Martes, 30 de abril de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Calle Melancolía
X

Calle Melancolía

Actualizado 27/01/2016
Ana Higles

Cuando tenía 11 años era una niña bastante reservada.

De esas que se ponía nerviosa antes de los exámenes o cuando un profesor le hacía una pregunta. Recuerdo perfectamente que me subía el pulso cuando el profesor de turno me mandaba salir a la pizarra y me moría de miedo ante lo que mis compañeros pensasen de mí. Me asustaba profundamente que el resto pudiese pensar que yo era una pobre pánfila que no se enteraba de nada. Tonta.

[Img #335689]No me ayudaba en exceso tener gafitas de empollona desde los 9 años. Ni siquiera el haber destacado en mi precoz carrera como pianista. Mientras mis compañeros se lo pasaban chachi en sus reuniones de scouts o grupos deportivos, yo me enfrentaba cada día a una horita de estudio frente a 88 teclas y un montón de manchurrones entrelazados en 5 líneas horizontales. Yo sabía leer partituras antes de aprender a poner las tildes en los dichosos cuadernos Rubio. No destaqué en nada, poniendo a parte las que serían mis primeras trazas de frikeza.

Nunca se me escapó que mis compañeras vestían con un rollo distinto al mío. Los chicos tenían por costumbre tirarme de la coleta y demasiado a menudo se burlaban de mí por mi vozarrón cuando terminaba por cabrearme y les gritaba cuatro cosas que... no resultaban de nada. No me gustaba el deporte, mi gran pasión era el mundo de ´ y odiaba profundamente que me hicieran cantar en público.

El que me conozca ahora mismo se habrá echado una sonrisa con ésto último. Disfrútala, es gratis. Estaba destinada a pasar por la Educación Secundaria como una alumna mediocre, tímida y perdida entre miedos. Hasta que algo muy pequeñito cambió... y aquí estoy. Recuerdo perfectamente, como si fuese ayer por la tarde, el día que una profesora se acercó a mi mesa para preguntarme si conocía a alguien. Debí de poner tal cara de pavor al reconocerle que no, no conocía a ese alguien, que para tranquilizarme decidió tener conmigo un gesto de complicidad.

Y empecé a poner mucho interés por esa asignatura, sólo para agradar a aquella persona que me había tratado bien. Y me di cuenta que haciendo eso mismo en las demás asignaturas la gente empezaba a valorarme por algo de lo que podía disponer a mi completa decisión: el esfuerzo.

Nunca terminé de encajar con mis compañeros. Ellos divagaban entre temas de actualidad como Gran Hermano, MHYV, Física o Química, mientras a mí me preocupaban asuntos como la lealtad, el futuro y el respeto. Cuando surgía un conflicto en clase, casi siempre me posicionaba del lado del profesor. No podíamos entendernos. Pero terminaron por respetarme. Seguramente se lo deba todo a aquella profesora que me hizo interesarme en aprender por aprender.

Una vez, una amiga me dijo que para ella siempre había sido más profesora que alumna. La vida a veces te sorprende hilando tan tan tan fino... Ha pasado mucho tiempo y 12 años después estoy sentada a la misma mesa que aquella persona que supo darme un empujoncito en el momento adecuado. A veces tengo la tentación de hacerle saber lo importante que fue aquel gesto para mí, pero creo que ya sabe por qué le guardo este cariño incondicional.

Ahora que pertenezco a la casta docente me propongo no olvidar nunca lo importante que puede ser una palabra, un guiño, un gesto... hacia un alumno. Por favor, no os permitáis el lujo de dejar de empatizar con los chavales. Cada uno de ellos es un universo inmenso del que se puede aprender mucho más de lo que podamos llegar a enseñarles.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...