El descenso de la inversión de las administraciones ha provocado que los hogares aumenten su gasto en la educación de sus hijos
No todos los centros educativos financiados con fondos públicos han sufrido de igual forma los recortes. Según un estudio elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), los colegios concertados han mantenido unos niveles de inversión superiores a los de las escuelas de titularidad pública. Estas últimas han sido las principales víctimas de un descenso del gasto que ya representa casi 6.000 millones menor anuales respecto a su momento álgido.
Según Francisco Pérez, autor principal del informe 'Cuentas de la Educación en España 2000-2013' e investigador del IVIE, este desajuste entre las escuelas públicas y las privadas financiadas con fondos públicos -concertadas- tiene una explicación principal: su política de contrataciones. «Por ejemplo, en los centros públicos las políticas de cubrir jubilaciones se han visto afectadas por una tasa de reposición que no afectaba a los concertados», ha explicado. Entre 2012 y 2014, las administraciones solo podían sustituir uno de cada diez funcionarios jubilados. En 2015 se aumentó a uno de cada dos.
A esto han de sumarse otras medidas, aprobadas por el Gobierno en el real decreto 14/2012, que limitaron aún más la contratación de profesores interinos y sustitutos. «En cualquier centro, los costes más importantes son los de personal, que representan en torno al 80%», ha recalcado Pérez. La siguiente partida la representan el resto de costes de funcionamiento, de alrededor de un 14%. Las inversiones -destinadas a mejoras de infraestructuras, principalmente- han pasado de representar cerca de un 9% del gasto medio de una escuela en 2009 a quedarse alrededor del 5%.
Las administraciones aportan el 83,7% del total de gasto en centros de Infantil y Primaria, el 90% de los centros de ESO y Formación Profesional y casi el 60% en el ámbito universitario. Y aunque desde principio de siglo la inversión pública ha crecido desde algo menos de 35.000 millones anuales a algo más de 41.000 millones el año pasado, en 2009 alcanzó su cota máxima con cerca de 47.000 millones. «El gasto público creció más durante los años de expansión pero retrocedió con fuerza durante los años de crisis», ha sostenido Pérez, que ha asegurado que esta inestabilidad ha podido tener efectos especialmente graves sobre los colectivos más vulnerables y entre los alumnos de orígenes socioeconómicos más deprimidos.
Aumento del gasto de las familias
En los años de crisis ha aumentado de forma considerable el gasto de las familias en la educación de sus hijos. Entre los motivos, según el informe del IVIE, se encuentran sobre todo el aumento de las tasas universitarias, pero también un aumento de los alumnos en la etapa Infantil -que solo es gratuita a partir de los tres años-.
Es precisamente en estas dos etapas, Infantil y Universidad, que no son obligatorias ni por tanto gratuitas, donde las familias afrontan gastos más importantes. Además, señala el estudio, el centro al que acuden los estudiantes determina el nivel de esfuerzo económico. «Los que deciden llevar a sus hijos a privados y a concertados gastan mucho más. En el caso de un concertado el gasto familiar es el doble frente a los que llevan a sus hijos a una escuela pública, mientras que en el caso de las escuelas privadas el coste es cuatro veces mayor», ha explicado el investigador.
Sin embargo, según su estudio, las diferencias de resultados tienen mucho más que ver con el entorno, y no con la titularidad del centro. «Las diferencias de resultados entre centros públicos y privados son muy pequeñas cuando el entorno es favorable en ambas», ha recalcado Pérez. Sí ha matizado, sin embargo, que el porcentaje de alumnos con procedencias más favorables -con padres con mejores trabajos y más formación- es superior en los centros privados -sean concertados o no-.
Ante esto, desde IVIE proponen varias medidas que permitan tanto paliar las desigualdades por origen socioeconómico y familiar como los vaivenes en el gasto en educación. A raíz de su trabajo, instan a crear el equivalente al Fondo de Contingencia de la Seguridad Social pero destinado a la financiación de escuelas e institutos. «Una forma razonable de hacerlo sería pactar un porcentaje del PIB que se debe destinar a la educación, y en los periodos de expansión rápida se puede decidir no gastarlo todo y destinar una parte al futuro», ha afirmado Pérez. «Ahora es un buen momento para hacerlo porque tenemos reciente el recuerdo de lo doloroso que ha sido no haber previsto algo así».
Fuente El Norte de Castilla