PEÑARANDA | A pesar del mal tiempo, decenas de personas se congregaron en las plazas para cumplir con la tradición (GALERÍA DE FOTOS)
La ciudad puso punto final a los actos carnavaleros con el tradicional entierro de la sardina del Miércoles de Ceniza. Con llantos, lamentos y suspiros bajo la lluvia, las 'viudas' despidieron a la pobre sardina, y con ella la alegría y la animación propia en estos días, que dan paso al recogimiento y abstinencia de la Cuaresma que ahora comienza.
El cortejo fúnebre partía a las 17.30 horas desde el Ayuntamiento y recorrió las dos plazas, hasta el templete, donde tuvo lugar la quema del ataúd. La dulzaina Alborada puso la banda sonora a este multitudinario evento que este año realizaba gran parte del recorrido bajo los soportales debido a la intensa lluvia. Y como las penas con pan son menos, ó al menos eso dicen, tras la quema del ataúd que marca el final de las fiestas, bajo techo en la plaza de España se procedió a repartir pan con sardinas en aceite, refrescos y limonada, sin duda una buena forma de despedir el Carnaval e iniciar la cuenta atrás para los de el próximo año.