Mercadillo ‘La Cuenta’, punto de encuentro para la Raya

Desde que el 5 de diciembre de 2004 comenzasen a instalarse los primeros puestos ambulantes, el mercadillo portugués de Trabanca 'La Cuenta' se ha perpetuado como uno de los acontecimientos más destacados de cada mes en la comarca de Vitigudino, colocándose como ejemplo de que todo es posible con un poco de imaginación, actitud positiva y, sobre todo, ilusión.

En todo este tiempo, el mercadillo La Cuenta se ha ido afianzando entre comerciantes y público teniendo en su agenda una cita ineludible cada primer domingo de mes. Ni el frío, que como este domingo pasado congelaba los puestos de los ambulantes, ni el tórrido sol del verano, han impedido que año tras año, mes a mes, La Cuenta fuera creciendo hasta ser un referente comercial para miles de españoles y portugueses de la Raya.

Ante todo esto, no es para menos que los vecinos de los pueblos de la zona se muestren encantados por el desarrollo de este mercadillo, pues para muchos suele ser punto de encuentro cada mes, aunque solo sea "por ver lo que hay", aunque el que más y el que menos algún euro siempre deja, y si no es en los puestos, en alguno de los bares del pueblo.

Pero el mercadillo de Trabanca no solo ha sorprendido a los habitantes de otros municipios, también a los propios trabanquinos cuando observan cómo su municipio, un pequeño pueblo de poco más de 225 habitantes se colapsa como si fuera el recinto de la Aldehuela de la capital salmantina cada domingo.

Como casi todo en este pueblo, el mercadillo portugués comenzó de forma humilde, con poco más de cuarenta comerciantes y un horario bastante reducido. Pero al medio año de vida, La Cuenta ya contaba con el doble de puestos ambulantes que obligaban a al Ayuntamiento, como promotor y organizador, a ampliar el horario inicial.

Sin duda la idea era buena y comenzaba a cuajar, incluso mejor de lo esperado, pero el éxito de La Cuenta no hubiera sido posible sin dos factores más, el compromiso de los comerciantes por su persistencia en los meses más difíciles, y la disposición e interés que siempre hubo entre los habitantes de la Raya por hacerse un sitio entre puestos de queso, bacalao en salazón o cuchillos, o que muchas amas de casa gusten de comparar toallas, sábanas o cuberterías.

Vendedores ambulantes llegados desde Moncorvo, Freixo, Mogadouro, Vila Nova de Foz Coa o Macedo de Cavaleiros, por citar algunos de los lugares habituales de procedencia, ofrecen cada primer domingo de mes lo que producen o adquieren en Portugal, productos a buen precio que son el reclamo para miles de personas, que han convertido a Trabanca en punto de encuentro para la Raya.