ALAMISA ofrece una propuesta jazística excelente para vivir las noches salmantinas llenas de música y movimiento
De la factoría genial de MUSIKENE, la Escuela Superior de Jazz del País Vasco, surge este grupo de jazz comandado por la guitarra del compositor zamorano Víctor Antón, un auténtico animal de escenario que o dejó, durante todo el concierto, de recordarnos los nombres de los excelentes músicos que le acompañaban y de animar al público a pertenecer a ALAMISA, la sociedad de amigos de la música improvisada de Salamanca que tanto hace para traer a los intérpretes a tocar en los locales de nuestra ciudad. Un agradecimiento sincero que dice mucho de la cercanía y de capacidad de Víctor Antón como cabeza de grupo para integrar, dejar a cada uno su espacio, su solo, su importancia. Consciente de la suya, el guitarrista desgranó sus composiciones con un deje de Nueva Orleans, de Bossa Nova, de jazz clásico e innovador a la vez que conforman el disco Motion, un ejercicio precisamente de "movimiento" alrededor de su escuela, la MUSIKENE, y sus idas y venidas en tren, su trato con otros músicos y su alegría por tocar aprendiendo de unos y otros?
Víctor Antón Group es precisamente un grupo privilegiado. Los teclados que en el disco son de Juan Ortiz le pertenecen ahora de Juan Sebastián, un músico que va destapándose poco a poco, hasta llenar el solo con su pericia y su entrega. El batería Aarón Castiello vuelve a ser el percusionista original, sorprendente, esta vez contenido y siempre seguro en aquellos momentos en los que su instrumento llena todo el escenario con su fuerza y su seguridad a las baquetas. A su lado, trenzando los sonidos con una excelente capacidad de compenetración, el salmantino Chuchi García sigue siendo el contrabajo consciente de su papel de columna vertebral del sonido que, también en solos originales, se despliega como un intérprete capaz de sorprendernos con la profundidad de este inusual instrumento. Y para terminar, el saxo alto, capaz de alcanzar el blues y de mantener todo el andamiaje musical de algunas de las piezas, le pertenece a Josu Salegi, un ejecutante riguroso que alcanza momentos perfectos.
Juntos, bajo la invisible batuta de Antón, estos músicos curtidos en la música en directo, se miran, se sonríen, se dejan llevar por los ecos casi orientales de la muy contenida batería de Castrillo, por las audaces subidas y bajadas de Chuchi García, cuya voz grave se destaca en las piezas tocadas solo con guitarra, batería y contrabajo.
Hay referencias como no podía ser de otra manera, funky, Nueva Orleans, A Go Go? pero también una originalidad muy especial, llena de fuerza en algunos temas ?el cierre del concierto fue sencillamente espectacular- y sobre todo, llena de serenidad y pericia en las baladas que nos dejaron sentir a unos músicos que son espléndidos ejecutantes y a la vez, partícipes de un proyecto con voz propia que les aglutina y en cierto modo les pone al servicio de las composiciones de Víctor Antón.
Oírles en directo despierta el deseo de hacerse con este disco cuidado en todos los detalles ?temas, fotografías, maquetación- que nos reconcilia de nuevo con el hecho de comprar la música, llevarla a casa firmada por los músicos, abrirla para leer el texto ?en este caso una erudita reflexión de Mario Benso. Se trata de otra forma de llevarse el concierto a casa, disfrutar sosegadamente de la música de estos músicos que han apostado por el apoyo de las instituciones para grabar un CD en el Centro Cultural zamorano de "La Marina" apostando por el trabajo de mucha gente.
Gente que ha configurado Motion, un proyecto valiente, nuestro, por el que hay que apostar como ha apostado ALAMISA. Defender la música, a los músicos, la música en directo, la música grabada que nos llevamos con el recuerdo de un Víctor Antón que nos mostró, junto a sus músicos, que también puede haber un "Slow motion" con el que disfrutar en el privilegiado entorno que promueve ALAMISA.
Charo Alonso
Fotos: Fernando Sánchez