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Juan Jurado roza el lleno con ‘Las Manos de Eurídice’
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CERTAMEN NACIONAL DE TEATRO 'VILLA DE VITIGUDINO'

Juan Jurado roza el lleno con ‘Las Manos de Eurídice’

Actualizado 24/01/2016
Redacción

El próximo domingo regresa Arcón de Olid con 'El pelícano', obra de August Strindberg y dirigida por Juan Casado

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El salón de actos del Centro Cultural de Vitigudino rozó el lleno en la representación de la obra Las manos de Eurídice', de Pedro Bloch, e interpretada por Juan Jurado, que sorprendió por su interrelación con el público.

Como señala el díptico de presentación de la compañía Corolario Teatro, "Las manos de Eurídice es una obra que solo tiene un personaje porque no necesita tener ninguno más, ya que el resto del reparto son los propios espectadores, los cuales se sienten integrados en la historia y en la vida de este Gumersindo Tavares, sintiéndola y emocionándose con ella, llegando así, y de qué manera, a esa comunicación entre público y actor, que es la esencia del teatro.

Gumersindo Tavares, escritor frustrado, harto de un entorno familiar que no soporta, abandona hogar y familia atraído por la irresistible belleza de una "Eurídice" que se cruza en su camino.

La acción de la obra comienza cuando, tras una década desaparecido, regresa a casa. La encuentra cerrada y nadie responde a sus llamadas. Busca inútilmente una copia de la llave en sus bolsillos. A partir de aquí comienza un intenso y complejo monólogo de un alma desdichada, reseca por un trágico conflicto de pasiones, contradicciones y preocupaciones, que termina impactando en la mente y en los sentimientos del espectador".

Juan Jurado señala que "entiendo que todo en esta original obra es simbólico, empezando por el título, hasta llegar al personaje, para trasmitirnos a través de sus distintos estados anímicos, de sus sensaciones y sentimientos (angustias, complejos, desesperación), la trágica situación a la que es capaz de llegar el ser humano".

La obra estuvo en pleno éxito, durante muchos años, de la mano de Enrique Guitar (que la tradujo y adaptó bajo el seudónimo de Federico Soldevilla), desde su estreno en España en 1953.

El público de hoy es, sin duda, muy distinto al de entonces, pero la condición humana sigue siendo la misma. La gente continúa padeciendo su propia e interna guerra de las galaxias por causas físicas y anímicas que no hemos podido superar.

La obra, como los comportamientos humanos, no tiene tiempo ni lugar determinados, por eso hoy está tan vigente como cuando fue escrita y su propio autor, Pedro Bloch, con su penetrante capacidad psicológica, declaraba: "El hombre de hoy no procura solución para sus errores. Limítase a encontrar justificación para seguir errando. Una vez encontrada la justificación, restablece el pseudo equilibrio emocional y persiste en el error hasta el momento en que se encuentra solo, perdido en su angustia. La historia de Las manos de Eurídice es la historia de toda la gente, la síntesis de la desesperación y angustia de nuestros días".

De ahí el interés que para mí sigue manteniendo un texto, que sí hemos actualizado en algunas expresiones. Interés y éxito que viví en mí estreno y posteriores representaciones.

Próxima representación

[Img #538141]Tras el paso de Juan Jurado por Vitigudino, el próximo domingo 31 de enero, a las 20.00 horas, regresará a este escenario Arcón de Olid, vencedora de este Certamen en la edición de 2015 con Amadeus. En esta ocasión la compañía vallisoletana representará El pelícano, de August Strindberg y dirigida por Juan Casado.

En esta obra Strindberg juega con el simbolismo dentro de la iconografía cristiana basándose en la falsa creencia de que el pelícano es capaz de alimentar a sus polluelos con su propia sangre.

El Pelícano sitúa al espectador en la casa de una familia burguesa venida a menos en el convulso inicio del siglo XX. Una familia en la que imperan el frio y el hambre impuestos por una madre desnaturalizada y avara que devora y manipula todo aquello que le rodea.

Tras la muerte del padre de familia, la madre espera la llegada de Greta, su hija, que se ha casado hace unos días con Axel, un teniente del ejército del que están enamoradas tanto la hija como la madre. Frederick, el hermano de Greta, es un estudiante de derecho alcohólico que pasa el día en casa enfermo tocando al piano a Chopin. Y la criada, Margaret, se despide de la casa hastiada de aguantar el incesante maltrato mental al que le somete Elisa, la madre. El regreso a casa de la pareja de recién casados desestabilizará el delicado equilibrio de fuerzas establecido por la madre.

De este modo, El Pelícano descubre ante los ojos del espectador la mentira, la injusticia, la hipocresía social y la avaricia.

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