracia con una sonrisa, es la de tener la sensación, de que si estamos unidos podemos.
Andrés Barés Calama
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