Jaqueline Alencar o cómo los libros conforman su vida

Jacqueline Alencar, directora de la revista 'Sembradoras' y colaboradora de SALAMANCArtv AL DÍA, ofreció una conferencia dentro de un ciclo denominado 'El donoso escrutinio', que en Ávila viene organizando la Junta de Castilla y León a través de la Biblioteca Pública de la capital abulense. Un escrutinio o testimonio a la manera perfilada por Cervantes: "Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo". Ante esta coyuntura de elegir los libros que le nutrieron, la escritora boliviano-española comentó a los medios de comunicación: "Cuando tuve el privilegio de ser elegida para que, como lectora, seleccionara los libros que pienso no deberían ser destruidos en una hipotética hoguera; y además comentara el porqué de esa elección, empecé a pensar en el poder transformador de la palabra escrita.... No sé, me imagino algo así como que las palabras que leemos a lo largo de nuestra vida van siendo absorbidas por nuestro organismo, y procesadas, de modo que van generando efectos según sean los libros que leamos. Algunas palabras van saliendo a su tiempo para actuar en beneficio o en contra de los sucesos que acaecen en nuestro peregrinaje por este mundo". En tal sentido, Jacqueline Alencar empezó su intervención haciendo suyas las palabras de Borges "Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído".

Y empezó desde el principio, de los cuentos que le leían primero, y de las historias que leyó en su infancia, como Blancanieves y los siete enanitos, que le enseñaron ya a distinguir que había el bien y el mal, que no todo era perfecto pues las personas podemos ser de bendición, pero también arrasar con todo lo que se nos ponga por delante si no nos gusta. Y concluyó esta parte de su charla valorando: "Me di el encontronazo con el secuestro de Rapunzel, en su cárcel en forma de torre, amenazada y despojada de todo; el valorar incluso a un niño muy pequeñito como Pulgarcito... La Bella durmiente, Simbad el marino, Pinocho, Los viajes de Gulliver. El Patito feo, que muestra cómo otros pueden acabar con la autoestima de un niño, pero que no todo está perdido si se aprovecha lo bueno que hay por el camino y llegas a la meta. Ya el bullying estaba en su auge. Si se fijan bien, todos tienen mensaje". Lo cierto que esta parte fue comentada muy positivamente en las intervenciones finales del público asistente. Y del principio al final de su intervención, dedicada al bíblico Libro de Rut, pues según ella mismo señaló que el mismo "se convirtió en un libro de la Biblia que por las noches, antes de dormir, lo leía de un tirón, casi sin pausas. Me embelesaba. Soñaba que era yo la que se refugiaba bajo las alas de Dios. La que era rescatada por Booz. La que llegaba a Belén después de salir de Moab y era bien recibida por el pueblo. Dios ya me estaba hablando, aunque no lo entendía bien, de emigración, de inmigración, de refugiados, de mujeres pobres, extranjeras y sin protección".

Entre ambas partes, un amplio recorrido a los muchos libros y escritores que le impactaron, como Corazón, del escritor italiano Edmondo de Amicis, que tanto ha releído hasta hoy a pesar de que muchos dicen que eso se leía antiguamente en los colegios de España, pero que hoy está obsoleto. "Y yo pienso que es verdad: está obsoletísimo porque está cargado de enseñanzas para la buena convivencia, como el respeto a los mayores, a los profesores. Y es que actualmente no es infrecuente que los alumnos agredan a los profesores, y los padres también cuando estos se quejan", resaltó la ponente. Y luego mencionó sus lecturas juveniles, como la Odisea y la Ilíada; las tragedias Medea y Edipo Rey, de Sófocles; La República, de Platón; Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez; Marianela, de Pérez Galdós, el Cantar de Mio cid, El Quijote, El Lazarillo de Tormes; La tía Tula, de Unamuno; Macbeth, Romeo y Julieta, Hamlet; María, del colombiano Jorge Isaacs, 20.000 leguas de viaje submarino; De la Tierra a la Luna; Strogoff, de Julio Verne; La cabaña del Tío Tom, de Harriet Beecher Stowe, que, en su opinión "me puso al día en el trágico tema de la esclavitud, pero también en el de la fe y la entrega. Hablar de este libro me recuerda un tema en boga actualmente como lo es el de la trata de personas". También mencionó Mujercitas, de Louisa May Alcott, "donde soñaba en ser escritora como Jo, una de las hermanas March. Me encantó, pues también es un libro que resalta los valores, aunque hoy a eso se le llame anticuado. Se valora la familia con sus luces y sus sombras, pero con la perspectiva de maduración en medio de las circunstancias. No olvidemos que esta obra se desarrolla en plena Guerra Civil norteamericana. No obstante, vemos sombras que entorpecen todas las épocas, como el hecho de que no era lícito que una mujer escribiera en un periódico o editara un libro. Las mujeres eran preparadas para ser únicamente buenas esposas y buenas madres, algo que valoro, pero en la vida de una mujer hay mucho más para dar y para su disfrute", resaltó Jacqueline Alencar.

Luego se adentró en Salgari, Dumas (El conde de Montecristo), Bécquer (Rimas y leyendas), Alcides Arguedas (Pueblo enfermo), Stevenson (La isla del Tesoro), Fiódor Dostoievski (Crimen y castigo), García Márquez (ampliamente la novela El amor en los tiempos del cólera), los libros de los poetas Gastón Baquero y Gonzalo Rojas, además de un libro que contiene la obra de trece poetas mexicanos prehispánicos en lengua azteca. Habló de su lejano pariente, el notable escritor brasileño José de Alencar y de su novela Iracema; de la Institutio Oratoria de Quintiliano, traducido por el maestro Alfonso Ortega Carmona; de las Obras completas de Teresa de Ávila; de El hereje, de Miguel Delibes, y del libro Reforma protestante y libertades en Europa, coordinado por Juan Carlos Suárez Villegas. Tras el libro de Rut, Jacqueline Alencar concluyó su testimonio como lectora, recordando a su admirado Borges: "Y termino este peregrinaje por esta biblioteca de los recuerdos con un poema de Jorge Luis Borges, de quien he leído su Obra Completa adquirida hace muchos años a través del Círculo de lectores. Me gustan sus relatos, cuentos, y su poesía. Cuando lo lees te parece que la variedad de temas seguro deben provenir de alguien que además de tener el don de la escritura es un gran lector de otros. Se nutre de la teología, la metafísica, la mitología, los viajes imaginarios... Admira la cultura hebrea y eso se nota cuando lo lees".

Y leyó el poema La vuelta: Al cabo de los años del destierro / volví a la casa de mi infancia / y todavía me es ajeno su ámbito. / Mis manos han tocado los árboles / como quien acaricia a alguien que duerme / y he repetido antiguos caminos / como si recobrara un verso olvidado / y vi al desparramarse la tarde / la frágil luna nueva / que se arrimó al amparo sombrío / de la palmera de hojas altas, / como a su nido el pájaro. / ¡Qué caterva de cielos / abarcará entre sus paredes el patio, / cuánto heroico poniente / militará en la hondura de la calle / y cuánta quebradiza luna nueva / infundirá al jardín su ternura, / antes que vuelva a reconocerme la casa / y de nuevo sea un hábito!